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El empoderamiento especista de las mujeres

¡Derechos Animales ya! - El empoderamiento especista de las mujeres - Feminismo mal entendido - Mujer ganadera
Una ganadera monta a caballo para controlar a las reses. Nótese que tanto el caballo como el toro son animales esclavizados y dominados por el ser humano. Se produce un empoderamiento especista de las mujeres cuando, dentro del feminismo, se promocionan actividades vinculadas a la ganadería y se ensalza el papel de la mujer ganadera. No tiene nada de justo que, dentro del movimiento feminista, se promuevan acciones especistas en mujeres bajo el argumento del empoderamiento femenino. Éste es un ejemplo de feminismo mal entendido.

Feminismo mal entendido

El feminismo es un movimiento social justo que defiende la igualdad, autonomía y soberanía de las mujeres como individuos plenos de la sociedad. Sin embargo, en los últimos años acontece un feminismo mal entendido cuando distintos sectores feministas asocian que ejercer la ganadería, y ciertas actividades de mayoría masculina, sea una forma de empoderamiento ético con que demostrar su valía.

En este artículo, quisiera lanzar una reflexión sobre el empoderamiento especista de las mujeres, es decir, sobre el error de participar y promocionar actividades basadas en la explotación, dominio y asesinato de animales con el fin de demostrar que las mujeres pueden, efectivamente, realizar las mismas labores que los hombres.

El empoderamiento especista incurre en un feminismo mal entendido. Así ocurre porque el feminismo es un principio ético basado, a su vez, en el principio de igualdad. La raíz del feminismo radica en el valor del individuo y la consideración de que la mujer merece respeto porque posee su propia conciencia e intereses inalienables. El feminismo comparte el mismo fundamento que el veganismo y otros principios análogos.

¡Derechos Animales ya! - Mujer ganadera
Una mujer ganadera no es diferente de un hombre ganadero. El empoderamiento femenino, justo y necesario, no debiera pasar por el dominio y asesinato de terceros. Los animales también son víctimas de nuestra opresión.

Ser ganadera no es una forma ética de empoderamiento femenino

Si entendemos que los animales también merecen respeto porque sienten y padecen como nosotros, se vuelve patente que no debemos ejercer contra ellos ninguna acción en detrimento de sus vidas, libertad e integridad. Si alguien feminista comprende que la humanidad debe respetar a las mujeres y que ellas son víctimas del heteropatriarcado, ¿cómo es posible que desde el movimiento feminista se fomenten acciones contra otras víctimas?

Al igual que sucedió con el racismo, hoy presenciamos algunas formas de feminismo que distan mucho de su definición y concepto originales. En el siglo XIX, el fin de la esclavitud negra no hizo que los hombres negros —esclavos hasta entonces— entendieran que las mujeres también sufrían un tipo particular de discriminación sexista. Los hombres negros eran tan sexistas hacia las mujeres como los hombres blancos.

Hoy, de la misma manera, la destrucción paulatina de los regímenes patriarcales no está logrando que las mujeres comprendan que los animales también merecen respeto. Las mujeres de la actualidad son tan especistas hacia los animales como los hombres. La mayor parte de las mujeres del mundo no han comprendido que los animales han sido y son sujetos tan o más cosificados históricamente que ellas mismas. Ello desemboca que, como los hombres, algunas se sientan atraídas a ejercer como ganaderas y practicar distintas actividades especistas.

¡Derechos Animales ya! - Mujer fumadora - Feminismo mal entendido
A mediados del siglo XX hubo grandes campañas publicitarias, ejercidas por compañías tabacaleras, para promocionar la imagen de la mujer fumadora como empoderada. Estos anuncios triunfaron y el número de mujeres fumadoras se multiplicó. Las técnicas de manipulación surten efecto en una sociedad que confunde la forma con el fondo.

¿Por qué acontece el empoderamiento especista?

La creencia de que una mujer ganadera, cazadora o pescadora sea empoderada deriva de la propia creencia antropocéntrica de que ejercer distintas formas de explotación animal sea una muestra de poder frente a terceros. Las mujeres que se enorgullecen al ejercer distintas formas de explotación animal muestran la misma mentalidad que algunos hombres aborígenes cuando persiguen y dan muerte a un león para demostrar su hombría. O, en un sentido actual, cuando los hombres se regodean en la tauromaquia y otros festejos crueles.

El empoderamiento especista se produce, ante todo, a causa de la omnipresencia del especismo y del antropocentrismo. Este pensamiento conduce a muchas mujeres a pensar que ellas son más importantes que los animales o que su opresión carece de parangón con el de otras víctimas.

Estos prejuicios tan cotidianos cobran relevancia en el marco de una sociedad tribalista, es decir, en que los diferentes colectivos sólo se preocupan por las necesidades e intereses de sus miembros mientras no dudan en ignorar o perjudicar los intereses de terceros. De hecho, muchos colectivos posmodernos llegan al extremo de negar que un oprimido puede ser opresor al mismo tiempo, algo que, cuando menos, resulta más que evidente en el caso de la mujer ganadera.

Por otro lado, también se produce una grave confusión cuando dentro del movimiento vegano se introducen sesgos sexistas para preferenciar o centrar su discurso en la situación de animales hembras (vacas, gallinas, etc.). Los animales de sexo femenino no son explotados por ser «mujeres» sino porque no son de nuestra especie.

¡Derechos Animales ya! - Ganadera en un concurso de arrastre con bueyes
Una ganadera participa en concurso de arrastre con bueyes. Nótese, cual ironía, que su camiseta pone «con la igualdad de la mujer en el deporte». Muchas mujeres reivindican «igualdad» mientras tratan y desprecian a otros animales igual que los hombres a quienes ellas acusan. Los animales, como las mujeres y otras víctimas oprimidas históricamente, desean que respetemos sus vidas.

Conclusión

El verdadero el feminismo y su puesta en práctica se encuentran muy desvirtuados en la actualidad, tanto o más como el veganismo, ante su propagación por masas desinformadas, manipulables y viscerables.

Acontece un feminismo mal entendido cuando observamos un terrible sesgo tribalista que enfrenta a unas mujeres contra otras según criterios arbitrarios. Hay quienes se creen feministas mientras ni siquiera les importan todas las mujeres del mundo. Ante este contexto, no cabe extrañarse de que el veganismo suene algo incomprensible para las mayoría de los individuos autoconsiderados feministas.

No puede haber justicia universal mientras los humanos nos creamos con legitimidad para explotar y cosificar a otros sujetos. Los animales también son personas, es decir, seres que poseen su propia personalidad y conciencia. Alguien feminista sólo puede ser justo y coherente si, al mismo tiempo, cumple con el principio ético del veganismo y defiende los Derechos Animales.

Este artículo fue actualizado el 22/01/2024

Adrián López Galera

Adrián López Galera

Grado en Biología. Máster en Estudios Lingüísticos, Literarios y Culturales. Amplia experiencia en Derechos Animales, Escritura Creativa y Administración de sistemas informáticos.