España ha asesinado 92 700 visones por el coronavirus
Un holocausto animal por especismo y paranoia
Según publicaron medios como el ABC, el Ministerio de Sanidad ordenó la ejecución sistemática e inmediata de 92 700 visones acusados de ser portadores del coronavirus. En este artículo quisiera lanzar una reflexión sobre el origen de estos hechos.
La vida de los visones y de otros animales no vale absolutamente nada (cero) ante la ley. Si un ser humano contrae el virus, se lo atiende para curarlo. Si se trata de un animal, directamente se lo asesina. Y aunque un animal esté sano, se lo asesina igualmente si se lo considera posible vector de la enfermedad. Los activistas veganos nos limitamos a condenar esta aberración; deseamos explicar por qué los animales son objetos ante la ley y qué podemos hacer para cambiarlo.
El origen de esta acción radica en nuestra mentalidad cosificadora hacia las víctimas. Exterminar animales por ser animales no tiene nada de diferente a exterminar judíos por ser judíos. Al igual que existe el racismo, existe el especismo.
Los animales carecen de derechos legales porque la sociedad los considera meros recursos que existen para servirnos debido a un prejuicio transmitido de generación en generación. Quien lea esta noticia, tan aberrante, sobre el asesinato de estos pobres visones y le preocupen los animales debe, por coherencia, dar el paso hacia el veganismo. Éste es el principio ético fundamental que nos permite ser justos con todos los animales y luchar en el terreno legal contra esta injusticia.
España ha asesinado 92 700 visones que se encontraban en granjas peleteras porque sitúa cualquier nimio riesgo para la salud humana por encima de la vida, libertad e integridad de los animales. No cabe sorprenderse, considerando que el ser humanos sitúa cualquier placer gustativo, recreativo o estético por encima de cualquier interés genuino que tuviera un animal.¿Por qué España ha asesinado 92 700 visones?
España ha asesinado 92 700 visones por la misma razón que mandó a matar («sacrificar») al perro Excalibur: los animales son objetos ante la ley porque la sociedad los considera objetos ante su ética. Estas acciones siempre tratan de excusarse apelando a la salud pública o a graves riesgos para humanos. La razón no radica en la gravedad del suceso, sino en el simple hecho de que un animal —«ser inferior»— pueda perjudicar intereses humanos.
Aunque no hubiera visones infectados con coronavirus, si se hubieran escapado de estas granjas, se los habría asesinado igualmente para impedir que perjudicaran a intereses ganaderos o ecologistas sobre el medio natural. Lo mismo sucede con animales salvajes, como las palomas o las ratas: cualquier animal que afecte a los intereses humanos termina muerto mediante venenos o trampas letales.
Para cambiar la ley se requiere primero un cambio drástico de mentalidad. Y ese cambio debe producirse en la mentalidad de aquéllos que se denominen «animalistas» mientras comen carne y participan en miles de formas en la explotación animal.
Los veganos no estamos contra el maltrato animal , es decir, no nos limitamos a condenar la manera en que se trata y mata a los animales, ni nos dedicamos indignarnos y escandalizarnos por el asesinato de estos pobres visones a causa del coronavirus, como si fuese una novedad o algo que nunca alguien se imaginaría.
Un activista vegano, debidamente formado, sabe y conoce perfectamente todas y cada una de las injusticias que padecen los animales cada día y es el único que defiende el reconocimiento de derechos para todos los animales ante la ley.
Nosotros no nos limitamos a exigir penas más duras contra el «maltrato animal»; sino que ponemos sobre la mesa el deber humano de reconocerles una plena igualdad en cuanto a derechos legales. Esto, y no otra cosa, es justicia para los animales. Pedir menos significa aceptar y promover la idea de que los humanos somos seres superiores. El tiempo de nuestra mentalidad supremacista debe terminar como lo hizo la esclavitud negra y el apartheid hace no mucho.
Y cabe recordar que tales injusticias no terminaron, precisamente, por que hubiera un partido que pidiese «bienestar negro». Todo lo contrario: la abolición de un régimen opresor sólo puede terminar cuando se exige el cese de dicho régimen, no meras regulaciones sobre la manera en que tratar y asesinar a las víctimas.