bienestarismo

Las organizaciones animalistas son un fraude

¡Derechos Animales ya! - Conferencia de Humane Society International en donde promueve el bienestarismo - Las organizaciones animalistas son un fraude
¿Te has fijado? Ser miembro de la Humane Society International te convierte en alguien guay. Observa qué poses. Discriminar entre animales y soltar la cartera resulta la mar de divertido. ¿Para qué hablar de temas serios pudiendo convertir la explotación animal en un espectáculo de corte elitista-sectario-piramidal? Las organizaciones animalistas son un fraude.

Introducción

El grueso de la sociedad, tanto animalistas como gente ajena a esta cuestión, cree que las organizaciones animalistas defienden a los animales. Esto es falso, tanto en un sentido legal como empírico. En este artículo voy a resaltar la ideología basal de las organizaciones animalistas, la motivación de sus campañas y el modus operandi que profesan para estafar a sus socios.

Tipos de animalistas: veganos y bienestaristas

Siguiendo la exposición de Sergio Greif podríamos clasificar a los animalistas en dos grupos según sus posiciones ideológicas: los partidarios de la «Liberación Animal» y los partidarios del «Bienestar Animal». En otras palabras: los defensores de la liberación animal y los asesores de la explotación animal. Estos últimos se denominan «bienestaristas» y constituyen lo que actualmente entendemos como organizaciones animalistas.

Los primeros defienden que los animales no humanos sean liberados de nuestra opresión, es decir, que dejen de ser considerados como «seres inferiores», y como objetos y recursos para beneficio humano. Postulan que los animales sean considerados como sujetos de derechos y sea abolido su estatus de propiedad. Asimismo promueven el veganismo como un imperativo moral. A nivel activista, hay diferencias de opinión sobre la manera adecuada de conseguir liberar a los animales, pero el activismo educacional es una de las opciones más apoyadas y es la que yo considero como la más apropiada.

Los segundos defienden que los animales sean tratados de forma «compasiva» o «humanitaria». No consideran que merezcan derechos no defienden que dejen de ser propiedades humanas; sino que se limitan a exigir que se los trate de una forma algo más «humanitaria». Se oponen al «maltrato»; pero no a la explotación y esclavitud de los animales no humanos.

Los bienestaristas defienden que la explotación animal sea reformada legalmente y, en ocasiones, que se prohíban algunos determinados usos que consideran «crueles». Los bienestaristas no pretenden ninguna revolución del paradigma actual sino que sólo pretenden una modificación de la tiranía que los humanos ejercemos sobre los otros animales.

No importa cómo te audenomines a ti mismo. Lo que importan son tus palabras y acciones. Si tus palabras y acciones son soporte para la explotación de los animales entonces no defiendes su liberación.

Bienestaristas - Organizaciones animalisttas

Origen y auge de los bienestaristas

Esta ideología utilitarista se vio reforzada por las obras del filósofo Peter Singer. sin embargo, No nos dejemos engañar por su libro titulado «Liberación Animal»: lo relevante al final son las ideas y las acciones; no las etiquetas. Ese libro, aunque denuncia el especismo, defiende la posición del «Bienestar Animal» y está basada en la filosofía del utilitarismo.

El propio Singer explica en el prólogo de este libro que él estuvo influido al titularlo por expresiones como «liberación de las mujeres» y denominaciones similares que se pusieron muy en boga durante la década de los 70 del siglo XX cuando lo escribió. Pero la elección no fue acertada; puesto que Singer no defiende en ningún momento que a los animales se los libere de la dominación humana —no defiende su emancipación—; sólo propone una reforma en la manera en que esclavizamos a los demás animales.

Singer reforzó la mentalidad antropocéntrica y alentó la formación de grupos animalistas que se convirtieron en asesores de la explotación animal.

Los bienestaristas actúan como asesores de la explotación animal

Casi todos los grupos autodenominados «animalistas» están conformados por bienestaristas. Tal es el caso de Mercy For Animals y también de IgualdadAnimal. Estos colectivos se dedican a asesorar sobre la forma «correcta» de explotar a los animales. Con dicho adjetivo se refieren a una hipotética manera en que no les causase sufrimiento, o bien, el menor sufrimiento posible.

En una reciente noticia aparecida en la publicación Sin Embargo vemos un ejemplo notorio que ilustra la posición bienestarista:

«Por su parte, Mercy for Animals pide firmar aquí para solicitar a las autoridades que fortalezcan las leyes, protejan a los animales y aseguren que sean insensibilizados antes de que se les corte la garganta.»

Aquí comprobamos que los bienestaristas actúan como asesores de la explotación animal. No estoy usando ninguna figura retórica cuando digo que son asesores. Los bienestaristas son literalmente asesores de la explotación animal. Ellos están a favor de la explotación de los animales, y colaboran en que ésta se mantenga, aunque les preocupa el sufrimiento que les causamos y pretenden reducirlo. Si bien, como veremos ahora, el bienestarismo no ayuda a reducir ese sufrimiento ni a evitarlo.

"La organizaciones Igualdad Animal y Mercy For Animals denunciaron en un video que empleados de al menos 21 rastros en México utilizan métodos inadecuados y crueles para matar ganado. La agrupaciones señalaron que la tortura va desde choques eléctricos en los ojos hasta puñaladas. Por ello, llamaron a reforzar las leyes y a manejar de manera correcta la matanza de animales en los rastros."

En otra campaña similar, la directora de «Igualdad Animal México» denuncia que la normativa legal no se cumple en los mataderos y exhorta a que los animales sean asesinados cumpliendo con lo que dice la ley de «Bienestar Animal». Por tanto, «Igualdad Animal» funciona en la práctica como una asesoría para los explotadores institucionales y así la gente pueda estar tranquila sabiendo que los animales supuestamente son «sacrificados sin dolor».

Consecuencias de las acciones bienestaristas

Lo que hacen los grupos bienestaristas al difundir ese tipo de medidas no es ayudar a los animales —que seguirán siendo agredidos y asesinados igualmente— sino que están reforzando la idea de que si los animales «sufren menos», o no sienten dolor en el momento de matarlos, entonces es aceptable usarlos de comida. Lo que hacen al promover esa medida es reforzar el mito de que puede haber una explotación «humanitaria». Pero se trata sólo de eso: de un mito.

En primer lugar, no contamos con ningún dato que avale la idea de que el sufrimiento es menor con estas reformas. No hay ningún cálculo ojetivo que explique cómo se supone que reduce el sufrimiento. Nada. En cambio, los informes de los expertos independientes señalan que los animales esclavizados continúan padeciendo toda clase de tormentos en los nuevos tipos de jaulas y que no sería objetivo afirmar que su bienestar sea mejorado gracias a las reformas del «bienestar animal».

Los bienestaristas muestran con sus investigaciones que esas leyes de «bienestar animal» no protegen ningún bienestar real y que su contenido consiste sistemáticamente en vulnerar los intereses básicos de los animales para el beneficio humano: su interés en continuar existiendo, su interés en evitar el daño, su interés en no estar sometidos a la voluntad ajena.

Nos encontramos con el asburdo de que los bienestaristas reconocen que estas leyes no funcionan para proteger a los animales y se incumplen sistemáticamente en la abrumadora mayoría de los casos ¡pero insisten en defenderlas a pesar de la toda evidencia del fracaso del «Bienestar Animal" como presunta estrategia para beneficiar a los animales explotados.

Lo que sí consigue el engaño del «bienestar animal» es perjudicar todo el trabajo que hacemos en favor del veganismo, porque el bienestarismo refuerza la creencia de que está bien explotar animales si no se hace de forma «cruel», que es precisamente lo que buscan los explotadores institucionales con esta propaganda. Gracias al apoyo de los grupos bienestaristas, los explotadores institucionales se presentan ante el público como «compasivos» y «humanitarios» con los animales. Esto no ayuda a los animales, sólo ayuda al beneficio de la explotación animal como actividad económica; lo cual agrava y perpetúa el sufrimiento de tales víctimas.

Según se publica en el medio Vanguardia:

«Organizaciones exigen que el maltrato y la tortura registrada en los rastros y granjas en México sea considerado como un delito que se castigue con cárcel, para así garantizar un trato digno para los animales».

Esto es, según las organizaciones bienestaristas matar a los animales para servirnos de comida es compatible con darles un «trato digno». Según ellos, usarlos como recursos y mercaderías es compatible con darles un «trato digno». ¿Estaríamos de acuerdo en hablar así si se tratara de seres humanos?

En la misma noticia, la directora de «Igualdad Animal México», Dulce Ramírez, declara que ellos buscan que los animales queden inconscientes antes de matarlos:

«Mientras los animales sigan siendo asesinados para convertirse en comida, lo menos que podemos hacer es asegurarnos de que estén inconscientes antes de que los abran a puñaladas o los sumerjan en tanques de agua hirviendo […] Es momento de fortalecer las leyes en México para ayudar a prevenir este tipo de crueldad en contra de los animales. Esta es una medida de sentido común, urgente y necesaria, que aliviaría en gran parte el sufrimiento de millones de animales al año»

¿«Lo menos» que podemos hacer es asegurarnos de que las víctimas estén inconscientes en el momento de matarlas? ¿Y cómo se supone que van a conseguir eso? ¿Van a estar los bienestaristas vigilando en cada ejecución de cada matadero del país asesorando a los matarifes? Además, ¿qué sucede con todo lo anterior a la ejecución? ¿Acaso los animales no padecen toda clase de coacciones y agresiones contra su integridad física?

Los bienestaristas incurren en un error de base

Si nos fijamos, nos daremos cuenta de que la preocupación bienestarista por el sufrimiento se centra solamente en determinado grado de sufrimiento. Por lo general, un grado bastante alto. Si el sufrimiento no llega a ese nivel entonces deja de preocuparles. Sin embargo, no podemos justificar moralmente ningún sufrimiento infligido a los animales motivado por su uso como recursos para los humanos.

El uso de animales incumple todos los principios éticos básicos y, además, ni siquiera se puede excusar apelando a la necesidad, ya que no necesitamos consumir animales para vivir y tener buena calidad de vida.

Las leyes anti-crueldad no sirven para proteger a los animales ni pueden funcionar de esta manera, porque no se crearon para proteger los intereses de los animales sino que su función consiste en proteger la eficiencia de la explotación animal. Todos los partidarios de la explotación animal están a favor del «Bienestar Animal», porque saben bien que esto favorece sus intereses, y no los intereses de los animales que explotan.

Este fracaso del «Bienestar Animal» como supuesta herramienta para proteger a los animales ha sido analizado detalladamente en su trabajo por el profesor Gary Francione, quien explica que esta aparente preocupación por el bienestar de los animales está en realidad motivada por la preocupación real acerca de la eficiencia de la explotación.

Estas leyes persiguen como objetivo que la explotación de los animales mejore en su productividad y rendimiento económico. Pero si ese rendimiento puede continuar adelante sin acatar dichas leyes esto será lo que suceda. A los responsables de esas leyes no les preocupará que se incumplan mientras la explotación funcione adecuadamente, porque el objetivo del «Bienestar Animal» no es proteger a los animales —si así fuera comenzaría por condenar su explotación— sino proteger el bienestar de la industria y de sus consumidores.

La propia organización IgualdadAnimal al comienzo de su vida denunciaba el Bienestar Animal que ahora apoya y promueve; tal y como se puede ver, por ejemplo, en este artículo del año 2007 titulado «Reformar la esclavitud como forma de perpetuarla: el caso del consumo de carne de ternera». No hay un solo dato que indique que la situación haya cambiado desde entonces. Los bienestaristas simplemente han decidido apoyar una estrategia que saben que no ayuda a los animales; pero que saben que les proporciona ingresos económicos para financiar sus sueldos.

Los bienestaristas descubrieron un filón económico basado en la compasión

Los bienestaristas descubrieron que mucha gente prefiere dar dinero a organizaciones antes que tener que cambiar sus hábitos y costumbres. Descubrieron además que mostrando imágenes de granjas y mataderos industriales aumentaba la demanda de gente dispuesta a dar dinero para que se terminara con la «crueldad» hacia los animales. Así han creado un lucrativo negocio.

En última instancia, los bienestaristas proponen como opción —no como obligación moral— que no comamos animales porque entienden que ésa sería la «mejor» manera de evitar el sufrimiento de los animales. Pero ellos no están en contra de la explotación, sólo están en contra del sufrimiento:

«Por favor, firma la petición para instar al Gobierno federal a que sea un crimen matar a los animales mientras estén aún conscientes y puedan sentir dolor. [Hacerlo] sería un paso en la dirección correcta, pero en última instancia, la mejor manera de que los individuos compasivos protejan a los animales de granja de la crueldad y el sufrimiento innecesario es simplemente dejarlos fuera de nuestros platos”, exhortó a la sociedad en general.»

Los bienestaristas consideran que explotar animales no es intrínsecamente inmoral, y sólo les importa la manera en que lo hagamos. Su ideología se basa en la filosofía del utilitarismo, y esta filosofía postula que sólo importa reducir el sufrimiento y aumentar la felicidad en términos generales. Cualquier cosa que consiga ese objetivo es aceptable para el utilitarismo aunque suponga utilizar a los individuos como simples recursos y destruir sus vidas para lograr ese objetivo. Los bienestaristas llevan a la práctica esa filosofía en el contexto de la relación entre los humanos y los demás animales.

Una síntesis del problema actual de los bienestaristas

Los bienestaristas defienden que hay una formas «mejores» que otras de explotar a los animales. Pero cualquier forma de explotación que supuestamente cause menos sufrimiento que otra ya es «mejor», con lo cual el bienestarismo sirve para condonar cualquier forma de explotación siempre que podamos compararla con otra que supuestamente fuera «peor». Y siempre podremos encontrar otra que sea peor en el sentido de conllevar más daño y sufrimiento a los animales.

El bienestarismo no reduce el sufrimiento sino que lo agrava, porque favorece que los animales sean explotados de la peor manera posible para así poder proponer indefinidamente reformas para conseguir «mejorar» la explotación, que en todos los casos será siempre violenta y brutal.

El bienestarismo existe dentro del mismo esquema mental que el especismo: ambas ideologías consideran que los demás animales son cosas —«cosas que sufren»— que existen para estar a nuestro servicio y disposición y que carecen de personalidad moral y derechos inalienables. Nada de esto tiene que ver con respetar y defender a los animales. Esto es defender que los animales sigan siendo explotados. Los bienestaristas son los asesores de los explotadores institucionales. Son los colaboracionistas de la opresión.

Hay una perspectiva moral diferente y opuesta a la del utilitarismo o bienestarismo: la filosofía de los Derechos Animales. Según esta filosofía, dejar de consumir animales no es la «mejor" opción; es la única. Ante la explotación animal dejar de consumir animales es la única manera de respetar a los demás animales. Por la misma razón que ante la esclavitud humana, dejar de esclavizar a seres humanos no es la «mejor manera»; es la única manera de ser respetuosos con los seres humanos. Dentro de esta filosofía se encuentra su base fundamental que es el veganismo.

Podemos elegir entre trabajar por liberar a los animales de la opresión o podemos elegir apoyar que sigan siendo explotados bajo leyes que dicen que son tratados de forma «humanitaria». Pero antes de elegir deberíamos tener claro que apoyar el «Bienestar Animal», y la regulación de la esclavitud animal, no puede ser coherente ni compatible con la primera opción.

Las organizaciones animalistas son un fraude

Los miembros que integramos la sociedad occidental actual solemos buscar el modo más rápido y eficiente de lograr algo debido en gran parte al contexto estresante que rige nuestra vida. Esto, sumado la ideología utilitarista imperante respecto a los animales, lleva a muchos activistas a establecer la relación errónea entre llegar a la gente y transmitir un mensaje veraz.

Por psicología, los humanos tendemos a escuchar aquellas ideas que concuerdan con las nuestras. Por ende, el método más efectivo para ganarse la atención de alguien consiste en reflejar su propio pensamiento, el cual, en lo referente a la explotación animal, consta de meros prejuicios y malinformaciones como fruto de un sistema educativo deficiente y un adoctrinamiento social ejercicio durante generaciones.

Lógicamente, decir aquello que la otra persona desea oír puede servirnos para que consienta nuestro acercamiento (real o virtual); sin embargo, ¿acaso un mensaje adaptado a gusto del consumir permite defender a las víctimas? En absoluto. Si el objetivo de un activista, por definición, consiste en acercar una injusticia al conocimiento del otro, no tiene el menor sentido informar de las acciones injustas que cometemos y, al mismo tiempo, darles una palmadita en la espalda para que sigan cometiéndolas.

Las maniobras de las organizaciones animalistas podrían resumirse en: «No te preocupes, los humanos somos superiores y no importa que los explotemos». Contradictorio, ¿no? Pues ésta es la razón de por qué son un fraude.

Entonces, ¿por qué presenciamos a diario que montones de organizaciones tienen la cara dura de hablar sobre un activismo eficaz a la par que transmiten un mensaje carente de validez y fundamento? La razón es simple: las organizaciones animalistas son un fraude. Aproximarse a la gente les brinda la oportunidad de negocio al generarles una pequeña inconformidad moral o sentimental que se traduce en dinero cuando el activista de turno indica que puede donar para «ayudar a los animalitos». He aquí, por tanto, la principal de muchas confusiones categoriales promovidas por instituciones a sus miembros a tenor de que les permite enriquecerse y perpetuarse.

¡Derechos Animales ya! Logo de la Humane Society International
De entre las miles de organizaciones animalistas, la «Humane Society International» es, posiblemente, una de las organizaciones más rastreras que existen. Dicen defender los Derechos Animales mientras promueven los zoológicos, la ganadería «ecológica» y cualquier forma de explotación animal en beneficio humano. Su depravación llega hasta el punto de que hacen campañas dirigidas a menores para que les donen el dinero obtenido por sus cumpleaños.

Las organizaciones animalistas actúan como empresas de la miseria ajena

Las organizaciones animalistas son un fraude sin escrúpulos porque actúan exactamente igual que cualquier empresa o inclusive mejor: crean una necesidad surgida de la empatía (liberarse de culpa por participar en el «maltrato animal») y, seguidamente, ofrecen un producto a medida para satisfacerla. A continuación expondré una mezcla entre las consignas típicas y aquello que verdaderamente pasa por sus mentes cuando las proponen. Cualquier parecido con la realidad, sobre todo en el caso de la «Humane Society International», es simple coincidencia:

¿Eres estudiante y te preocupan los animales? Con 5€ al mes puedes salvar a muchas ballenas en las costas de Japón. Nos vamos a países lejanos y elegimos a los cetáceos tanto para evitar enfadar a clientes potenciales como por la pasión que despiertan estos animales. Si a la gente les importasen la moscas, igual lanzaríamos una campaña contra los insecticidas y lanzaríamos una regulación sobre la fabricación y compra de matamoscas. Mira cuán ingeniosos somos.

¿Te gustan los perros y gatos? Qué lástima lo de China, ¿verdad? Hazte socio/a y colabora por tan sólo 10€ al mes para lograr que 1000 millones de chinos dejen de explotar perros por arte de magia y se limiten solamente a explotar a otras especies menos queridas en Occidente. Coaccionémolos, pues para algo mandamos los gringos y europeos.

¿Estás en contra de la tauromaquia porque no representa una nación civilizada? Ayúdanos a abolir las corridas por 12€ al mes. Dentro de este semestre tenemos programados tres cánticos de una victoria lograda en algún municipio o publicar sobre los «toros a la balear» como alternativa viable y libre de crueldad. Al fin y a la postre, ni tú ni nosotros vamos a estar en la piel de ese toro criado, manipulado y privado de libertad para dicho fin antropocéntrico.

¿Te preocupa el trato dado a los animales «de granja»? Pues vale, no te vamos a explicar que seguirán estando así mientras te los comas, nos conformamos con que mientras tanto nos dones 20€ al mes para poder continuar lanzando nuestra propaganda. Ya sabes, es muy cruel que se les ampute la cola, los dientes, cuernos, etc., mas degollarlos está magnífico, de lo contrario no disfrutarías su cadáver. Nosotros no queremos que te hagas vegano. Sin la culpabilidad ocasionada por una disonancia cognitiva no existirá nuestro negocio.

¿Sólo deseas realizar donaciones puntuales? No te inquietes. Ponemos a tu disposición un canal de Facebook para que nos transfieras tus ahorrillos e incluso el dinerillo que te hayan regalado por tu cumpleaños.

¿No cuentas con medios para proporcionar un caudal económico directo? ¡No te acongojes! Te invitamos a que realices publicidad yendo a nuestras convocatorias o subiendo fotitos muy monas para captar a otros individuos ignorantes. ¡Es por el bien de los animalitos! Seguro que un cerdo se dejaría comer por ti del agradecimiento.

Unirte a nuestra organización te brinda un estatus elevado frente a tus congéneres. Todos pensarán que eres especialmente bueno/a, generoso/a, altruista y especial. Esto no te explicaremos a lo crudo, para eso ya tenemos artículos escritos por publicistas y a nuestros ponentes expoertos en psicología en múltiples charlas para que ames a nuestra organización y defiendas sus acciones como si por un instante supieses algo de Derechos Animales. ¿Quién quiere conocimientos pudiendo bastarse con el ego?

Sin ti, nada de esto sería posible. Gracias por cedernos a la «Humane Society International» tu agencia moral en forma de lucro. Tú te sientes mejor contigo mismo/a y nosotros, desde luego, tendremos un mejor coche que el tuyo. Mierda, he atropellado a una paloma. Da igual, no están en peligro de extinción... Eso me recuerda que debemos sacar alguna propuesta conservacionista, casi nadie se opone a eso y otorga una excelente imagen. Somos muy anima-listos.

En esta entrada me tomo a sátira el hecho de que las organizaciones animalistas son un fraude. No transmito nada nuevo que otros autores o yo no hayamos explicado con anterioridad. Recomiendo consultarlas. En concreto, el activista Igor Sanz incide en el aspecto psicológico con un magnífico ensayo.