Un cuñado contra los veganos: El efecto Dunning-Kruger

Cuñadismo hacia los veganos

En España, la expresión «cuñadismo» se refiere a aquellas estupideces soltadas por un «cuñado», el típico familiar que es capaz de solucionar los problemas de desempleo, inmigración, sanidad y educación en los cinco minutos que tardan en tomarse una cerveza junto a la barra de un bar. Estos individuos sufren el denominado «efecto Dunning-Kruger».

Siempre hay un cuñado para un vegano

Esta entrada tiene una finalidad crítica y humorística más que didáctica. Si bien, la parte final sirve para aclarar razones psicológicas de este comportamiento. Con esto dicho, empecemos:

El término «cuñadismo» es un neologismo español, muy usado en fechas recientes, para indicar aquel comportamiento o actitud propios de un «cuñado». De hecho, su uso está tan extendido que la Fundéu ha aceptado este nuevo significado en diciembre del año 2016. Típicamente, se ha arqueotipizado a estos parientes políticos como sumos conocedores de la verdad absoluta y un ejemplo de sensatez y pragmaticidad sin parangón. Por extensión, así se denomina de forma jocosa a quienes sientan cátedra en cualquier asunto —por variado que fuere— sin formación alguna y con una campechanía digna de sonrojo ajeno.

Un buen cuñado arregla con sencillez todos los problemas de la nación durante tiempo que le dura una taza de café en sus manos y le sobran algunos minutos para comentar la alineación de su equipo de fútbol. Sin excepciones, tiene en todo momento una solución perfecta para la ocasión. Si su respuesta no te sirve, se debe a que no lo entiendes bien ni lo haces como lo propone. Y, por supuesto, si algo se soluciona días más tarde es porque «ya lo había dicho él», ¿quién si no?

Así pues, si uno se vuelve vegano y se lo menciona a un cuñado, resulta esperable que sus sabios consejos se dirijan a corregir nuestras conductas y nos inviten a conocer el conocidísimo caso del vecino de un amigo que acabó en el hospital por no comer carne. Si después de meses no nos ha ocurrido nada semejante, hemos tenido suerte. Gracias al Altísimo que podamos ahora contar con sus conocimientos, experiencias y sabidurías.

A continuación separaré en tres categorías los comentarios modelo de un cuñado típico según su grado de dificultad o complejidad intelectualoide. Los ejemplos son citas casi literales que me han dicho en persona o que he presenciado en redes sociales. Las expresiones contienen imprecisiones y errores terminológicos, algo frecuente en quienes hablan de una materia sin tener la más remota idea.

¡Derechos animales ya! - Jardin des Tuileries - Estatua Facepalm

Esta estatua —llamada estatua de Caín— encontrada en el Jardín de las Tullerías (París, Francia) manifiesta espléndidamente el sentimiento de vergüenza ajena de oír a un cuñado.

Nivel elemental

Las apelaciones iniciales y más comunes de un cuñado se refieren a lo que un cuñado entiende por explotación, sus experiencias y consecuencias de nuestras acciones:

¡Derechos Animales ya! - La explicación del cuñado - Efecto Dunning-Kruger

Un cuñado tiene siempre una explicación para todo, ya hablemos de física cuántica o del reinado de Alejandro Magno.

Nivel intermedio

Un tipo más elaborado de cuñado es aquel que sostiene absolutas barbaridades mediante falacias argumentativas, repetición de mitos o una simple carestía o mala interpretación de los datos:

Rajoy - Un vaso es un vaso y un plato es un plato - Cuñado para un vegano

Mariano Rajoy, uno de los peores presidentes en la historia de España, tanto por su mala gestión como por los casos de corrupción, será recordado por su dialéctica sublime. Es el arquetipo del cuñado español.

Nivel avanzado

La sapiencia de un cuñado, digna de alabanzas, no se limita a afirmar con una base argumentativa nula ni a contar batallitas desde la barra del bar; sino que también emiten sensatos juicios de valor acerca del veganismo y los motivos que llevan a un ser humano a dar el paso. Si uno se siente lo suficientemente motivado como para aguantar sus mantras de tópicos, alcanzará a oír los cuñadismos de tercer nivel: comentarios referidos a la ideología e intenciones de quienes se preocupan por las víctimas no humanas. Desde luego, en esta etapa muestran su toda creatividad y potencial desatados:

  • «Los veganos son unos radicales perroflautas que no han dado un palo al agua en toda su vida».
  • «Si todavía existiese la mili, se os quitarían esas tonterías».
  • «El veganismo es una moda elitista».
  • «El veganismo es una religión derivada de la masonería».
  • «El veganismo es una estrategia de los Illuminati para el control mundial».
  • «El veganismo es un invento de la URSS para acabar con McDonalds».
  • «El veganismo quiere veganizar a los animales».
  • «No hace falta ser vegano para proteger el medio ambiente».
  • «Los veganos son una secta que controla a la gente mediante la desnutrición porque así pensamos menos».
  • «Los veganos son unos colgados que aman a los animales más que a las personas».
  • «Deberían detener a los veganazis porque son un peligro público. ¿Sabes cuántas bombas ha puesto ALF?».
  • «Detrás del veganismo está Monsanto y varias empresas agrícolas».
  • «Los veganos desean que volvamos a vivir en tribus y cuevas».
  • «Los veganos son misántropos que buscan acabar con la raza humana».
  • «Si el mundo se volviese vegano, los humanos dejaríamos de evolucionar (como los pokémons)».
  • «El veganismo causará el apocalipsis y la extinción de la raza humana».
  • «Comer pasto nos volverá tan tontos como los rumiantes».
El efecto Dunning-Kruger

Esta gráfica es un modelo aproximativo que relaciona la confianza de un individuo con respecto a su experiencia en un área de conocimiento según el efecto Dunning-Kruger.

Un cuñado es una víctima del efecto Dunning-Kruger

Un cuñado, sin saberlo ni ser consciente, incurre en el conocido efecto Dunning-Kruger (Wikipedia). A modo introductorio, éste es un sesgo cognitivo estudiado por los psicólogos David Dunning y Justin Kruger, quienes fueron investigadores en la Universidad de Cornell (Nueva York, EE. UU.) y publicaron sus análisis en diciembre de 1999 en el boletín de la Journal of Personality and Social Psychology.

Según las conclusiones de su experimento, los seres humanos valoran su propias capacidades y aptitudes para una materia según su percepción de la verdadera destreza y dominio de dicha materia. El efecto Dunning-Kruger señala que existe una clara tendencia a que cuanto menor sea la habilidad y erudición de un individuo respecto a un campo del saber, mayor será su confianza y seguridad para defender sus hipótesis. Ocurre que la ignorancia brinda psicológicamente más tranquilidad que el conocimiento. Quien no sabe, cree que sabe; y quien sabe, duda ante la aceptación de que sus ideas pueden estar erradas.

Es decir, alguien que no tenga ni la menor idea de qué es el veganismo o qué defienden los Derechos Animales, sufre, por el efecto Dunning-Kruger, un sesgo que lo lleva a la creencia de que cuanto sabe sobre el mismo es correcto y veraz con total convicción.

¡Cuidado! Nosotros también podemos comportarnos como un cuñado

Cada día, efecto Dunning-Kruger puede aplicarse empíricamente a multitud de sucesos y conflictos del día a día. Esto conlleva que los humanos sientan una gran predilección por ganar la discusión y no por entender al otro ni cuestionar cuánto conocen realmente acerca de lo que hablan. Debido a ello, los humanos —y posiblemente en otros animales también— padecemos un freno biológico al desarrollo personal y al avance social. Estudiar los sesgos cognitivos y elaborar métodos que permitan corregirlos se vuelve una necesidad primordial en una sociedad atestada de sujetos que siempre tienen la razón.