Estas tres lindas vaquitas felices son mercancías


¿Tres lindas vaquitas felices?
¿Qué ves en esta fotografía? Imágenes como la presente —y más decorosas— aparecen a menudo en anuncios publictarios sobre leche ecológica y el bienestar animal del que, supuestamente, disfrutan en alguna gran empresa ganadera conocida.
Un bienestarista vería tres lindas vaquitas felices y bien tratadas en una granja ecológica con el sello de calidad AENOR, y pasaría a comentar «Qué buenas las leyes de protección integral para los animales de granja. Estoy feliz de donar a MMM y de votar al KKK, que defiende tanto a los animalitos».
Nosotros, abolicionistas, vemos tres vacas cuyas orejas están encrotaladas como marca de que son esclavas domésticas —mercancías— del ser humano. Como ocurre en otros animales, estas vacas son coaccionadas, inseminadas forzosamente, separadas de sus crías y terminarán en el matadero cuando su esclavista lo considere oportuno.

Una mentira repetida hasta la saciedad
Las leyes existentes para la «protección integral para animales de granja» nos recuerdan a aquellas«leyes de protección negra» que había en los estados sureños de EE.UU para regular el trato y la compra-venta de esclavos negros. Y la felicidad que tienen muchos por donar a una organización animalista no se diferencia de cuando los blancos echaban algunas monedas en el cepillo de la parroquia. Cualquier cosa vale para tranquilizar la conciencia de uno mismo.
Los activistas veganos no debemos andarnos con remilgos en lo que se refiere a defender a los animales a cualquier precio. Nosotros no nos conformamos con pedir un mejor trato para esas vaquitas esclavizadas; sino que reivindicamos justicia para todos los animales. Si revisas nuestros artículos, verás que nos adentramos en cuestiones éticas fundamentales de los Derechos Animales que debieran ser la base compartida de cualquier partido político de España y del mundo.
Al igual que hoy no sería necesario, al menos en Occidente, un partido antiesclavista, ojalá en un futuro no muy lejano vuelva innecesaria la existencia de un partido vegano y sólo permanezca en la historia de la era de los horrores del ser humano.
Cuando alguien señala que ha visto tres lindas vaquitas felices en una granja de su pueblo o en un anuncio comercial, este hecho nos motiva a actuar y dar la cara por los animales.
Los activistas veganos estamos comprometidos con demostrar la verdad, con mayúsculas, que viven las víctimas no humanas para derruir mitos bienestaristas y acabar con toda forma de explotación y esclavitud animal. Si alguien quiere mentiras reconfortantes, que encienda el televisor.