La recepción del veganismo según el medio

¡Derechos Animales ya! - Reportera ante las cámaras - Recepción del veganismo según el medio

La recepción del veganismo, es decir, el modo en que un mensaje vegano o relacionado con el veganismo llega a la gente, depende en buena medida del medio empleado. Hay que tener cuidado con la manipulación mediática y las falsedades provenientes de quienes luchan para que el veganismo nunca se convierta en un principio ético mayoritario.

Introducción

Todo activista vegano, en la medida de sus posibilidades y habilidades, se preocupa por transmitir los fundamentos del veganismo para conseguir un gran cambio social. Sin embargo, la transmisión y comprensión del veganismo no depende sólo, por desgracia, del esfuerzo que dediquemos al activismo vegano. En este artículo quisiera versar resumidamente sobre las dificultades encontradas en la recepción del veganismo por efecto o influencia del medio empleado.

La condición actual del veganismo como principio ético minoritario —o incluso marginal— implica una serie de condiciones o limitaciones vinculadas a los medios disponibles para transmitirlo. A continuación, enumeraré algunos ejemplos de la relación existente entre la proporción de gente vegana y la influencia sobre la sociedad:

  • Si hay poca gente vegana, menos individuos estarán disponibles para realizar activismo y diversas actividades; menos medios de activismo y menor audiencia.
  • Si hay poca gente vegana, menos visibilidad habrá sobre nuestro colectivo y nuestros principios.
  • Si hay poca gente vegana, menos demanda habrá de productos veganos; menos tiendas veganas, menos restaurantes veganos y unos precios más altos asociados a un mercado minorista.
  • Si hay poca gente vegana, se vuelve más fácil tergiversar nuestro discurso, insultarnos, parodiarnos y crear una narrativa sistémica con que perpetuar el statu quo de la esclavitud animal.
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Desde hace años he dedicado mucho tiempo a hacer activismo en redes sociales. Esto me ha permitido conocer de primera mano los intereses existentes respecto a la recepción del veganismo.

Intereses existentes por perjudicar la recepción del veganismo

Me quedaré con el último punto señalado para recalcar algo que, por corrección política o exceso de ingenuidad, se suele olvidar: el veganismo, a diferencia de otros principios éticos o creencias religiosas, sí entra en conflicto con una cantidad inconmensurable de intereses personales y económicos.

Al contrario que otras corrientes, como el vegetarianismo o el ecologismo, el veganismo no es compatible con la instrumentalización de los animales en forma de «reducción del sufrimiento animal», «reducción del consumo» o «reducción del impacto». Así ocurre porque el veganismo toma su base ética en los intereses inalienables de los animales; mientras que las demás corrientes parten desde los intereses humanos sobre los animales.

Los bienestaristas se enfocan en el sufrimiento sienten al usar a los animales como alter ego de sus personas y los ecologistas se enfocan en los beneficios instrumentales de la perpetuaciónconservación— de especies animales en sus hábitats naturales o en ambientes controlados por el ser humano.

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La explotación animal constituye uno de los pilares de nuestra civilización y economía. Millones de humanos harán lo imposible por perpetuar y oponerse a la recepción del veganismo con el fin de evitar una reestructuración necesaria para salvar la vida de inocentes.

Falacias vinculadas con intereses opuestos a la difusión del veganismo

Dada la existencia de intereses muy heterogéneos que se lucran por medio de la crianza, explotación y asesinato de animales, sobra imaginar que tanto empresas como ciudadanos de a pie esgrimirán y preferirán agarrarse a argumentos peregrinos con que perpetuar sus negocios y hábitos de consumo sin sentirse cuestionados por la falta de legitimidad de sus acciones contra los animales.

Igor Sanz, un compañero activista, respondía de esta manera hace un par de años —a través de Facebook— a un individuo que trataba de desestimar los argumentos de un artículo de otro activista, Luis Tovar, señalando que éste escribe en un blog; no en una revista científica:

¡Pero qué tendrá que ver que cualquiera pueda escribir en un blog! ¡Qué demonios importará que un texto esté publicado en Blogspot, en Wordpress o en una servilleta de papel! ¿Te das cuenta de que por esa regla de tres no habríamos de dar valor alguno a nada de lo que escribas y compartas en una plataforma de acceso tan masivo e indiscriminado como Facebook? ¿Eres consciente del grado de insensatez de que está envuelta la mayor parte de las cosas que has llegado a soltar aquí? Un artículo se ha de juzgar exclusivamente a la luz de su contenido, no de quién o dónde lo haya escrito. Tener que explicarle eso a una persona adulta tiene delito.

Las “falacias de autoridad” (ad verecundiam) son muy frecuentes en una masa social guiada por la imagen y la superficialidad. Resulta paradójico que este escepticismo visceral no se muestre cuando distintas fuentes, sin ningún tipo de base científica o lógica, corroboran sus prejuicios y preconcepciones.

Aquí entra, como aludía al principio de este texto, a cómo la recepción del veganismo se ve influida según el medio. Si en una cadena de televisión aparece algún famosillo soltando barbaridades e insultos sobre el veganismo y contra quienes somos veganos, el grueso de la sociedad pasa a admitir tales argumentos como verdaderos o coherentes atendiendo al medio que emite dicho mensaje.

A título personal, he sentido un verdadero espanto ante diversos programas sensacionalistas que tergiversan, mienten o banalizan el veganismo y los Derechos Animales. Entre éstos, quisiera enumerar: «A cara de perro» (un programa de corta trayectoria que ejemplificaba el animalismo alienado de nuestra sociedad), «Aquí la Tierra» (un programa de la televisión pública que se financia con nuestros impuestos) y Alerta plagas (uno de tantos reportajes especiales en que sitúan a ciertos animales como molestos, insalubres o que deben ser asesinados por intereses de ganaderos o de otros humanos).

Se vuelve terriblemente difícil transmitir las bases del veganismo y lograr la concienciación de una sociedad bombardeada por medios de comunicación que tergiversan, manipulan y mienten sistemáticamente.

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Las grandes organizaciones animalistas son aliadas de la industria. Su objetivo es lucrarse y atemperar el malestar social respecto al maltrato animal para transmitir la sensación de que existen avances para los animales mientras terminan igualmente criados y asesinados.

¿Cuáles medios sirven mejor para lograr la recepción del veganismo?

Según encuestas habidas hasta la fecha, el entorno familiar y las amistades suponen el mayor influjo que impulsan a alguien a adoptar el veganismo. No cabe sorprenderse debido a nuestra naturaleza social y, como denuncio en este artículo, porque somos muy influenciables por nuestras familias y por quienes sentimos una especial afinidad.

Esto, en teoría, incluye el conocer nuevas comidas y adquirir una mayor receptividad ante hábitos de consumo o ideas. Elementos triviales como el sabor —una experiencia subjetiva— resultan esenciales para muchísima gente. La sociedad debe despojarse de prejuicios sobre que la comida vegana no sepa tan bien, la falsa creencia de que la carne sea necesaria para nuestra salud o que la carne de laboratorio sea ética o viable.

En un segundo puesto estarían las lecturas, charlas y documentales sobre veganismo, los cuales, de una manera u otra, consiguen despertar sentimientos, reflexiones y preocupaciones que antes no existían sobre el receptor.

Tanto la familia o los amigos como los medios escritos o audiovisuales pueden adolecer de múltiples errores o tergiversaciones. El grueso de la información publicada en internet es un maremágnum de ideas tergiversadas y contradictorias sobre el veganismo y los Derechos Animales. Por ello, debemos hacer un esfuerzo por corroborar fuentes fidedignas y utilizar el sentido común, el menos común de los sentidos.

Cualquier medio es válido para la lograr la recepción del veganismo, lo cual, obviamente, no cabe confundir con que cualquier acción sea válida o justificable para promoverlo. Los activistas veganos tenemos el derecho y el deber de emplear medios éticos al alcance para contrarrestar los sesgos humanos y la grave desinformación existente sobre los animales, sus capacidades, su valor propio y nuestros deberes para con ellos.