15 millones de visones serán exterminados en Dinamarca
[Fuente de la fotografía: Nation Geographic]
Se ha decretado uno de los mayores holocaustos de la historia
Hace varias semanas traje la noticia desoladora de que España había mandado a asesinar a 92.700 visones con el argumento de frenar el avance del coronavirus. Debido al especismo y a la desinformación de nuestra sociedad —la creencia de que cualquier animal puede contagiarnos o causarnos la muerte—, ahora se ha decretado uno de los mayores holocaustos de la historia: 15 millones de visones serán exterminados en Dinamarca.
Dinamarca realizó en verano un «sacrificio» masivo de visones. Ahora, vuelven a ello. En pocos días, Dinamarca va a asesinar más de 15 millones de visones, la totalidad de los animales esclavizados en sus granjas peleteras. Esto implica que se les quitará la vida a más animales que humanos perecieron durante el Holocausto en toda la Segunda Guerra Mundial.
Para justificar su decisión, Dinamarca desmiente la excusa que ofreció durante este verano y afirma en estos momentos que los visones son la causa de una nueva ola de contagiosa por coronavirus. Esto es científicamente imposible; pues tales visones no han viajado a china y el único contacto que tienen con el virus ha debido de venir por quienes trabajan en tales granjas. Suponer que el virus ha mutado en ellos entra en el terreno de las suposiciones necesarias para utilizarlos como chivos expiatorios de la maldad humana. Hasta la fecha, la OMS no ha descubierto evidencias de que los visones supongan un peligro para las vidas humanas.
Los guepardos son uno de los animales más cazados del mundo por su piel. Nuestra mentalidad supremacista desemboca en el exterminio de animales y luego, hipócritamente, ciertos colectivos se echan las manos a la cabeza por las especies en peligro de extinción. Somos peor que el coronavirus o que cualquier virus.El ser humano asesina animales en nombre de la humanidad
Con independencia de los datos científicos, ningún argumento es válido para justificar el asesinato sistemático de animales. Si nos remontamos hasta hace apenas un siglo, esta excusa equivaldría a proponer el asesinato de esclavos negros para evitar que contagiasen a sus esclavistas blancos. En primer lugar, nuestra sociedad debería cuestionarse qué derecho tenemos para encerrar visones y otros animales en granjas, zoológicos, acuarios y explotados de miles de formas; en lugar de proponer alegremente su asesinato sistemático cuando ya no nos parecen útiles.
El ser humano, lleno de antropocentrismo y desprecio por la vida de otros animales, no sabe sino escurrir el bulto y ordenar el exterminio programado de inocentes. En lugar de asumir con autocrítica la inmoralidad de la ganadería y de las consecuencias inevitables que conlleva para el medio ambiente o la salud humana, el ser humano decide continuar adelante y quitarse de enmedio a cualquier superviviente de su mentalidad perversa.
Sabemos que estos visones iban a tener el mismo trágico final. No obstante, este exterminio conllevará que, dentro de unos meses, se produzcan la crianza e inseminación masivas de estos animales para volver a generar a millones de esclavos que poder asesinar con una descarga eléctrica en su ano o vagina, o, si el coronavirus o cualquier otro virus se presta, a terminar calcinados o enterrados vivos en nombre de la sanidad humana.
Las chinchillas son, junto con los visones, los animales más explotados por su piel. Se requiere asesinar a más de 400 chinchillas para obtener un abrigo de su piel. Los seres humanos exterminados animales por simple placer.15 millones de visones se suman a las víctimas de nuestra mentalidad supremacista
El problema no es cómo, dónde ni con qué excusa van a asesinar a 15 millones de visones. El problema radica en que los humanos nos creemos con legitimidad para determinar quién vive y quién muerte ante un virus del que solamente nosotros somos causantes. A tenor del autoengaño colectivo, muchos esgrimen que, casualmente, este virus proviene de animales salvajes. Permitidnos que, con estudios en la mano, lo dudemos.
Aunque se trate de un fenómeno desconocido para la sociedad general, existe una ley ecológica llamada «ley de homogeneidad». Este principio empírico dice que, conforme aumenta la homogeneidad biológica por unidad de espacio (es decir, más seres vivos de una misma especie juntos en un mismo sitio) mayor es la tasa de aparición y propagación de agentes patógenos. La ganadería conlleva, por definición, el hacinamiento de animales (alta densidad para aprovechar el espacio disponible por el explotador) y una mayor tasa de endogamia a raíz de la selección artificial.
Sin embargo, los prejuicios nublan la mente de miles de científicos a quienes se los ha adoctrinado en el especismo desde la infancia. Los activistas veganos tenemos el compromiso ético de trasladar a la sociedad que toda forma de explotación animal es injusta y que el asesinato de animales, como cualquier forma de violencia practicada contra ellos, es la consecuencia esperable de nuestra mentalidad supremacista.
Los visones, como todos los animales del mundo, deberían ser libres y estar protegidos frente la dominación humana. Esta circunstancia no habría ocurrido si, en primer lugar, los humanos no hubieran decidido esclavizarlos en granjas peleteras.Una conclusión sobre el exterminio de visones
Las granjas de visones, como cualquier otro tipo de granja o centro de explotación animal en donde se los obligue a vivir, son aberrantes e injustificables en un mundo que aspire a progresar. No habrá progreso social mientras nos asumamos que todos los animales merecen respeto porque poseen intereses inalienables que son tan importantes para ellos como para nosotros los nuestros.
Dinamarca asesinará a 15 millones de visones tal como podría haber ordenado el exterminio de tantos millones de animales como hubiera querido. En artículos pasados, he expresado que el ser humano sólo concibe la existencia de todos los animales como esclavizados o exterminados. He aquí una nuevo ejemplo de ello.
El prejuicio moral del especismo es responsable de que veamos a los animales como simples objetos o seres inertes que existen para servirnos. Por ello, el ser humano sólo valora sus vidas en términos económicos. Entre todos podemos y debemos parar estas atrocidades si cambiamos la mentalidad que las causa. La respuesta es dar el paso hacia el veganismo y hacer activismo educativo para salvar vidas.