explotación animal

Ganaderos españoles amenazan con sacrificar animales por la guerra de Ucrania

¡Derechos Animales ya! - Ganadero de vacas
Los ganaderos, con independencia de su nacionalidad, explotan y esclavizan animales. A raíz de la guerra en Ucrania, los ganaderos españoles amenazan con «sacrificar animales».

[Nota: Fotografía ilustrativa]

Introducción

A tenor de la guerra en Ucrania, está aconteciendo un grave problema de suministro alimentario en los países que importan materias primas de este país. Gran parte del problema no radica en que ahora se disponga de una menor oferta; sino, también, en la enorme inflación derivada por la especulación de los mercados de futuros.

Como no podía ser de otra manera, los distintos grupos empresariales buscan presionar al Gobierno para perseguir sus intereses. Dado el carácter socialista y proteccionista de la nación española —casi no afecta quien gobierne—, muchos ganaderos pretenden el papá Estado solucione sus aprietos financieros con nuestros impuestos; unas dificultades que, en la práctica totalidad de los casos, se debe a la sobreexplotación y escasa planificación de la relación entre producción y demanda de un bien considerado.

En esta entrada, lejos de calentarme la cabeza con cuestiones económicas que no vienen al caso, quisiera lanzar una reflexión contundente sobre una noticia repugnante: Ganaderos españoles amenazan con sacrificar animales por la guerra de Ucrania si no reciben grano con que alimentar a su ganado.

¡Derechos Animales ya! - Ganaderos españoles amenazan con sacrificar animales
Recortes de la noticia, publicada por El País y recogida por la agencia Efe.

Otro ejemplo más del cinismo de los ganaderos españoles

Cuando leo un suceso así me quedo anonadado, me entran sudores fríos y me cuesta decidir por dónde empezar para soltarles cuatro verdades. A continuación, señalaré algunas de sus falacias y contradicciones empleadas para presionar al Gobierno:

  • «Crisis alimentaria»: Como viene siendo la tónica habitual, los ganaderos españoles presentan su coyuntura bajo el argumento de que, si su producción —asesinato de animales— se detiene, habrá una crisis alimentaria en España. Vamos a ver, en primer lugar, el consumo de carne y de productos de origen animal no es necesario para la salud pública. De hecho, ocurre todo lo contrario en la práctica. Lo irónico del asunto está en que, para mantener a sus reses esclavizadas, requieren toneladas de maíz, cebada y soja; unos cereales que, en caso de haber una escalada del conflicto, serviría para alimentar a varios millones de humanos directamente en lugar de para lo que los usan: engordar a unos animales a quienes se les rajará la garganta posteriormente. Y aún más irónico resulta si pensamos que, cada dos por tres, estos mismos señores sufragan y exigen financiación de campañas publicitarias para la promoción del consumo de carne alegando que es igual o más sostenible que el consumo de productos de origen vegetal. Puede que dentro de unos meses estemos algo escasos de cereales en España. No obstante, parecen creerse con legitimidad para ser los primeros en obtenerlos y así que ríos de sangre sigan fluyendo en los mataderos. Si los bosques se deforestan para cultivar soja, dirán, como siempre, que la culpa es de los veganos.
  • «La producción de leche corre peligro»: ¿Y? En serio, ¿qué pasa? ¿Quieren un pañuelo para sonarse los mocos? A los productores lácteos les importa porque es la fuente de sus ingresos; pero lo presentan como si fuese poco menos que una necesidad básica. No, amigos, dejémonos de manipulaciones baratas. Ni la leche, los yogures o el queso son elementos fundamentales de la nutrición humana. Estos productos, como el tabaco, comenzaron a popularizarse desde inicios del siglo XX. Si ahora están por todas partes, como el McDonals o los móviles, no son porque sean esenciales para nuestra vida; sino una necesidad creada con fines comerciales. En caso de que en España falten alimentos, la leche es uno de los menos prioritarios. Sólo a especistas y estúpidos —lo uno y lo otro suelen ir de la mano— se les ocurrirían llenar su despensa con lácteos mientras ponen velitas en el salón de su casa para rezar que no se les caiga el techo encima.
  • «Tendremos que sacrificar animales»: Como colofón, he aquí la gota que colma el vaso. Si odio con toda mi alma la explotación animal, más odioso me resulta cuando se presenta un injusticia como poco menos que una obligación moral. Me produce arcadas ese uso tan manipulador del lenguaje. Los ganaderos no están obligados a matar animales; van a matar animales porque así lo desean para salvaguardar sus beneficios. Los crían a destajo y, luego, «recortan» el número de cabezas para maximizar el rendimiento. Pienso que, cuando lo expresan de esta manera, busca suscitar dos sentimientos entre la población: uno de conmiseración hacia ellos —como si los animales a quienes mandarán a asesinar les importasen una mierda— y otro, los menos, de lástima hacia esas pobres vaquitas, cerditos, corderos y otros animales que terminarán en el matadero. Y es así: hay un sinnúmero de animalistas que se desgarran las vestiduras pero, más tarde, van al supermercado para comprar la carne de ese mismo animal degollado que estos ganaderos lo enviaron al matadero. El cinismo humano carece de límites.
¡Derechos Animales ya! - Tres vacas en el prado - Ganaderos españoles amenazan con sacrificar animales por la guerra de Ucrania
Todos los animales son, legalmente, esclavos del ser humano. Como tal, todos pueden ser desechados cuando sus propietarios lo consideren oportuno.

Conclusión

Los ganaderos españoles, como en cualquier otro país, únicamente buscan el máximo rendimiento económico a costa de tratar a los animales como objetos cuya existencia se limita a servirnos, ya sea en la vida o en la muerte. Estos criadores de esclavos son el resultado de la demanda de productos de origen animal por parte de humanos que no se han planteado la moralidad de sus actos o que, sencillamente, les da igual cualquier cosa perniciosa que le ocurra a un tercero.

Esta mentalidad de egocéntrica es la base subyacente en cualquier conflicto bélico. Y, como si no bastase con ello, arrastramos con mayor avidez, rapidez y barbarie a aquellos que consideramos despreciables. Otro mundo y otra sociedad son posibles si así lo queremos. Nuestros actos nos definen. Si no queremos ser cómplices de acciones crueles contra los animales, debemos rechazar el especismo y dar el paso hacia el veganismo.

Este artículo fue actualizado el 28/01/2024

Adrián López Galera

Adrián López Galera

Grado en Biología. Máster en Estudios Lingüísticos, Literarios y Culturales. Amplia experiencia en Derechos Animales, Escritura Creativa y Administración de sistemas informáticos.