Bolsonaro explotó a su perro para firmar una ley contra el maltrato animal


[Fuente de la fotografía: Clarín]
Bolsonaro explotó a su perro para definir cómo explotar a otros animales
El pasado 1 de octubre de 2020, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sancionó una ley contra el maltrato a perros y gatos con hasta cinco años de prisión e hizo que su perro firmase dicha ley. En este artículo, quisiera exponer un claro ejemplo de la manipulación y uso de animales para definir la utilización de otros.
Más allá del evidente reclamo publicitario, Bolsonaro explotó a su perro con la intención de dar a entender que este animal estaba o estaría de acuerdo con el contenido de dicha reforma legal. La ley contra el maltrato animal se endurece; pero sólo para perros y gatos, y ni siquiera los protege a ellos de acciones como la presente. Las demás especies animales siguen, al parecer, sin merecer que se los deje vivir en paz y tranquilamente.
Muchos animalistas verán esta fotografía de Bolsonaro con su perro y pensarán «qué mono» o «qué gracioso». Sin embargo, se pasa por alto el estado psicológico del animal, que no sabe qué ocurre: ¿Por qué tanto flash y tanta gente pasando? ¿Por qué no puedo ir al árbol o a jugar? Cosas que, quizás, estén pasando por su cabeza inocente mientras es ajeno a todo lo que está ocurriendo a su alrededor.
Si los animales tuvieran conciencia sobre su situación legal —bienes muebles semovientes— se echarían a llorar y reclamarían derechos legales reconocidos.

Una ley contra el maltrato animal no solucionará el problema
Este endurecimiento de la ley contra el maltrato animal, por parte del gobierno brasileño, no impedirá que se siga asesinando a miles de cientos de animales, que se los siga considerando una propiedad, ni afectará a su política de destrucción del Amazonas, el hogar de cientos de animales.
Esta nueva ley contra el maltrato animal presentada por Bolsonaro es tan sólo un lavado de cara frente a la sociedad brasileña y mundial, un lavado de cara que juega con la superficialidad y el especismo de una sociedad incapaz de ver que está usando a un perro como un objeto para sus propios fines políticos.
Bolsonaro explotó a su perro para aumentar las penas contra el maltrato a perros en un país y en un mundo en donde cada minuto se asesinan a millones de animales por no ser perros. Qué irónico. Así ocurre porque la sociedad privilegia a unos animales frente a otros y sólo condena aquellos daños que no le benefician. Ésta, y no otra, es la definición perfecta de «maltrato animal». Ni siquiera todos los «animalistas» llegan a oponerse a la crianza de animales, su inseminación, selección y generación de nuevas razas.
Una ley contra el maltrato animal más dura ni siquiera servirá para proteger a los perros; pues la violencia que se practica contra ellos es el resultado de esta mentalidad descrita. Si la humanidad considera que los perros y otros animales son mascotas (objetos de compañía) o seres inferiores que existen para servirnos, los «romperán» y los desecharán cuando lo estimen oportuno.
El camino es largo y va a ser duro; pero los activistas veganos y todos los veganos del mundo, estamos juntos por una misma causa: seguir luchando por los derechos de todos los animales sin distinción de especie. Unidos tendremos más fuerza, por y para ellos.