La zoofilia, el bestialismo y la hipocresía social

¡Derechos Animales ya! - La zoofilia, el bestialismo y la hipocresía social
La zoofilia y el bestialismo suponen formas de explotación animal que despiertan un odio visceral en una sociedad hipócrita. Los zoofílicos practican la violación de animales partiendo de argumentos antropocéntricos y falaces.

¿Qué es la zoofilia y el bestialismo?

Hay temas delicados que los activistas veganos estamos obligados a tratar y trasladar con profesionalidad por el bien y la defensa de los animales. En el artículo de hoy voy a hablar sobre la zoofilia y por qué su práctica —el bestialismo— supone una vulneración de los Derechos Animales. Asimismo, trataré hondamente algunos de los argumentos zoofílicos y su refutación.

La zoofilia es una parafilia consistente en una atracción sexual hacia los animales. Como sucede en otras parafilias, tanto en aquéllas que involucran o no a otros sujetos, la zoofilia hace que el sujeto afectado desee mantener relaciones sexuales con animales y ejercer determinadas prácticas; las cuales reciben el nombre de bestialismo.

Este conjunto de acciones son injustas porque, como sucede en el caso de la pederastia, los animales carecen del nivel de conciencia necesario con que dar su consentimiento libre e informado para mantener una relación sexual con un humano. En un nivel psicológico y ético, los animales son como bebés humanos o niños pequeños. Todos ellos son amorales (no diferencian entre el bien y el mal) y pacientes morales (merecen respeto y no pueden ser juzgados moralmente).

El consentimiento es un requisito obligatorio para que un sujeto pueda participar con garantías en un encuentro sexual. Estas garantías, éticas o legales, no existen para el caso de los animales. Un animal manipulado, penetrado o violado por un humano zoofílico carece de cualquier tipo de protección ante la ley.

Partido Vegano - Leona - Violación en animales
Los leones violan a las leonas. Lo que hagan los animales es moralmente irrelevante porque ellos no son responsables de sus actos, nosotros sí.

Diferencia entre atracción sexual y violación

La atracción sexual se define como la atracción de un sujeto a practicar sexo con otro. El deseo sexual, de cualquier tipo, jamás justifica cometer acciones que perjudiquen a terceros. Los animales poseen sus propios intereses inalienables —vida, libertad e integridad— que son tan importantes para ellos como para nosotros los nuestros.

Podemos comprender que nadie decide experimentar una atracción sexual hacia los animales como tampoco elige tener una atracción hacia los hombres o las mujeres, entre otros. El deseo o el pensamiento no son punibles ética ni judicialmente. Sin embargo, las acciones exceden el plano del deseo sexual y sí son condenables. Quien presente una parafilia es plenamente responsable de sus actos y debiera ser condenado cuando incurra en acciones injustas contra otros sujetos.

Por su parte, una violación se define como la vulneración de la integridad física de un sujeto con un fin relacionado con el sexo. En la naturaleza hay animales que violan a otros animales. Por ejemplo, los leones violan a las hembras de su especie. No obstante, esto no significa ni justifica que esté bien que los humanos violemos a otros humanos ni que violemos animales. Apelar a este argumento incurre en la falacia naturalista.

Si entendemos que una violación entre seres humanos es algo injusto y aberrante, debemos comprender que violar a un animal no es éticamente distinto a hacerlo con alguien de nuestra especie. Violar animales vulnera, igualmente, su derecho a la integridad física. Si entendemos que los niños están desprotegidos frente a un adulto pederasta, debemos comprender que todos los animales están desprotegidos ante los seres humanos.

Existen violaciones practicadas por humanos en animales de carácter no sexual. Por ejemplo, los veterinarios y zootecnistas practican la violación de animales cuando inseminan artificialmente a hembras y extraen por la fuerza el semen de machos sementales.

Partido Vegano - Caballo atado a un remolque - Sociedad especista e hipócrita - Bestialismo con caballos
Los animales son esclavos del ser humano. Al quedar supeditados a nuestros deseos y preferencias, distintos miembros de nuestra sociedad pueden optar por practicar el bestialismo y usarlos de formas menos comunes. No existe ninguna diferencia ética entre explotar a este caballo como montura o hacerlo como instrumento sexual. Ni tampoco hay nada correcto en utilizar a esos dos perros como «animales de compañía» o para algo más.

Los animales están desprotegidos ante las prácticas zoofílicas

Las prácticas zoofílicas no se persiguen activamente, e incluso están aceptadas en determinadas culturas humanas. De hecho, no resulta difícil encontrar material zoofílico en internet y guías completas que explican cómo penetrar sexualmente a distintos animales, desde perros y caballos hasta delfines.

Hay grupos bienestaristas —llamados sensocentristas— que practican y promueven la zoofilia con argumentos hedonistas, es decir, arguyendo que una violación en animales pasa a estar bien porque les da placer. Por razones obvias, tales grupos callan sus pensamientos en lo tocante a la pederastia y otras acciones abusivas en humanos. Estos individuos utilitaristas defienden cualquier acción que les otorgue algún beneficio.

A este fenómeno se le suma que la vulnerabilidad de los animales y la universalidad de la explotación animal permite disponer de ellos con facilidad y faculta a sus agresores a hacerles cualquier cosa sin necesidad de excesiva discreción; pues tales víctimas no pueden denunciar a su agresor ni tampoco defenderse casi de ninguna forma. Y si lo hacen, se las sacrifica (asesina).

Los animales, lógicamente, están desprotegidos frente a un individuo zoofílico por la misma razón por la cual están desprotegidos ante un ganadero, un cazador o un torero, entre otros ejemplos. Todos los sujetos no humanos del planeta están catalogados como propiedades y objetos al servicio de la humanidad. Se los explota de millones de maneras con consecuencias iguales o peores a las de una violación. Por tanto, carece de sentido sorprenderse cuando se relatan casos de bestialismo en periódicos y noticias.

¡Derechos Animales ya! - Zooville (foro de zoofílicos)

La gente que padece zoofilia busca reunirse y compartir ideas y material gráfico sobre cómo prácticar violaciones y disfrutar a costa de la integridad y libertad de sus animales esclavizados como objetos sexuales.

Las falacias de los zoofílicos

Los humanos que presentan esta parafilia, la zoofilia, esgrimen una serie de argumentos falaces con que justificar y legitimar todo tipo de prácticas sexuales con animales. Después de haber indagado bastante en foros y distintas páginas de la web profunda ('deep web'), he hallado tres argumentos antropocéntricos y bienestaristas muy repetidos.

Por encima de cada enunciado muestro una captura, en inglés, de un ensayo escrito por un zoofílico para justificar la zoofilia (para visitar el enlace se requiere utilizar la red TOR):

¡Derechos Animales ya! - Argumento zoofílico de que los animales consienten tener sexo con humanos

El argumento zoofílico de que los animales consienten tener sexo con humanos

Este argumento se resume en la idea de que los animales, cuando muestran alegría o atención hacia los humanos, están consintiendo que prácticas de índole sexual. Este argumento equivale a afirmar que un niño esté consintiendo una violación por parte de un adulto si se muestra tierno o amable si muestra algún tipo de agrado o alegría hacia el adulto.

Se trata de una asunción unilateral de una realidad sin consentimiento expreso de la otra parte. Ni los niños ni los animales pueden consentir o aceptar un encuentro sexual por la sencilla razón de que no están dotados psicológicamente para entender las intenciones de los humanos adultos ni la finalidad de dichas prácticas sexuales.

Cuando los zoofílicos sueltan este alegato, recurren exactamente al mismo argumento esgrimido por pederastas y acosadores sexuales cuando aducen que la víctima los «provocaba» sexualmente.

¡Derechos Animales ya! - Argumento zoofílico de que los animales no quedan con secuelas psicológicas

El argumento zoofílico de que los animales no padecen secuelas psicológicas

Otro argumento falaz muy repetido es el de que los animales, a diferencia de los humanos, no padecen o no pueden padecer secuelas psicológicas derivadas de una violación. Nuevamente, este argumento incurre en dos peticiones de principio. Por un lado, los zoofílicos niegan que los animales puedan sufrir por una violación o que no deseen ser violados (asumen, sin más, que sus «compañeros» desean tener sexo con humanos), y por otro, establecen arbitrariamente que violar animales está bien si, supuestamente, no sufren secuelas psicológicas.

Las secuelas psicológicas son un posible resultado de una acción perjudicial sobre un sujeto. La ética (y la ley) no se construyen sobre las potenciales consecuencias de una acción; sino sobre la previa legitimidad (inexistente) de dicha acción. Justificar una acción apelando que no tendrá, teóricamente, una consecuencia negativa incurre en una falacia ad consequentiam.

No en vano, con este argumento, los zoofílicos prentenden desmarcarse de la pedofilia arguyendo que los niños sí padecen secuales psicológicas pero que los animales no. Vaya, qué oportuno.

¡Derechos Animales ya! - Argumento zoofílico de que tener sexo con animales es un servicio compensatorio

El argumento zoofílico de que tener sexo con animales es un servicio compensatorio

El argumento estrella de los zoofílicos coincide de lleno con el que esgrimen ganaderos, veterinarios y otros individuos que obtienen lucro y placer mediante la explotación animal. Estos individuos excusan las prácticas zoofílicas arguyendo que tener sexo con animales es una especie de intercambio o uso compensatorio por los servicios que el ser humano le brinda al animal.

Según quienes presentan zoofilia, los animales explotados como ganado o en trabajos forzados, no son usados meramente como recursos. Se trata de una afirmación un tanto curiosa considerando que, un par de líneas antes, se indica que tales animales vienen al mundo con una función planeada y designada por el ser humano.

No resulta causal que los zoofílicos citen a autores como el filósofo utilitarista Peter Singer, promotor moderno de la ideología bienestarista, y a la teoría kantiana; pues el bienestarismo establece que cualquier uso de los animales pasa a ser admisible si, desde el punto de vista humano, dicha acción produce placer en el animal o reduce su sufrimiento.

El animalismo institucional de partidos como PACMA y organizaciones como Igualdad Animal promueven la idea de que los humanos sólo debemos evitar el maltrato y sufrimiento animal. Dado que no consideran intrínsecamente incorrecto el hecho de participar en la explotación animal para algunos fines (carne, leche, huevos, etc.), justifican tácitamente aquellos usos que otros humanos hacen de sus respectivos esclavos.

Partido Vegano - Koala con una cría
La sociedad muestra preocupación por la extinción de especies al mismo tiempo que participa en la crianza y exterminio sistemático de millones de animales para explotarlos de distintas formas.

La hipocresía social respecto a la aberración de violar animales

Se da la paradoja de que la sociedad condena estos actos al mismo tiempo que participa y financia otras actos aberrantes, tales como el descorne de bóvidos, el despique de gallináceas, marcar a fuego o por hidrógeno líquido, y asesinar animales en mataderos de infinitas formas. No tiene sentido insultar y condenar a individuos zoofílicos ni llamarlos «maltratadores» mientras la sociedad no duda en causar los mismos o peores daños en estos mismos animales.

La dura realidad está en que la sociedad sólo rechaza aquellos daños que no le benefician. Y de esto se valen las grandes organizaciones animalistas y sus partidos asociados para hacer caja. Como sucede con la tauromaquia, la zoofilia está mal vista en sociedad por un carácter estético más que ético. Si un ser humano decide matar a un toro en su finca, casi nadie se sorprende; si decide torearlo en la dehesa hasta matarlo, sí recibe condena social.

Del mismo modo, si un ser humano decide degollar a un cerdo en su granja, casi nadie se rasga las vestiduras. En cambio, que alguien violara a un cerdo sí abriría las portadas de los periódicos. Y lo mismo si hablásemos de vacas, ovejas o de cualquier animal más o menos accesible para tales propósitos. Esta hipocresía social, fruto del especismo y del antropocentrismo, es el responsable de que todos los animales estén condenados desde el mismo momento de su nacimiento.

Partido Vegano - Dos vacas en un cuadro
La sociedad se sorprende que exista la zoofilia y el bestialismo porque mantiene una visión idealizada de la explotación animal y del estatus legal de los animales en el mundo.

Conclusión

Los activistas veganos defendemos la abolición de toda forma de explotación animal. No condenamos las prácticas zoofílicas porque sean únicamente una forma de «maltrato animal»; sino porque los humanos carecemos de legitimidad para usar a otros sujetos como medios o recursos para nuestros fines.

El concepto de «maltrato animal» es de índole bienestarista y no sirve para protegerlos porque cualquiera puede estar en contra de aquellos daños que no le brindan un beneficio a sí mismo.

Los defensores de los Derechos Animales rechazamos el bestialismo y toda explotación animal en reconocimiento de que los animales merecen respeto y de que no debemos perjudicar sus vidas de ninguna forma. Ellos no son objetos sexuales como tampoco comida ni ningún recurso a nuestra disposición.

Finalmente, hay que tener especial precaución con los sensocentristas. Estos individuos acostumbran a decir que son veganos o animalistas mientras defienden la violación de animales y otras acciones aberrantes (tales como encerrarlos en zoológicos o manipularlos genéticamente) que violan sus derechos fundamentales.