Guillermo Díaz Guerra y el exterminio de gatos callejeros
[Fuente de la fotografía: El Diario]
Guillermo Díaz Guerra, alcalde de Santa Cruz de Tenerife, considera que los gatos callejeros son una plaga que debe eliminarse
Como he expresado muchas con anterioridad, los activistas veganos somos abolicionistas de la explotación animal. Esto significa que nos oponemos a cualquier uso de los animales en servicio del ser humano al reconocer que ellos poseen sus propios intereses inalienables. Debido a que vivimos en una sociedad especista, en esta publicación deseamos comentar la propuesta del primer alcalde de Santa Cruz de Tenerife sobre exterminar gatos callejeros al considerarlos «plagas».
Guillermo Díaz Guerra, primer teniente de alcalde de Santa Cruz de Tenerife, mantuvo una reunión el día 8 de septiembre del 2020 con algunos colectivos animalistas. En esta reunión aseguraba que «los gatos en las calles son una plaga que hay que eliminar» y continuaba afirmando: «si tengo que hacerme cargo de las colonias de gatos lo que hago es sacrificarlos».
Para quien no sepa quién es este señor, Guillermo Díaz Guerra es el responsable de la materia como concejal de las áreas de Bienestar comunitario, Servicios Públicos y Sanidad. Queda patente que, para el señor Díaz, el bienestar comunitario no incluye a otras especies animales que no sean la humana.
Este señor, a cargo del gobierno provincial, no duda en hacer público su deseo y determinación de asesinar y exterminar a cientos de animales indefensos e inocentes. Ante esta noticia, muchos animalistas pierden los papeles y optan por insultar al señor Díaz o lo llaman «psicópata» o cosas peores.
Ante esta atroz propuesta de Guillermo Díaz Guerra cabe recordar que el 95% de la humanidad participa en la explotación animal. Este señor considera correcto exterminar gatos por la misma razón por la que la mayor parte de la humanidad considera correcto comer animales. No se trata de psicopatía, sino de simple y llano especismo.
Si acaso, lo único que vuelve a poner de relieve este caso es el fraude de la Dirección General de «derechos de los animales», la cual no defiende los Derechos Animales ni pretende hacerlo. Esta realidad se vuelve evidente cuando tanto las acciones del Gobierno como la de quienes encabezan los distintas concejalías no tienen ninguna formación ni voluntad de respetar a los animales.
Los animales nos necesitan. Las víctimas no humanas precisan que se visibilice toda acción injusta y amenazante de los que mandan. Guillermo Díaz Guerra no es culpable de que, desde pequeño, fuese adoctrinado en el especismo como el resto de los españoles. Sin embargo, quienes entendemos que nuestra sociedad debe cambiar su mentalidad, debemos estar ahí para explicar el veganismo mediante activismo educativo y reivindicar que se respete su derecho a la vida, a la libertad y a la integridad. Nuestra especie denomina «plaga» a cualquier animal que compita por los recursos o que nos perjudique de alguna forma por nimia que fuere.
Los humanos no tenemos legitimidad ética a asesinar animales ni a usarlos de ninguna manera. Si entendemos que no está bien asesinar gatos callejeros porque estorben a ciertos humanos, debemos comprender que tampoco está bien fomentar la ganadería, practicar la caza, participar en la crianza y esclavitud de animales ni en justificar, blanquear ni promover ninguna forma de hacerlo con el argumento de «reducir el sufrimiento».
Los animales necesitan tener un conjunto de leyes que reconozcan su derecho a la vida y que los proteja al considerarlos individuos; no objetos. Para ello, se requiere cambiar la mentalidad colectiva y luchar contra el origen de la explotación animal y de los eufemismos que se emplean para justificar un holocausto perpetuo.