antropocentrismo

Los animales en peligro de extinción son víctimas de nuestro especismo

¡Derechos Animales ya! - Los animales en peligro de extinción son víctimas de nuestro especismo
Muchas especies animales se encuentran en peligro de extinción por causas antrópicas. Nuestra mentalidad antropocéntrica es la responsable de que sólo concibamos a los animales como seres que existen para servirnos de alguna forma.

La desaparición y exterminio de animales por causas antrópicas

Los activistas veganos nos esforzamos para llegar hasta la raíz de los problemas, por muy difíciles que resulten de explicar o de afrontar. En este artículo, quisiéramos lanzar una reflexión sobre el enfoque errado y antropocéntrico que adopta la ciencia y nuestra sociedad a la hora de entender y explicar por qué hay animales en peligro de extinción en la actualidad, cuál es el origen de este fenómeno cuando está motivado por causas antrópicas y por qué debemos impedir la extinción de especies animales.

Se dice que una especie está en peligro de extinción cuando su continuidad está amenazada por diversos factores: una población baja, un hábitat reducido o modificado o una alta tasa de endogamia, entre otras circunstancias. En los últimos siglos está aconteciendo una reducción global de la biodiversidad a causa de las actividades humanas. En este sentido, también cabe mencionar a las especies no animales, pues, aunque carentes de sintiencia, se observa una desaparición paulatina de otros clados por este mismo fenómeno antrópico.

Aunque ya existía una preocupación sobre el efecto de las acciones humanas desde la Ilustración, desde mediados del siglo XX, distintos comités científicos de todo el mundo vieron una reducción drástica de las poblaciones de muchos animales salvajes.

Las causas de la desaparición y exterminio de especies animales, según se ha aducido desde hace dos siglos, se ha debido al asesinato directo y otras prácticas antrópicas —especistas—, legales e ilegales, tales como la pesca, la caza, el comercio de animales como mascotas, el encierro de animales en zoológicos y acuarios, la captura de caballos y elefantes para explotarlos por su capacidad para arrastrar cargas, la captura de delfines y orcas para delfinarios, las capturas de otros muchos animales para circos, su explotación en el cine y un largo etcétera.

Nuestra sociedad nos inculca que la extinción de especies está mal y que somos responsable de ello. Esto es verdad. Sin embargo, si no logramos entender el fundamento ético de por qué está mal perseguir animales hasta extinguirlos, entonces no habremos aprendido nada.

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Los animales de todo el mundo están catalogados como propiedades de los seres humanos. Ningún animal es libre, legalmente, aunque todavía pueda morar en un hábitat natural.

¿Por qué hay animales en peligro de extinción?

La extinción de especies animales —cuando se produce por efecto de nuestras acciones— es la consecuencia de nuestra mentalidad antropocéntrica, es decir, de nuestra creencia asumida de que sólo los seres humanos importamos o de que lo hacemos por encima de quienes no lo son. Los animales, en cambio, nos enseñan que su empatía y altruismo no se limita a su especie.

Si nos creemos seres superiores y con legitimidad para disponer de otros animales y de bienes naturales como simples medios o recursos a nuestro servicio, esta perspectiva desemboca, inevitablemente, en que se ejerza la explotación animal y un uso destructivo del medio ambiente para exprimir cualquier beneficio potencial.

La sociedad humana presenta una mentalidad utilititarista. Esto significa que valora y cataloga a otros sujetos en función de su utilidad. El ser humano ha competido históricamente con otras poblaciones humanas y con poblaciones animales por el control y disponibilidad de los recursos. Si comprendemos el dominio sobre una tierra ha conducido hacia guerras y hambrunas, no cabe extrañarse de que nuestro apetito por dominar la Tierra provoque el asesinato, la desaparición y exterminio de animales, tanto para evitar su competencia en el medio como para eliminar su presencia y apropiarnos del hábitat en cuestión.

Nuestra civilización sólo concibe la domesticación o exterminio de los animales salvajes porque no aportan beneficio directo a la humanidad. Todos los animales del mundo únicamente pueden vivir en la Tierra si, filosóficamente, aceptan ser perseguidos hasta la extinción o esclavizados por el ser humano —como las vacas, gallinas, ovejas, cerdos y otros tantos animales— para pasar a ser criados con el objetivo de servirnos de múltiples formas. Este pensamiento se da de un modo análogo a cómo las naciones imperialistas estimaban que los humanos aborígenes sólo eran un estorbo.

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Los animales presentan del deseo genuino de vivir sus vidas en paz sin la violencia y coacción impuesta por los seres humanos. Debemos despojarnos de nuestra mentalidad antropocéntrica.

Relación entre los animales en peligro de extinción y la esclavitud humana

Muchos animales están en peligro de extinción por la misma razón, exacta, por la que han desaparecido o están desapareciendo muchos pueblos aborígenes a lo largo del mundo.

La esclavitud humana y el exterminio de seres humanos comparte, exactamente, el mismo fundamento que la esclavitud animal y el exterminio de animales. La sociedad actual ha olvidado que, al igual que se esclavizaban humanos negros y se exterminaban nativos americanos en el siglo XIX, las potenciales occidentales también buscaban criar razas humanas dedicadas al trabajo mientras hacían lo propio desde hacía milenios con los demás animales. La historia de la humanidad es una historia de dominación y esclavismo.

En tiempos recientes, se ha logrado el rechazo universal hacia la esclavitud humana y se ha comprendido que era imposible respetar a pueblos aborígenes mientras se perpetuara una mentalidad racista y cosificadora. No obstante, aún no se ha comprendido que los animales merecen respeto y todavía se los llamada «plagas» cuando únicamente tratan de sobrevivir.

Tratamos de ejemplificar que se vuelve absolutamente inviable evitar la extinción de especies animales y cambiar el mundo si nosotros mismos presentamos la misma mentalidad antropocéntrica que condena a tales víctimas.

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La extinción de especies animales por causas antrópicas se debe a la misma razón de por qué se originó la domesticación o la esclavitud.

¿Por qué debemos impedir la extinción de especies animales?

La sociedad, con los ecologistas a la cabeza, adopta un enfoque erróneo cuando asume que se puede evitar o luchar contra la extinción de especies animales mientras mantiene su visión cosificadora hacia aquellos sujetos que no pertenezcan a nuestra especie.

Los distintos particulares y organizaciones presentan este fenómeno partiendo desde una visión sesgada y desde premisas superficiales. Diversos colectivos señalan que deberíamos evitar la extinción de especies animales «por el bien de las generaciones futuras», «para hacer descubrimientos biológicos y médicos» o alegando una cantidad muy heterogénea de argumentos utilitaristas. Esto es una contradicción.

No se trata de que debamos evitar la extinción de especies animales porque nos beneficie hacerlo. Precisamente, ahí radica el problema de nuestra mentalidad. No podemos evitar este mal fomentando el mismo antropocentrismo que nos lleva a extinguir especies enteras o a esclavizarlas.

Cuando hablamos de «especies animales» no nos referimos a que merezcan respeto a nivel de especie; sino como individuos. Como se ha explicado en otros artículos, una especie, en su definición más básica, engloba a un conjunto de individuos que comparten una serie de rasgos entre sí y pueden reproducirse y originar una descendencia fértil. La razón de por qué está mal la extinción de especies animales es porque implica el exterminio sistemático de sujetos que sienten, padecen y poseen sus propios intereses inalienables.

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Carece de sentido tratar de luchar contra la extinción de especies animales y la propia existencia de especies en peligro de extinción, por causas antrópicas, mientras se mantiene hacia ellos la misma mentalidad antropocéntrica y cosificadora que los condena al exterminio.

Conclusión

Los animales en peligro de extinción son un reflejo de nuestra mentalidad antropocéntrica por la cual creemos que todos ellos existan para servirnos. Ser veganos es lo mínimo que podemos hacer por ellos. Debemos ejercer un activismo educativo y la formar a otros activistas para trasladar éstos y otros hechos a la sociedad con el fin de reivindicar derechos legales para todos los animales. Para lograrlo, necesitamos tu ayuda.