bienestarismo

Rituales satánicos con caballos en Francia

Partido Vegano - Caballos en un prado - Rituales satánicos
Los caballos y otros animales desean vivir libres de nuestra dominación y sometimiento. La noticia de que en Francia se han practicado rituales satánicos en que mutilan y asesinan caballos vuelve a evidenciar la enorme disonancia social de la humanidad.

Mutilación y asesinato de caballos por rituales satánicos en Francia

Gracias al activista Manuel Gil Estévez nos hemos enterado recientemente de una noticia publicada por El Mundo. Este medio se hacía eco de rituales satánicos practicados con caballos en Francia con fines desconocidos:

Cerca de 30 caballos han sido mutilados y asesinados en lo que va de año en distintas zonas del país. Los investigadores no descartan que se trate de prácticas satánicas.

Al leerlo se me ocurrió que estos hechos tan lamentables podían servir para aclarar algunos conceptos sobre el bienestarismo, la disonancia social e, inclusive, el mal uso del término «eutanasia» en animales.

Como señaló nuestro compañero Manuel Gil Estévez, si este rito se hubiera producido por motivos gastronómicos en lugar de por razones religiosas, estos acontecimientos no serían noticia. Si acaso, podrían haber sido noticia si estos ritos religiosos se hubiesen correspondidos con los de alguna religión no mayoritaria en Francia y en otros países occidentales. La disonancia social desemboca en que un mismo suceso se considere una injusticia o no según factores externos.

Si esto mismo se hubiese realizado con cabras en mitad de una calle por el rito Halal, habría habido una confrontación entre quienes lo considerarían una barbarie impropia de Occidente y quienes lo estimarían como una acción respetable de su cultura. De hecho, la hipocresía llega a provocar que haya humanos capaces de justificar graves aberraciones, como la matanza de caballos salvajes en Australia, por razones mucho más nimias y triviales. En lo que se refiere a las vidas de los animales, el ser humano es capaz de relativizar cualquier acción por aberrante que fuere.

Si a estos caballos los hubieran mutilado y asesinado por la simple razón de que ya no valieran para competir, para pasear humanos, para practicar terapias, para arrastrar cargas, o porque el propietario no pudiese o no deseara mantenerlos, ninguno de estos hechos habrían acabado recogidos en ningún periódico ni medio de comunicación. De hecho, si así hubiese sido, nuestra sociedad, tan disonante, no lo consideraría siquiera asesinato.

Los mismos humanos que hoy maldicen a estos satánicos en Francia dejarían de hacerlo y se sumarían a sus matanzas si éstos alegasen que comen caballos por su grato sabor, por la exquisitez de su carne o porque «lo necesitan» debido a la falta de otros recursos alimenticios.

El ser humano sólo juzga las acciones que se comenten contra los animales en función de si se le reporta o no un beneficio. Esto, a su vez, se correlaciona con la visión general de aquellas acciones bien vistas o mal vistas. De esta manera, nuestra mentalidad utilitarista ha ido definiendo, a lo largo de los siglos, cuáles cosas estaban bien o mal hacerles a los animales según la conveniencia del momento. En culturas pasadas se practicaba con normalidad los sacrificios de animales y de humanos, por tanto, aquellas culturas no lo consideran «maltrato» ni asesinato.

Partido Vegano - Dos caballos trotan por un prado - Disonancia social - Francia
Los caballos y otros animales valoran su libertad e intereses inalienables. La misma gente que, por disonancia social, se echa las manos a la cabeza por la existencia de rituales satánicos debería dejar igualmente de percibir a los animales como objetos a su servicio.

¿Por qué suceden estos rituales satánicos?

Los animales de todo el mundo están y estarán absolutamente desprotegidos mientras el ser humano sólo evalúe las acciones que perpetra contra ellos en función del beneficio obtenido. Esta mentalidad utilitarista permite que cualquiera pueda estar contra el «maltrato animal» y con su sufrimiento sin mover un dedo.

Nuestro error como sociedad radica en que asumimos, dogmáticamente, que tenemos legitimidad para usar los animales como simples recursos para nuestros fines. Cuando un animal ya no sirve para su fin establecido por el ser humano, éste lo asesina y recurre a eufemismos como el término «eutanasia» para ocultar razones de interés propio. Por ejemplo, muchos caballos y otros animales son sacrificados cuando suponen un gasto que el propietario no está dispuesto a afrontar ante la ausencia de un retribución en servicios.

Noticias como la presente sólo indignan a una sociedad hipócrita que participa a diario en la explotación, esclavitud y el asesinato sistemático de otros millones de animales. Lo que a la sociedad parece preocuparle en el fondo es que estos rituales satánicos con caballos estén fastidiando el negocio de las yeguadas y de sus explotadores en general. Dado que las grandes organizaciones animalistas no defienden los Derechos Animales.

No cabría extrañarse de que, en el caso de que estas prácticas continuasen y se volvieran más frecuentes, alguna organización animalista propusiera regular estos rituales satánicos con consignas del tipo «nada de cortar el hocico y desangrarlos sin previo aturdimiento», «sufrimiento cero para los sacrificios satánicos».

Así de disonante es nuestra sociedad. Y los activistas veganos conocemos y condenamos la arbitrariedad humana, en todos los sentidos, en defensa absoluta de los animales y sus derechos.