Hamilton le da a su perro piensos vegetales
Hamilton le da a su perro piensos vegetales y muestra mayor coherencia que muchos animalistas
En el año 2020 se volvió viral un suceso que recibió titulares sensacionalistas y muy mal expresados. Una de las menciones más frecuentes fue la de que «Hamilton ha hecho vegano a su perro». Desde el Partido Vegano queremos expresar dos ideas fundamentales respecto a estas noticias y las reacciones violentas que suscitan.
En primer lugar, el veganismo no es una dieta; sino un principio ético. Desde un punto de vista terminológico, los animales ajenos a nuestra especie no pueden ser veganos como tampoco pueden ser defensores de los Derechos Humanos. Sólo un adulto humano con plenas facultades (agente moral) puede asumir un principio ético. Lo que estas noticias querían expresar es que Hamilton había comenzado a darle a su perro una dieta 100% vegetal. Aquí subyace un grave error de conceptos.
En segundo lugar, las críticas contra esta acción, como siempre, se centran en la falacia naturalista. La sociedad mantiene la creencia de que está mal «cambiar la naturaleza» de los animales con los que convivimos. Resulta paradójico que se cuestione el hecho de que Hamilton le da a su perro piensos vegetales como algo «antinatural», aun cuando los propios piensos cárnicos son creaciones artificiales, creados a base de productos químicos mezclados con cadáveres de animales separados mecánicamente que fueron criados y alimentados artificialmente durante toda su vida. ¿Y los piensos vegetales son «antinaturales»? Vaya, quién lo diría.
Gran parte de esta falacia naturalista estriba en la creencia de que los perros sean carnívoros o de que necesiten carne para vivir. Esta creencia es, en realidad, un alter ego del especismo común y corriente y del desconocimiento típico que desemboca en la creencia de que la carne contenga nutrientes esenciales. Los estudios veterinarios avalan las dietas 100% vegetales tanto en perros como en gatos.
Los piensos vegetales contienen todos y cada uno de los nutrientes que necesitan perros, gatos y otros animales. Por tanto, que Hamilton haya decidido darle piensos vegetales a su perro es un mero acto de coherencia.
Los famosos suelen recibir múltiples alabanzas y críticas por acciones que ejerce la gente normal en su día a día. En el caso presente, si Lewis Hamilton le da a su perro piensos vegetales, hace bien.La hipocresía animalista siempre está presente
Cientos de supuestos famosos pasan de ser veganos un día a dejar de serlo al día siguiente. Estos sucesos, al contrario de lo que uno esperaría, reciben la inmediata «comprensión» de fans y seguidores que tienen la misma mentalidad especista y llena de ignorancia que los propios famosos a quienes adoran. Sin embargo, cuando alguien famoso obra con coherencia y cordura, los animalistas —bienestaristas— pierden la cabeza y pasan a exclamar que «Hamilton ha hecho vegano a su perro. ¡Qué cosa más atroz!».
El respeto que merecen todos los animales significa reconocer que no tiene sentido ético condenar el maltrato animal y cuidar a unos animales mientras se financia el asesinato de terceros. Esta discriminación incurre en especismo y es tan injusto como alarmarse por la venta de carne de perro en China al mismo tiempo que se trata de justificar la experimentación animal o las terapias en que se los explota por un bien humano.
Quien siga creyendo que los piensos vegetales son malos o inferiores, simplemente no debería recoger perros, gatos ni tener otros animales; pues en ningún caso se justifica asesinar gratuitamente a otros animales por desconocimiento o falta de empatía hacia aquéllos que terminan muertos en mataderos —domesticados, domados, exterminados o envenenados— por no ser perros o gatos. En este sentido, Hamilton le da a su perro piensos vegetales y muestra una mayor coherencia que muchísimos animalistas.
Los activistas veganos hablamos claro y explicamos la realidad tal como es para lograr una transformación de la mentalidad colectiva mediante activismo educativo. No buscamos aplausos fáciles ni quedar bien delante de las masas sociales.