La explotación de las personas

¡Derechos Animales ya! - Cita de George Orwell en tiempos de engaño universal - La explotación de las personas
Si queremos un mundo justo, hay que actuar contra la explotación de las personas con independencia de su raza, sexo o especie. Los animales también son personas y merecen respeto.

Si queremos cambiar el mundo hay que reconocer las injusticias

Las personas se encuentran actualmente en la época, de lejos, más injusta jamás acontecida. En nuestra historia se han sucedido guerras, devastaciones y otras acciones inaceptables; pero nunca antes había habido tantos millones de personas explotadas y exterminadas por una poderosa minoría. Todo esto ocurre con la participación, mediante la perpetuación y ante la impasibilidad de esa misma minoría; un número proporcionalmente reducido de individuos que se consideran especiales y con derechos exclusivos sobre los demás. ¿Por qué no cambiamos nuestra mentalidad para dejar de oprimir a esas personas?

La explotación ha variado muy superficialmente con el transcurso del tiempo. El paso de los siglos sólo ha servido para adecuar y perpetuar los regímenes sociales, políticos y económicos; y consolidar la exclusión moral de quienes son diferentes en apariencia. Nuestra cultura nos ha condicionado despreciar a otras culturas. Nuestro pensamiento nos permite ver las disimilitudes más fácilmente que las similitudes. El escaso uso de la razón y los prejuicios han condicionado la situación que hoy viven la mayor parte de las personas. Apenas estamos empezando a vislumbrar las raíces del problema presente y cómo enmendar el pasado.

Para la mayoría de las personas, tanto el entorno como la esperanza y calidad de vida se han visto reducidos a escala mundial. Vivir hoy en la Tierra es el mismísimo averno bíblico y una pesadilla interminable para millones de individuos. Así, por ejemplo, los moradores de la selva sufren cada día el atentado del capital maderero y los habitantes de la sabana soportan estoicamente la penetración de otras personas que sólo buscan asesinarlos por diversos motivos. No obstante, la vasta totalidad de las personas no goza en su vida ni del mísero significado del sustantivo «libertad» antes o durante su explotación.

¡Derechos Animales ya! - Cordero marcado para el matadero
Cordero marcado para su venta o para el matadero. Los animales de todo el mundo son objetos y esclavos al servicio del ser humano. Fotografía tomada por Irene Aparicio Estrada en el Museo de la Vida Rural (Museum Rurallife) en Escocia.

Debemos reconocer la explotación de las personas con independencia de su sexo, raza o especie

Los tipos y fines con que se explota a las personas son muy numerosos. Hay personas cuya existencia está condenada para servir a la minoría mediante sus actos, obligadas a realizar trabajos pesados y esfuerzos desmedidos para cumplir con las intenciones egoístas de dichas personas. Hay personas destinadas a nacer para morir con objeto de producir algún producto basado en su propia fisionomía o a soportar la esclavitud a cambio de brindar algún producto que posteriormente les robará la minoría. Y también hay personas designadas para acabar muertas en el intento de salvar a otras personas enfermas que constituyen susodicha minoría. Todas estas personas han padecido toda clase de opresiones históricas y una profunda manipulación a todos los niveles.

Hay casos muy llamativos y concretos para los cuales esta minoría de personas parece mostrar cierto interés por la mayoría. Así, tenemos organizaciones que hablan a favor de tales desfavorecidos y se esfuerzan con el propósito de salvar a algunas personas de la miseria. Sin embargo, apenas se actúa con altruismo ni existe un fin ético detrás de cada manifestación.

Ya sea por desconocimiento o hipocresía, hay gente que no duda en afirmar que no todas las personas valemos lo mismo y sólo se centran en defender a individuos de un determinado color o según alguna variable igualmente arbitraria. De manera análoga, hay gente que no vacila en asegurar que no hay nada de malo en explotar a las personas de otras especies; pues proclaman que algunas personas —pero no ellas mismas— existen en este mundo para dicha finalidad. ¿Quién está acaso legitimado para imponer designios a otras personas?

El efecto de los medios de comunicación sobre la ideología social se manifiesta cada vez más acentuado. El orden actual pretende el statu quo definitivo a cualquier precio; pues a la absoluta minoría no le importa nadie menos minoritario que sí misma. Debido a ello, la mayoría de las personas está en el absoluto desamparo mediático a pesar de que sus intereses son tan importantes para ellos como lo son los suyos para esta minoría.

¿Por qué no abrimos los ojos? ¿Por qué no queremos sentirnos ni mínimamente responsables al participar, incentivar o fomentar la explotación de millones de personas?

¡Derechos Animales ya! - Oveja siendo esquilada (Museum Rurallife)
Oveja siendo esquilada. Nótese la indefensión y la angustia de estos animales. Los animales de todo el mundo quedan sometidos a los gustos y placeres del ser humano. Fotografía tomada por Irene Aparicio Estrada en el Museo de la Vida Rural (Museum Rurallife) en Escocia.

Conclusión

Estudiándolo con objetividad, podemos asentir que ahora nos preocupamos por la mayoría de las personas en mayor grado frente a cuanto se preocupaban nuestros antepasados igualmente minoritarios. Aun así, todavía falta un largo camino por recorrer para llegar a aplicar una justicia mundial expresada hacia todas las personas y no solamente para quienes conforman la minoría.

¿Y usted? ¿Considera que el conjunto de las personas debiéramos tener derechos reconocidos sin importar si pertenecemos a la minoría o a la mayoría?

Si así es, entonces ha comprendido que los demás animales también son personas, que poseen intereses inalienables y que debemos dar el paso hacia el veganismo como principio universal basado en el rechazo a toda forma de explotación para todas las personas. Conseguirlo depende de nosotros, la parte mayoritaria de la minoría.