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«Firma ahora» «Detén el sufrimiento animal con un clic»

¡Derechos Animales ya! - Mujer acaricia a una caballo - Firma ahora - Maltrato animal - Sufrimiento animal
Muchos partidos y organizaciones buscan el sensacionalismo barato, apelando al sufrimiento animal en múltiples formas de explotación animal —como la caza de animales salvajes— para captar socios y donaciones. No buscan educar, enseñar o promover los Derechos Animales; sólo persiguen el lucro.

¿A qué esperas? ¡FIRMA AHORA!

«¡Firma ahora!»

«El Gobierno permite la caza de animales salvajes. Tú puedes frenar el maltrato animal desde el sofá. Detén el sufrimiento animal con un clic».

Textos y eslóganes como el anterior son reales y muy frecuentes por parte de organizaciones animalistas. En lugar de concienciar por qué los animales merecen respeto o tratar de explicar por qué todo esto está permitido por ley, las organizaciones animalistas (bienestaristas) prefieren orquestar campañas sensacionalistas y monotemáticas copadas con los términos de «maltrato animal» y «sufrimiento animal» para obtener socios y donaciones sin cambiar la mentalidad colectiva que desemboca en estos actos atroces.

Como activista, suelo toparme con muchas recogidas de firmas. Una de las últimas que vi se trataba de una realizada en Australia por una matanza de caballos salvajes que estaba efectuando su gobierno. Algo tan horrendo como otros rituales satánicos descubiertos en Francia. Si los activistas veganos fuésemos con las organizaciones animalistas buscáramos lucrarnos a costa de los animales, podríamos haber ingeniado una manera de criticar un suceso nacional relacionado con la tauromaquia y así cobrar mayor visibilidad a base de medias verdades.

Por el contrario, a través de este ejemplo, los activistas veganos por los Derechos Animales transmitimos que los animales de todo el mundo están catalogados como «bienes muebles semovientes» —objetos con movimiento autónomo— y que ello no cambiará mientras la sociedad crea que los animales existen para servirnos.

¡Derechos Animales ya! - Una jarra y un vaso de leche
De nada sirve que alguien preocupado por los animales rellene una petición animalista del tipo «firma ahora contra el maltrato y el sufrimiento animal» si luego, en sus hábitos de consumo, participa en la explotación animal al tomar carne, leche, huevos u otros productos de origen animal. No se los puede defender mientras se impiden sus derechos legales.

No basta con un «firma ahora», sino ser coherente

El fraude de las organizaciones bienestaristas con su «¡firma ahora!» —una traducción literal del inglés «sign now»— lleva a mucha gente a pensar que lo único o más importante que puede hacer es firmar o donar dinero para que otros se encarguen de defender a los animales. Mientras siga existiendo una sola persona humana que firme desde su casa, pero que, al mismo tiempo, consuma productos de origen animal, o participe de algún modo en la explotación animal, todos los animales seguirán sin derechos, esclavizados, domesticados y exterminados.

El antropocentrismo sólo contempla la existencia de los animales como domesticados o exterminados. Nuestra civilización esclavista no admite la vida libre de los animales y nosotros queremos cambiar eso. Para conseguirlo no solamente necesitamos la unión y apoyo de todos los veganos; sino que una gran masa social dé el paso hacia el veganismo por esta razón.

Para lograr que los animales reciban el respeto y la protección que merecen —y no sólo ante la caza del lobo ibérico o la tauromaquia—, se requiere un profundo ejercicio de reflexión y autocrítica. Los animales deben dejar de confiar en aquéllas organizaciones que traicionan a los animales, y que promocionan la carne ecológica de «Bienestar Animal», los huevos sin jaulas o los mataderos móviles.

Por desgracia, las estadísticas muestran que pocos individuos leen textos completos. En consecuencia, algunas publicaciones como la presente, cuando alcanzan las comparticiones suficientes en redes sociales, se llenan de gente que comenta con un «firmo», en alusión a nuestra primera línea de texto, sin haber visto más allá. Aquí deseo plasmar una dosis de realidad.