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¿Sacrificio humanitario?

¡Derechos Animales ya! - El sacrificio humanitario y el fraude de las organizaciones animalistas
El concepto de «sacrificio humanitario» es un oxímoron y un mero eufemismo creado y promovido por la industria y sus cómplices animalistas para lucrarse mediante el consumo de carne ecológica y la venta de sellos de Bienestar Animal. Para velar de verdad por los animales se requiere promover el veganismo y defender los Derechos Animales.

Quienes proponen un «sacrificio humanitario» no defienden a los animales

Los activistas veganos, en defensa de los Derechos Animales, nos oponemos a toda forma de explotación, esclavitud y asesinato de cualquier animal. En esta publicación desearía hablar sobre el término «sacrificio humanitario» y plasmar, sin pelos en la lengua, las prácticas aberrantes que ejercen las grandes organizaciones animalistas y sus partidos políticos asociados.

Desde sectores animalistas —bienestaristas— se critica a menudo las condiciones en que viven los «animales de granja», el transporte de animales vivos y las formas de faenar a los animales en mataderos. A raíz de esto, proponen el uso de mataderos móviles y cámaras de seguridad en mataderos para «velar por el sacrificio humanitario de los animales».

Según afirman estos grupos, se trata de una «estrategia» para mejorar el bienestar de los animales porque la sociedad no está preparada para ser vegana. ¿Acaso los veganos somos veganos porque nos preparamos para serlo? Alguien da el paso hacia el veganismo cuando comprende que los animales merecen respeto y esto puede entenderlo cualquier humano con algo de empatía.

El argumento de que la sociedad no está preparada para ser vegana es una excusa para ocultar que sus acciones no sirven ni tienen la intención de defender a los animales; sino todo lo contrario.

Sus campañas monotemáticas están enfocadas en obtener la mayor cantidad de socios y donaciones posibles, y no dudan en establecer acuerdos comerciales con empresas para fomentar el consumo de productos de origen animal y obtener comisiones por la venta de sellos de Bienestar Animal.

El concepto de «sacrificio humanitario» es un oxímoron y un mero eufemismo creado y promovido por la industria y sus cómplices —las organizaciones y partidos animalistaspara blanquear la imagen de la explotación animal. Estos grupos, con plena conciencia e intención, dan a entender que podemos participar y financiar el asesinato de animales si lo hacemos de una manera «humanitaria».

Las grandes organizaciones y partidos políticos animalistas lo hacen tanto por beneficio propio como porque asumen la ideología utilitarista de que a los animales les basta con tener una «vida digna» y de que no tenemos ninguna obligación de respetar sus vidas, libertad e integridad.

¡Derechos Animales ya! - Cerdito recién nacido
No existe una manera humanitaria de criar, hacinar, marcar, castrar, inseminar, separar crías, engordar animales ni de asesinarlos. El bienestarismo no cuestiona el especismo ni nuestra falta de legitimidad para ejercer tales acciones. Y las medidas de Bienestar Animalpromovidas incluso por el Gobierno— ni siquiera tienen como fin mejorar el bienestar de los animales. El concepto de «sacrificio humanitario» es el vivo ejemplo de que las organizaciones y partidos animalistas únicamente quieren reformar el modo en que se practica la esclavitud animal. No pretenden alcanzar una sociedad que respete a los animales.

Los veganos no estamos en el mismo barco que los animalistas

El bienestarismo no es un paso o un avance para los animales y sus derechos. Justo lo contrario: es un fraude ético que perpetúa el statu quo.

Promover el sacrificio humanitario de animales significa afirmar que a los animales les basta con sufrir un poco menos antes de ser asesinados e implica promover, explícitamente, que entonces están bien explotar y asesinar animales si se realiza con miramientos. Es un error similar al de promover la práctica del veganismo por el medio ambiente.

Condenar el maltrato de unos animales y pedir un «sacrificio humanitario» para otros incurre en una tremenda contradicción. Cabe recordar que el «maltrato animal» sólo significa rechazar aquellos daños que no nos benefician.

Las organizaciones y partidos animalistas condenan determinadas formas de explotación animal, como los zoológicos o los delfinarios, por el sufrimiento que causan; mientras se olvidan de otros animales porque su sufrimiento sí les brinda algún beneficio. Se limitan a hablar de «maltrato animal» cuando ellos o la sociedad general no obtiene un beneficio por los daños que ocasionan adrede.

La ideología bienestarista y sus implicaciones éticas no cuestionan el especismo y son absolutamente contrarias a los Derechos Animales. Por ende, cuando estos grupos dicen defender a los animales —o incluso se atribuyen ser los únicos— mienten con descaro. La defensa de los animales no se demuestra ni consigue con carteles de «¡no al maltrato animal!» ni de «¡tauromaquia abolición!» sino con un marco teórico y práctico coherente con los animales.

Un activista vegano no se limita a hablar de sufrimiento animal ni pide ni pedirá formas de explotación compasivas, ni un «sacrificio humanitario» con que otros obtienen afiliados y donaciones. Debemos promover el veganismo y llegar adonde otros no quieren llegar porque se lucran con la explotación animal y lo último que desearían sería acabar con su gallina de los huevos de oro.