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¿Bebé muerto por una dieta vegana?

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Una noticia reciente del diario 20 Minutos afirma que se ha encontrado un bebé muerto por una dieta vegana. Acontece un uso perverso del lenguaje cuando se achaca al veganismo la culpa del fallecimiento de un menor. Nótese que esta fotografía es meramente ilustrativa; no la víctima de tal suceso.

Introducción

Cada dos por tres, en diversos medios de comunicación, se publican noticias muy similares en las cuales se relata que se ha encontrado un bebé muerto por una dieta vegana. Por ejemplo, tomo como referencia esta noticia publicada en el diario 20 Minutos. En este artículo, deseo señalar varios asuntos relacionados que, a menudo, se utilizan como arma arrojadiza para difamar, tergiversar o calumniar al veganismo o a quienes somos activistas por los Derechos Animales.

Conforme el veganismo crece en número de practicantes y de gente interesada en saber del tema, han aumentado también los conflictos de intereses respecto a este principio ético. Los intereses de la industria, unidos a los prejuicios colectivos y un escaso rigor periodístico, se convierten en una bomba mediática que desemboca en titulares amarillistas y en un uso perverso del lenguaje para relatar para sucesos terribles que en nada se relacionan con el veganismo, con los veganos o con una dieta vegana.

No pretendo, como algunos podrían interpretar, blanquear este lamentable suceso o afirmar que todo ello se produce por una conspiración contra los veganos. No lo creo. Lo que sí considero, con base en las evidencias, es la existencia de una ignorancia social muy grave respecto al significado del veganismo y una necesidad social de desprestigiarlo utilizando sucesos o argumentos espúreos como forma de autoprotección mental ante las acciones propias.

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Un padre o madre debe ser responsable con sus hijos. Un vegano o vegana quiere lo mejor para sus hijos sin participar, al mismo tiempo, en injusticias contra los animales. Una dieta vegana, bien planificada, es saludable en todas las etapas de la vida.

¿Hay algún bebé muerto por una dieta vegana?

Tomando la noticia mencionada al inicio de este artículo, podemos leer que el titular achaca que el menor murió desnutrido porque su madre lo alimentaba con una «dieta vegana estricta».

En el cuerpo del texto se afirma que una mujer está acusada de homicidio por ser responsable de la muerte por negligencia de su bebé. Incomprensiblemente, se agrega sin pudor que el bebé murió por seguir una «dieta vegana estricta»; aun cuando los hechos relatados en la propia noticia permiten discernir que la madre no era vegana y que la muerte del bebé se produjo por una absoluta negligencia materna, no a la existencia de una dieta vegana.

Una dieta vegana, por definición, es aquella dieta que seguimos las personas veganas como rechazo ético hacia la explotación animal. En consecuencia, una dieta vegana no presenta productos de origen animal. Desde el punto de vista semántico, es incorrecto (un pleonasmo) añadir el adjetivo «estricta» porque el veganismo no es una dieta y toda dieta vegana excluye productos de origen animal por definición.

La dieta vegana está avalada por organismos internacionales (más referencias aquí). La madre que malnutrió a su hijo no seguía una dieta vegana porque no era vegana. Esto se evidencia en la propia noticia cuando ésta afirma que lo hace por motivos religiosos. Y, a su vez, una dieta vegana, bien ejercida, es incompatible con la malnutrición, privación o efectos perjudiciales en bebés o niños.

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Afirmar que hay un bebé muerto por una dieta vegana equivale a afirmar que la práctica del veganismo es responsable de la muerte de un menor.

Un uso perverso del lenguaje

Acontece un uso perverso del lenguaje cuando se aduce que alguien muere por seguir una dieta vegana; pues transmite la información falsa y anticientífica de que alguien puede morir por seguir una dieta vegana o que ésta lleve a la muerte a seres humanos por ser inherentemente deficitaria.

En resumidas cuentas, la mención innecesaria e irrelevante de que el bebé seguía una dieta vegana sólo sirve para establecer una relación causa-efecto inexistente que lleva a los lectores a pensar, falsamente, que el veganismo sea una dieta que alguien pueda seguir por razones religiosas y que la dieta vegana sea, per se, dañina o deficitaria.

Irónicamente, esta información agregada para «explicar» la existencia de este «bebé muerto por seguir una dieta vegana» no se produce nunca en aquellas noticias en que se detallan que ciertos menores han fallecido o les han retirado a sus padres la patria potestad en virtud de que los tenían en un estado de malnutrición alimentándolos a base de hamburguesas del McDonald's o de otros productos insalubres de origen animal.

Cuando la dieta que unos padres le imponen a un menor es la típica, común o habitual para el seno de la sociedad, no se alega que sea la «dieta mediterránea» o la «dieta estadounidense» la culpable en sí misma de causar la muerte de un humano. En tales casos, se especifica que el bebé o niño murió por negligencia parental no asociada a la salubridad de la dieta.

En cambio, cuando existe el testimonio o la mera suposición de que unos padres alimentan a sus hijos con una dieta vegetal, los periodistas asumen que los padres son veganos y que los menores llevan una dieta vegana. Pues no, que unos adultos sigan una dieta vegetal no los convierte en veganos —pueden ser vegetarianos—, ni ello conlleva que a sus hijos los alimenten bien o mal, ni que una dieta vegana sea deficitaria por ser únicamente vegetal.

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Un bebé necesita leche materna para alimentarse; pero no necesita la leche de otras hembras mamíferas. A veces, la sociedad confunde el no consumo de productos de origen animal con el rechazo hacia la propia leche materna de una madre humana.

Temores infundados hacia una dieta vegana

Existe un rechazo infundado hacia una dieta vegana, sobre todo, en menores. A menudo hay quienes afirman tajantes y sin reflexión que resulta imposible alimentar a un niño de forma vegana o que crecerá con déficit en vitaminas, proteínas, hierro u otros nutrientes.

Estas consideraciones sin sentido no nacen, en ningún caso, de una profunda investigación, análisis o estudio; sino de informaciones falsas, datos sesgados o asunciones obtenidas por fuentes no fidedignas.

La sociedad incurre a menudo en varias falacias asociadas a una dieta vegana en menores, a saber, la creencia de que alimentar a un hijo con una dieta vegana equivale a una «imposición» (falacia de la imposición) o «maltrato infantil», o el alegato improvisado de que, según ellos, un vegano estaría incumpliendo el veganismo al alimentar a su bebé con leche materna, o bien, que no lo alimenta con leche materna o que no podría vivir sin consumir leche de vaca.

  1. El deber de un padre se resume en cuidar y educar a sus hijos para que puedan desarrollarse y prosperar en nuestra sociedad. Cualquier alimentación que se les provea es una imposición, en tanto que el menor no elige o no alcanza el nivel de conciencia necesario para elegir una dieta que supla sus necesidades nutricionales. No es, precisamente, mayor imposición ofrecerles alimentos 100% vegetales y sanos que alimentarlos con los huesos, músculos, vísceras y otros tejidos de animales muertos que fueron criados, hormonados y engordados artificialmente por el ser humano. Para colmo de males, muchos de los humanos que tildan una dieta vegana de «maltrato infantil» son los mismos que, más tarde, participan o justifican que a las niñas se les agujereen las orejas como al ganado esclavizado.
  2. Los veganos no consumimos productos de origen animal porque provienen, por definición, de la explotación animal (uso de animales como recursos para nuestros fines). Dar a nuestros hijos una leche proveniente de una hembra mamífera significa apoyar su crianza, hacinamiento, marcaje, inseminación artificial, separación de sus crías y posterior asesinato. Esto no tiene nada que ver con la leche materna, la cual segrega la propia madre (u otros madres humanas) con pleno consentimiento y sin perjuicio para sus intereses inalienables.
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Un niño criado sin los prejuicios de una sociedad especista llegará, indefectiblemente, a pensar mejor por sí mismo y adquirirá un mejor conocimiento de aquello que lo rodea. No hay ningún bebé muerto por una dieta vegana, pero sí muchos animales muertos por dietas no veganas.

Conclusión

Esta noticia sobre un «bebé muerto por una dieta vegana» llegó a mí, como a tantos lectores, mediante una columna de 20 segundos de la versión en papel. Esto agrava todavía más la desinformación posible entre los lectores. En dicha columna, apenas aparecía el titular y veinte palabras en que se afirmaba que se había hallado un bebé muerto y que había indicios de que había muerto por una «dieta vegana estricta».

La razón de fondo reside en que el redactor de turno, como la propia sociedad, relaciona que si una dieta vegana consiste en «eliminar productos animales del menú», entonces debe de ser deficitaria en tanto que, según nos adoctrinan desde pequeños, los productos de origen animal son esenciales para el crecimiento correcto de nuestros huesos y músculos. ¿No dicen eso los anuncios de Puleva o de otras empresas con intereses específicos en promover la crianza y asesinato sistemático de animales por simple gusto, placer, tradición y utilidad de los seres humanos?

Escribí al periódico 20 Minutos a razón de esta noticia sobre el supuesto bebé muerto por una dieta vegana y no obtuve respuesta. Por ello, me permito la licencia de dudar sobre la honestidad de dicho medio por haber falseado la información del caso y haber perpetrado un uso perverso del lenguaje.

A los profesionales de la información que sean verdaderamente honestos les ruego un mayor rigor y profesionalidad periodística para no incurrir en este uso perverso del lenguaje. El periodismo en la actualidad se ha convertido en un bastión de desinformación y propaganda. Y a la sociedad general le pido que abandone sus miedos y graves reticencias hacia la práctica del veganismo y que empiece a pensar más allá de la publicidad, de la cultura inculcada y de los argumentos falaces y autocomplacientes.