El sufrimiento animal no es el origen de problema
Una reflexión sobre el sufrimiento animal
Me gustaría lanzar hoy una reflexión acerca del sufrimiento animal. He decidido poner esta imagen respecto a la apropiación humana de los huevos de las gallinas para ejemplificar que no toda forma de explotación animal provoca sufrimiento; pero todas son injustas y evitables en la práctica totalidad de los casos.
A menudo, como activistas nos centramos en plasmar la cruda realidad que viven los animales, las torturas, el confinamiento, la sangre y todo tipo de aberraciones reales. Aunque sea real y cierto que los animales sufren por la explotación y esclavitud en la que están sumidos, el hecho de mostrar el sufrimiento animal sin explicar el origen del problema, ni el objetivo de los Derechos Animales, puede conducir a que los receptores del mensaje entiendan que basta con que acabemos con el sufrimiento de los animales. De hecho, en múltiples ocasiones se habla de éste como si aconteciera en el vacío.
Imagínate por un momento que los demás solamente te valoraran cuando considerasen que sufres, que nada que no te hiciera «sufrir» fuese cuestionado, que no fueras valorado por ser un individuo con sus propios intereses, con su propia personalidad con el derecho a ser libre. Esto quiere decir que todo acto que se cometiera contra ti sin que te hiciera innecesariamente sufrir estaría bien visto.
¿Te daría miedo? Claro que lo haría, porque valoras tu vida y no te gustaría que otros juzgaran si violar tus intereses estuviera bien o mal dependiendo de si te hiciera sufrir o no. Valoras tu vida porque quieres tener una libertad en función de tus intereses, no en función de los de los demás. Entonces, ¿por qué seguimos excusando la explotación de individuos siempre y cuando no haya sufrimiento?
Por el momento, no reconocemos que los animales tengan ningún valor excepto el valor que tienen para nosotros. Nos limitamos a decir que deben ser tratados humanitariamente para evitar su sufrimiento. Lo que no tenemos en cuenta es que los animales no humanos, al igual que nosotros, tienen más intereses que meramente no sufrir.
Este mono gibón, encerrado en un zoológico, está privado de libertad. En la actualidad se formaría un debate sobre si este animal sufre o no en cautividad en lugar de centrar el debate en la verdadera cuestión: ¿los animales quieren acaso permanecer encerrados? ¿Qué potestad tenemos para encerrarlos o decidir sobre la esclavitud de terceros? Apelar al sufrimiento animal suele ser un modo de obviar el problema de base.Conclusión
El sufrimiento animal es un concepto propio del bienestarismo,el cual olvida que se trata de una consecuencia lógica y esperable de quetratemos a los animales como simples objetos o recursos para nuestros fines. El propio hecho de cosificarlos ya implica que nuestra especie ejerce contra ellos la violencia, la coacción y la manipulación para satisfacer sus intereses egoístas. Seguiremos causando todo tipo de sufrimiento a los animales mientras los veamos como seres inferiores que existen para servirnos.
Mientras la mentalidad colectiva de la humanidad no cambie, todos los animales seguirán regidos por leyes especistas que, en todos los casos, sólo persiguen el lucro e interés humano. Las leyes de «Bienestar Animal» no buscan proteger el bienestar de los animales; sino incrementar la productividad de la ganadería por medio de un mejor trato, una mejor imagen de la explotación y una reducción en cuanto a bajas laborales.
El sufrimiento animal es inherente a la esclavitud de los animales, así como el sufrimiento de los esclavos humanos lo es mientras su libertad pertenezca a otro. Por tanto, resulta legítimo mostrar y condenar el sufrimiento que padecen los animales mientras nos centremos en explicar que todos ellos merecen respeto por sí mismos y nos enfoquemos en ir a las raíces del problema. El activismo educativo y dirigido hacia los argumentos es el único que puede cambiar la sociedad. Las sensaciones pueden irse tan pronto como llegan ante una imagen de verdadero terror.