Promover el veganismo por el medio ambiente es un error
Promover el veganismo por el medio ambiente es un error rotundo
A finales del año pasado, salió la noticia de que científicos de Nueva Zelanda estaban desarrollando un modelo de manipulación genética en animales, pionero en el mundo, para obtener razas de ovejas «bajas en emisiones de metano» para así reducir el impacto ecológico de su explotación, el cual contribuye al efecto invernadero.
El desarrollo de la ingeniería genética en animales es una consecuencia lógica de su cosificación moral. Mientras la sociedad sea especista y los perciba como objetos, los científicos emplearán la ciencia en un sentido meramente antropocéntrico.
Y así, como sucedió en la Alemania nazi con quienes no pertenecían a la raza aria —hay ejemplos de sobra en la conocidísima obra Eternal Treblinka—, seguirán ideándose todo tipo de aberraciones para suplir las crecientes demandas de una sociedad más ecologista pero igual de discriminadora hacia los animales.
Tomo este ejemplo, tan espeluznante, para señalar que los animales merecen respeto por sí mismos. Promover la práctica del veganismo por el medio ambiente es un error rotundo.
Si nos limitamos a decir que ser vegano es lo mejor para el planeta, aquéllos que todavía no han entendido que la esclavitud animal es igual de injusta o que los animales merecen respeto buscarán alternativas para explotarlos con la conciencia tranquila. Igualmente, cabe recordar que la esclavitud de seres humanos podría ser una práctica muy ecológica. Sin embargo, nuestra sociedad entiende que ningún fin debe pasar por encima de los intereses de un individuo.
El veganismo se definió por los animales porque, como nosotros, son personas (seres con personalidad, conciencia e intereses inalienables). Promover el veganismo por el medio ambiente es un error, o cualquier otra tergiversación, no favorece en absoluto que cambie el paradigma social que los oprime.
Si de verdad te importan los animales, hazte vegano y promueve el veganismo. Es lo mínimo que podemos hacer por ellos. No tiene sentido exigir zoológicos al aire libre, animales de terapia mejor tratados, tauromaquia «sin sufrimiento», mataderos móviles y un sinfín de propuestas injustas para las víctimas no humanas. Dejemos de autoengañarnos y de ser nazis para los animales.