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Los productos lácteos, el canal Bussi y la manipulación orweliana

¡Derechos Animales ya! - Vaso de leche (oro blanco) - Productos lácteos
La leche y otros productos lácteos constituyen el oro blanco de aquellas empresas que se lucran por medio de la crianza, coacción y asesinato de vacas, cabras y otros animales seleccionados y manipulados genéticamente por una secreción alimentaria producida para sus crías.

Introducción

Como dijo Denzel Washington en una entrevista, en nuestros días es mejor estar desinformado que estar supuestamente informado. Los medios de comunicación sólo se preocupan por sacar noticias sensacionalistas y por respaldar los intereses comerciales de quienes les pagan.

Al escritor George Orwell, entre otros, se les atribuye unos comentarios sobre la verdadera naturaleza del periodismo:

Una noticia es aquello que alguien no quiere que se publique. El resto son relaciones públicas.

En mi día a día, intento centrarme en actividades productivas y no tengo ningún interés en aquello que digan o publiquen los medios. Sin embargo, el bombardeo al que estamos expuestos nos obliga muchas veces a mirar las terribles calumnias, mentiras y manipulaciones orquestadas por poderes y agendas espeluznantes.

En este artículo, voy a hablar sobre la normalización del especismo y de la manipulación mediática, tanto a nivel general como un caso concreto de manipulación orweliana, —una manipulación mediática atroz— respecto a la promoción del consumo de productos lácteos.

¡Derechos Animales ya! - Fotografía de pasajeros viendo el canal Bussi
Estamos bombardeados por intereses comerciales contrarios a nuestros intereses y a los de otros animales. Acontece una manipulación orweliana cuando se busca promover o justificar determinadas acciones, como el consumo de productos lácteos, mediante falsedades y argumentos falaces.

[Fuente de la fotografía]

El canal Bussi, ejemplo de pura manipulación orweliana

Estando trabajando me topé con una supuesta información ofrecida por el canal Bussi, una plataforma interna de información que se presenta a través de unos televisores situados dentro de los autobuses metropolitanos de Sevilla y Valencia.

Si algo puedo destacar del canal Bussi desde su aparición es su mala expresividad y sus constantes propagandas camufladas de información cultural. En sus apartados de «actualidad» o «información» presentan con descaro publicidad de negocios locales. La publicidad está bien, que la muestren como noticia, no.

Cuesta encontrar alguna mención a los animales o a la naturaleza que no se parezca al comentario estúpido que expondría, con suma estulticia, cualquier hijo de vecino. Apelando a la memoria, me acuerdo de tres ejemplos de hace pocos días:

Y, aunque no recuerdo los titulares exactos, también exponen noticias relacionadas con la caza, la tauromaquia y otras acciones de la España profunda y las presentan como señal o símbolo de cultura, esfuerzo y mérito. Y, por supuesto, se cubren de gloria al promover y ensalzar el consumo de productos ibéricos.

No contentos con ello, por las fechas navideñas acostumbran a señalar también que tal o cual zoológico les ha dejado «regalos» a sus animales o que tal o cual animal ha dado a luz un animalito muy mono al que puedes visitar para así darles tu dinero a sus sucios explotadores.

¡Derechos Animales ya! - Noticias falsas
Las noticias falsas están en todas partes. No confíes ciegamente en ningún medio.

Información falsa y manipuladora expuesta por el canal Bussi

Pues bien, puestos ya en antecedentes, grande fue mi indignación cuando, entre otros casos anteriores, me encontré que dicha plataforma emitía una información terriblemente falsa y manipuladora sobre los productos lácteos para promocionar su consumo.

El canal Bussi presentaba fotografías de un vaso de leche y quesos mientras, en la mitad inferior de la pantalla, aparecía un titular sobre supuestos beneficios derivados del consumo de productos lácteos y, debajo, un pequeño texto explicativo. Cada beneficio citado parecía más disparatado que el anterior:

  • «Ayuda a conseguir un bronceado sano»: El color de la piel, aparte de estar regido por la expresión genética, está vinculado a una serie de nutrientes y condicionantes no exclusivos ni vinculados al consumo de productos lácteos. Esta misma frase se podía aplicar a la mitad de los alimentos existentes.
  • «Ayuda a conciliar el sueño»: Lo que más me sorprendió fue el texto inferior que aparecía para justificar esta afirmación. Decía: «Contiene un aminoácido esencial que contribuye a la liberación de serotonina». Madre de Dios, ¡menudo disparate! Sólo les faltó agregar: «Ayuda en tus relaciones sexuales».

La estrategia en ambos casos es la misma: parten desde una verdad (A) para establecer una supuesta verdad (B) que no se deduce ni ha de proceder de A. Se trata de la falacia Post hoc ergo propter hoc.

¡Derechos Animales ya! - Bidones de leche - Productos lácteos
Esta fotografía les parecería idílica a muchos humanos que nunca se han planteado cómo ni de dónde se obtiene aquello que consumen. La explotación animal conlleva, en todos los casos, coacción y violencia sobre los animales usados como recursos. Consumir sus productos implica participar en su esclavitud.

Un lenguaje científico, sin ciencia alguna, para promover el consumo de productos lácteos apelando a los aminoácidos esenciales

Me quedaré con el ejemplo anterior para ahondar sobre por qué esta afirmación constituye un ejemplo magnífico de lo que llamo «manipulación orweliana». Los aminoácidos esenciales son, desde el punto de vista nutricional humano (antropocéntrico), un conjunto de aminoácidos que debemos consumir en nuestra dieta porque nuestro organismo no es capaz de sintetizarlo (fabricarlo) por sí mismo.

Los aminoácidos esenciales, en distintas proporciones, se encuentran en muchos alimentos con proteínas. Basta con tener una dieta equilibrada entre productos con alta cantidad relativa de proteínas para suplir todos los aminoácidos esenciales. No se requiere consumir carne, leche o huevos para obtener todos los aminoácidos esenciales. Esto es un mito que la ciencia ya ha desmontado hasta la saciedad.

Decir que los productos lácteos contienen un aminoácido esencial, como si fuera algo exclusivo de estos alimentos, supone una forma de falsear la información y de otorgarle un exclusividad inmerecida.

El súmmum del asunto viene cuando señala «contribuye a la liberación de serotonina». Esto es rotundamente falso. Un aminoácido no puede contribuir a la liberación de nada. Un aminoácido sólo constituye una parte integral de una proteína, sería como un ladrillo entre millones en un edificio. Una proteína suele estar compuesta con decenas o centenas de aminoácidos que, unidos entre sí, forman una estructura espacial que le otorga una función orgánica al conjunto.

La serotonina es un neurotransmisor, una molécula que participa en modular la transferencia nerviosa en el cerebro. Se sintetiza a partir del aminoácido triptófano, un aminoácido esencial para los humanos. Resulta obvio que la información se refiere a que los productos lácteos contienen triptófano (lo cual es cierto) y que esto, de alguna forma, promueve la creación de serotonina. Esto último, en cambio, es una inferencia falaz.

La síntesis de serotonina está vinculada a la expresión génica y a la propia capacidad funcional de los órganos involucrados en producirla. Que alguien consuma un aminoácido esencial, o cualquier otro nutriente, no asegura la síntesis de las sustancias necesarias. En ello intervienen rutas metabólicas complejas y equilibrios entre productos intermediarios.

¡Derechos Animales ya! - Estructura de la proteína de la espícula viral del coronavirus
Recreación por medio de microscopía electrónica de la estructura proteica de las proteínas que conforman la espícula viral del coronavirus, es decir, el conjunto de proteínas que aparecen en su superficie y que el virus utiliza para penetrar en las células animales (de humanos y de otras especies). Utilizo esta imagen para señalar que la ciencia puede emplearse fácilmente para manipular y convencer de falsedades. Cualquier pseudoprofesional podría haber dicho, falsamente, que la imagen de arriba corresponde una sustancia especial que tuvieran los productos lácteos para prevenir el cáncer y la gente de a pie se lo creería sin más.

[Fuente de la imagen]

Un ejemplo para que se entienda mejor

Parece que la estrategia de estas informaciones, posiblemente financiadas por empresas ganaderas, se basa en utilizar un lenguaje científico para inspirar credibilidad sin que les importe lo más mínimo la verdad o lógica de tales afirmaciones.

A modo de ejemplo, yo mismo podría escribir:

  • «El acetilCoA es un agente fundamental en la respuesta inmune».
  • «La cianocobalamina controla el ritmo circadiano».
  • «Aprender la tabla del cinco previene el alzheimer».

Todas estas frases son unos disparates que me he inventado sobre la marcha, pero aquella gente con intención de manipular siempre encuentra el modo de darles una explicación ad hoc.

Sin ir más lejos, los estudios científicos demuestran que los ejercicios de memoria ayudan a minimizar el avance del alzheimer, por tanto, cualquier periodista manipulador, o comprado por alguna empresa, podría sacar el titular de que numerosos estudios científicos avalan que estudiar la tabla del cinco previene el alzheimer, obviando el resto de ejercicios de memoria y todas las demás variables involucradas.

¡Derechos-Animales-Vacas-lecheras-aparcadas-en-batería-para-ordeñarlas
Algo que nunca podrán ocultar los medios comprados por la industria es que los animales son tratados como mercancías porque legalmente están catalogados como mercancías. Si nos importan los animales, entonces no basta con pedir que haya un mejor trato. Eso es legalmente imposible porque su trato, y todas aquellas acciones terribles que se les practican, corresponde a una previa cosificación social de índole cultural.

Conclusión

Los productos lácteos no contienen aminoácidos exclusivos ni pueden promover de ninguna forma que estemos más sanos, bronceados, fuertes o felices. Todos los nutrientes participan activamente en nuestro metabolismo y dependemos de ellos en su justa medida.

La publicidad en torno a los productos lácteos, la carne, los huevos y demás responde a la necesidad comercial de distintas empresas de promocionar o justificar el consumo de tales productos alegando supuestas bondades únicas y exclusivas con un lenguaje pseudocientífico y próximo a uno de telemárketing.

En lo tocante a las menciones del canal Bussi sobre distintos animales, siempre se repite un mismo tono antropocéntrico cargado con un halo de exclusividad. Se describen los rasgos o habilidades de los animales comparándolas con las nuestras y dando por sentado que ninguno —o la mayoría— no comparten similitud alguna. Justo al contrario de cuanto sabemos gracias a la ciencia.

El antropocentrismo, presente en la sociedad y en el entorno académico, siempre adopta una actitud supremacista, de especialidad e iluminación humana. Los animales con quienes compartimos el planeta también son personas. Esto sí deberían decirlo.

Nuestra sociedad especista debería acordarse de que no sólo compartimos acciones instintivas o fisiológicas, como la de bostezar; sino unos elementos primordiales que nos obligan a respetarlos, en lugar de seguir viéndolos y tratándolos como seres inferiores que existan para servirnos.

Algún lector podría pensar que sería conveniente contactar con los responsables del canal Bussi para exponerles estos hechos. Sin embargo, esto no sería sino un acto de ingenuidad. Hasta la fecha he contactado con diversos medios por ejemplos de manipulación incluso más graves y no he obtenido respuesta ni rectificación.

Existen muchos intereses contrarios al avance del veganismo y contra el entendimiento social de los Derechos Animales. Esto podemos observarlo cada día cuando se publican noticias falsas sobre supuestos veganos que matan a sus hijos, supuestos niños muertos por culpa del veganismo, los dichosos sellos de bienestar animal y las propias propuestas de las organizaciones animalistas —las relaciones públicas de las empresas ganaderas— cuando lanzan campañas monotemáticas para fomentar el consumo de carne o huevos ecológicos o «sin sufrimiento».

Si nos importan los animales, respetarlos y defender sus derechos es nuestro deber contra cualquier engaño a la altura de una novela de Orwell.

Este artículo fue actualizado el 22/01/2024

Adrián López Galera

Adrián López Galera

Grado en Biología. Máster en Estudios Lingüísticos, Literarios y Culturales. Amplia experiencia en Derechos Animales, Escritura Creativa y Administración de sistemas informáticos.