La liberación animal y los mitos sobre su significado


¿Qué significa la liberación animal?
La liberación animal se define como aquel movimiento o conjunto de acciones, basados en los Derechos Animales, cuyo fin radica en el cese de la esclavitud animal. Ésta sólo puede lograrse mediante la previa asunción del veganismo como principio moral básico por parte de la sociedad. Un concepto muy emparentado con éste es el de «abolicionismo».
Debido a la desinformación y las tergiversaciones encontradas respecto al veganismo, no cabe extrañarse de que el concepto de «liberación animal» genere una enorme confusión. Más allá de ello, este término suele terminar utilizado como arma arrojadiza por diferentes explotadores de animales para intentar un argumento de reducción al absurdo, es decir, con la finalidad de pretender ridiculizar los Derechos Animales.

Confusiones comunes sobre la liberación animal
La liberación animal constituye el punto de partida necesario para la puesta en práctica de los Derechos Animales. No obstante, debemos realizar una serie de aclaraciones para solventar dudas comunes:
- Liberación animal no significa «soltar animales». La liberación animal es el proceso y resultado de que los animales dejen ser de esclavos de los seres humanos. Esto no significa que todos ellos puedan o deban quedar libres en la naturaleza. Los humanos tenemos la obligación de responsabilizarnos de aquellos animales que existen por nuestra causa y de evitar otros daños derivados de nuestras acciones.
- Liberación animal no significa «destruir granjas o mataderos». Los centros de explotación animal existen porque la sociedad demanda productos y servicios proporcionados o derivados de los animales. Los zoológicos, acuarios, delfinarios, circos, corridas y un largo etcétera dejará de existir cuando, en primer lugar, una creciente masa social rechace tales acciones y productos y, en segundo lugar, cuando esta situación desemboque en un reconocimiento de todos los animales como sujetos de derecho.
- Liberación animal no significa «practicar la violencia», «promover la misantropía» o «meter en la cárcel a los ganaderos». Como ya se ha señalado, la liberación animal se ajusta a un fin ético determinado por el veganismo y los Derechos Animales. La puesta en práctica de estos fundamentos éticos no se basa ni conlleva la vulneración de los intereses inalienables de ningún sujeto, ni aun cuando tal sujeto sea explotador de otro.

Conclusión
La libertad de todos los animales queda en nuestras manos. De nosotros depende ser veganos, promover el veganismo y evitar cuantos daños les causemos a todas las víctimas no humanas. No podrá existir una sociedad verdaderamente justa ni de progreso mientras todavía haya individuos que sienten y padecen, como nosotros, bajo el paradigma legal de la propiedad y de la esclavitud ante el ser humano por no pertenecer a nuestra especie.
Los activistas veganos nos esforzamos a diario por ejercer un activismo educativo enfocado en las raíces del problema: el especismo y el antropocentrismo. Entendemos que nuestra realidad actual es el resultado de una serie de opresiones históricas que hemos ejercido contra los animales al asumir, erróneamente, que las diferencias biológicas justifican discriminaciones morales.
Para ser justos con las víctimas no humanas, no basta con rechazar el maltrato animal —una mera consecuencia de la cosificación animal transmitida por adoctrinamiento— ni conformarse con reducir el sufrimiento que les provocamos a diario. Si de verdad queremos salvar a los animales, se requiere activistas formados, libres de convencionalismos y comprometidos con el propio hecho de que todos los animales merecen respeto debido a la posesión de sus propios intereses inalienables.