Terneros resistentes al cambio climático por manipulación genética
[Fuente de la fotografía: 20 minutos]
La creación de terneros manipulados genéticamente ya ha dejado víctimas mortales
En el seno de una sociedad especista no cabe extrañarse de que, una vez más a la comunidad científica, decida jugar con la genética para así manipular a los animales por intereses humanos. En este caso, está realizándose un proyecto complejo para crear terneros resistentes al cambio climático a través de la eliminación específica de las manchas negras características de su piel. Según recoge la noticia:
Los animales de colores más oscuros absorben más calor de la luz solar. Usando la herramienta de edición genética CRISPR, lograron alterar un gen de pigmentación llamado PMEL en embriones de ganado en un laboratorio, creando algo así como ‘súper-terneros’ capaces de soportar mejor las altas temperaturas.
Este experimento, tal como suele ocurrir por la legislación y por fruto del ensayo y error, concluyó con la muerte prematura de dos terneros bebés que presentaban manchas grises plateadas. Al parecer, la manipulación genética que les ejercieron afectó al funcionamiento de los órganos vitales. ¿Denominan «súper-terneros» a aquéllos que soportan mejor el calor pero no consiguen sobrevivir unos cuantos meses de vida? Evidentemente, a los humanos les basta con que vivan un par de años antes de enviarlos al matadero y el adjetivo responde a un interés comercial. Si no existe un rendimiento económico, incluso el Gobierno ordena el asesinato de animales inocentes.
Sea como fuere, me gustaría tomar este ejemplo para lanzar una serie de reflexiones sobre la manipulación genética de animales como fruto de nuestro antropocentrismo.
Manipular genéticamente a terneros para hacerlos resistentes al cambio climático tiene el único fin de incrementar la producción ganadera y enriquecer a quienes se lucran con su crianza, hacinamiento y asesinato.La manipulación genética en animales evidencia el culmen de nuestro antropocentrismo
En la actualidad, la mayor parte de los seres humanos comprenden que es injusto ejercer una manipulación genética entre congéneres por una razón instrumental. Es decir, que no ético crear o modificar seres humanos para que cumplan un fin o satisfagan un capricho en tercera personas. En cambio, nuestra sociedad acepta y promueve la manipulación genética de animales en nuestro beneficio.
La ciencia es objetiva; pero no lo son quienes la ejercen. Dado que nuestra sociedad ha establecido históricamente una discriminación moral arbitraria entre humanos y otros animales, las acciones de los científicos desemboca en que la ciencia en nuestros días sea especista.
La manipulación genética en animales es una extensión de las prácticas ganaderas tradicionales. Los científicos y veterinarios involucrados no buscan «mejorar» la vida de estos terneros o de otros animales; sino que resistan mejor una serie de condiciones impuestas y provocadas por nosotros con el fin de mantener e incrementar la producción de sus cadáveres y secreciones bajo unas condiciones de vida miserables.
Estas palabras, en la noticia citada, dejan bien claras las intenciones de este experimentos y de una ciencia especista:
Todo ello repercute tanto en el bienestar del animal como en la economía del sector ganadero.
Esta cita nos evidencia las razones del Bienestar Animal: la mejora del rendimiento y de la calidad del «producto», lo cual se traduce en la perpetuación de la esclavitud animal. No debemos creer que este concepto se refiera al bienestar real de los animales; sino al bienestar de quienes los explotan. Fue ideado con el fin de manipular la conciencia del consumidor.
Se vuelve imposible proteger a la naturaleza o aspirar a ser justos con los animales si seguimos manteniendo una mentalidad antropocéntrica que desemboca en todos los males que causamos en el planeta y sobre sus vidas. La ciencia debe dejar de ser especista.El cambio climático no es el problema de estos terneros
El cambio climático no es sino el resultado de un conjunto de daños medioambientales que el ser humano ha causado como resultado de sus actividades egoístas e irracionales. Casos como el presente demuestran, otra vez, que el principal problema al que se enfrenta la naturaleza y los animales no es el cambio climático ni otras transformaciones de la biosfera; el mayor problema que enfrentan las víctimas está en el origen de tales sucesos: el antropocentrismo humano y la subsiguiente cosificación de los animales.
Si el cambio climático es un problema, deberíamos cortar de raíz las mayores fuentes de contaminación. Entre éstas, la ganadería. Lo que no deberíamos practicar es la modificación genética de los animales con fines instrumentales. Gracias a estas técnicas genéticas tan avanzadas, los activistas veganos conminamos a los científicos para que, en lugar de continuar manipulando genéticamente terneros y a otros animales, investiguen alguna forma de librar a nuestra sociedad de sus prejuicios, de la ignorancia y del profundo desprecio que muestra hacia los animales con quienes compartimos el planeta.
Como dijo Einstein, posiblemente el universo y la estupidez humana sean infinitos; aunque del primero quizás no estemos tan seguros.