Los circos con animales y el especismo animalista
¿Qué son los circos con animales? ¿Por qué son injustos?
Muy a menudo se habla contra los circos con animales sin ofrecer más allá de una explicación superficial y simplona. Se arguye que no debieran existir porque causan sufrimiento a los animales. Sin embargo, esto no es un argumento completo o válido para defender los Derechos Animales. En esta entrada, desearía explicar por qué los circos con animales son injustos y, al mismo tiempo, por qué el enfoque habitual del movimiento animalista es errado y especista.
Los circos con animales son centros móviles de explotación animal. Podría decirse, coloquialmente, que conforman uno de los vértices del triángulo conformado por la ganadería y los zoológicos, acuarios y delfinarios, entre otros. Los tres casos constituyen tipos de explotación animal basados en la crianza de animales y su compra-venta para servir a propósitos humanos, ya sea alimentación, entretenimiento o un supuesto fin conservacionista. Como se aclara en otros artículos ya publicados, el argumento de la conservación de especies no sirve para justificar, en ningún caso, la privación de libertad, manipulación, coacción y asesinato sistemático de animales cuando ya dejan de ser útiles para el fin pretendido.
Los circos con animales son injustos porque vulneran los intereses inalienables de los animales —vida, libertad e integridad— e implican su utilización como meros objetos al servicio de un espectáculo. En un circo, los animales son forzados a una rutina de entrenamiento, adiestramiento forzoso y violento, se cohíben sus comportamientos naturales, se impiden sus relaciones sociales y permanecen enjaulados —o aparcados— la mayor parte del tiempo en que no están actuando.
Aunque resulta evidente que esta forma de explotación animal, como todas, causa sufrimiento en los animales. La clave está en entender que el sufrimiento es la consecuencia —no el origen— de que se los emplee como instrumentos al servicio de los seres humanos.
Los circos con animales explotan a toda clase de víctimas no humanas. Si nos importan los animales, debemos defenderlos a todos por igual. El especismo animalista se manifiesta cuando los animalistas sólo parecen tener interés en salvar a algunos animales y no a otros.El especismo animalista y su fraude
Cuando los grupos, organizaciones y partidos animalistas se pronuncian contra los circos con animales ocurre una discriminación singular parecida a cuando condenan los zoológicos y delfinarios. El movimiento animalista se acuerda de algunas especies esclavizadas al mismo tiempo que olvida, margina y ni menciona a otros animales que permanecen en estos mismos centros o que están explotados de misma forma.
Se llega a la situación paradójica de que grandes y conocidas organizaciones y sus medios de comunicación hablan sobre «animales» para referirse únicamente a ciertas especies o que, como ocurrió hace un tiempo, claman victorias y triunfo por el supuesto cese de los circos con animales en determinadas Comunidad Autónomas de España.
En objetivo de estas campañas es centrarse en las consecuencias esperables de la esclavitud animal y hacer caja aprovechándose de la ignorancia y del bienestarismo de la sociedad. Las organizaciones y partidos animalistas callan y obvian que dichas regulaciones sólo amparan a animales catalogados como «salvajes» (leones, cebras, elefantes, etc.) mientras que validan y perpetúan la explotación de aquellos animales catalogados como «domésticos» (caballos, perros, palomas, etc.).
¿A esto llaman «circos sin animales»? ¿Los caballos han dejado de ser animales o será que mentir y tergiversar la realidad se vuelve una necesidad patológica para quienes viven de vender humano a costa de la miseria de todos los animales?
Ilustración de un circo ambulante del siglo XIX. Nótese que las campañas animalistas no han variado su discurso bienestarista desde entonces. Asimismo, esta ilustración retrata el interés humano en manipular a los animales y demostrar su dominio contra ellos aun cuando limitados en sus movimientos, privados de algún sentido o expuestos a mucho ruido.Conclusión
Los circos con animales son tan injustos como las granjas para carne —ya hablemos de mamíferos, peces, aves, u otros— animales vertebrados o invertebrados—, las granjas peleteras —ya hablemos de mamíferos o de reptiles— y cualquier otra forma de explotación animal.
Si todavía existen los circos con animales en pleno siglo XXI es por la misma razón por la cual el ser humano sigue creyendo que necesitamos comer animales para estar sanos o que esté bien hacerlo apelando a falacias como la de del desarrollo del cerebro humano —nunca aceptado científicamente— o esgrimiendo falacias de tipo ad populum, ad consequemtiam, ad naturalis o ad antiquitatem. No existe ninguna forma ética de explotar animales ni ninguna manera argumental de justificarlo.
Los activistas veganos somos los únicos que podemos cambiar de raíz la realidad de los animales. Aspirar a tal transformación conlleva ejercer activismo educativo, formar activistas y plasmar y criticar la mentira, el fraude y la manipulación ejercida por otros grupos y partidos que sólo buscan ganar dinero al generar la sensación social de que logran algo o de que los animales dejan de estar esclavizados en circos o en otros lugares.