Los productos veganos no dependen de su procedencia

Leches vegetales de la línea Alpro Central Lechera Asturiana - Productos veganos

Los productos veganos —aptos para veganos— son éticos para el consumo vegano con independencia de quién los produzca. En nuestros días está produciéndose el surgimiento de nuevas empresas como Impossible Foods y la reconversión de la industria de la explotación animal, desde las grandes multinacionales como McDonalds hasta empresas más modestas como Palacios. En la imagen figura la línea de productos Alpro elaborados por Central Lechera Asturiana. Incluyen el sello homologado «Vegan» para señalar que no contienen ningún producto de origen animal. Nótese que, conscientes de la perspectiva vegana, Central Lechera Asturiana ha retirado disimuladamente todas sus vaquitas del logo.

La reconversión de la industria

Cada vez se lanzan al mercado más productos veganos —en el sentido de aptos para veganos, no que el veganismo sea una dieta— elaborados por empresas clásicas del sector ganadero y derivados que ofrecen líneas de productos vegetales para satisfacer la creciente —e ideal— demanda de alimentos no-animales. Éstas lo hacen con el claro y obvio objetivo de extender su área de mercado, o mejor dicho, de seguir manteniendo consumidores y clientes a pesar del paulatino cese de la consumición por parte de humanos que antes eran especistas y colaboraban con la explotación animal.

Las empresas cárnicas o de la explotación animal no son «buenas» ni «malas» en sí mismas, se rigen por la máxima del beneficio y actuarán siempre pensando en dicho fin. Si actuamos con justicia y no nos importa comprar productos 100% vegetales de tales compañías usando el mismo criterio con que juzgaríamos a otras desconocidas, éstas verían facilitada su reconversión hacia otros nichos económicos o modelos de negocio, e invertirían dinero en apoyar (o no estorbar) la causa vegana en lugar de intentar minar constantemente nuestro esfuerzo con una publicidad manipulante y estudios pagados a magufos y pseudocientíficos sin un atisbo de ética.

A menudo, el odio despertado por la explotación animal se dirige contra aquellas empresas que comercializan con sus cadáveres y secreciones. Es lógico y justo rechazar cualquier producto que proceda de la explotación animal, pero no tiene fundamento oponerse a un producto 100% vegetal porque provenga de estas empresas. Quienes participan más directa o indirectamente en la crianza, esclavitud y asesinato de otros animales no lo hacen porque desprecien voluntariamente a tales individuos; sino porque la sociedad consume tales productos. Si no los venden ellos, otro lo hará. La economía tiende a ocupar todos los nichos de mercado disponibles según la demanda. Aunque puede afirmarse que las empresas pueden contribuir para generar demanda en un nicho concreto, por lo general quedan supeditadas a los cambiantes gustos de la sociedad. Así como vulnerables ante acontecimientos azarosos e inesperados que causen su cierre estrepitoso.

¡Derechos Animales ya! - Pizza vegana de la marca Palacios - Reconversión de la industria y de una empresa cárnica

Hace unos días ha empezado a comercializarse una pizza vegana tipo «Margarita» de la marca Palacios. Es un verdadero triunfo que se produzca una reconversión de la industria de la explotación animal y que las empresas cárnicas vean factible reconvertir sus negocios. ¡Qué irónico que una empresa cárnica, como Palacios, promueva más los productos veganos que las organizaciones animalistas! 

Falacias contra las empresas cárnicas, lecheras y análogas que venden ahora productos veganos

Muchos veganos esgrimen y tratan de argumentar que es mejor y más ético consumir productos veganos producidos por empresas veganas. Es decir, por empresas que, en teoría, están dirigidas por veganos y para veganos. Cada cierto tiempo sale a la palestra alguna empresa vegana que, quizás por méritos propios, recibe una gran idolatración en las redes sociales. En estos últimos meses se ha vuelto muy popular la empresa Impossible Foods. Así pues, ocurre que cuando un activista —como yo— habla o promueve el consumo de algún producto 100% vegetal que no proviene de supuestas empresas veganas, suele aparecer gente para criticarlo. Respecto a la pizza vegana de Palacios, se me dijo que esta empresa cárnica «mata cerdos hasta aburrirse» y que los productos veganos suyos son «básicos y simples». ¿Y qué tiene esto que ver? Una consecuencia lógica de este sesgo, se manifiesta cuando un alto número de veganos se oponen sistemáticamente a la adquisición de productos procedentes de empresas que participen en la explotación animal. Como ejemplos habituales tenemos las hamburguesas sin carne de McDonals —que están llegando a algunos países de Europa— o las bebidas de soja procedentes de las típicas empresas lecheras, como Puleva o Central Lechera Asturiana.

El caso de Impossible Foods

Apelar al productor del producto incurre en una falacia ad hominem, pero, en este caso, va a más. Todas las sustancias que puedan destinarse al consumo humano han de pasar obligatoriamente unas pruebas en animales para comprobar sus efectos sobre la salud y determinar los intervalos de toxicidad. Muchos veganos desconocen u olvidan adrede que, en el ejemplo concreto de Impossible Foods, dicha empresa ha invertido dinero en experimentar sus productos con animales deliberadamente sin ninguna obligación legal. Lo irónico del asunto es que algunos veganos, cuando se les señala este hecho, tan fácilmente comprobable que hasta organizaciones bienestaristas y cínicas como PETA lo han denunciado, llegan a decir que lo de experimentar con ratas tiene un pase, mientras que otras empresas asesinan otros animales todos los días. ¿No es una doble vara de medir, como tantas otras? Además, tanto Impossible Foods como el 99% de las supuestas empresas veganas, tiene trabajadores que no son veganos, intermediarios que no son veganos y consumidores que no son veganos. Entonces, ¿es más «vegano» un producto de Impossible Foods que uno de Palacios, de Central Lechera Asturiana o de cualquiera otra empresa? La respuesta es no.

Asimismo, tampoco debe creerse que toda empresa vegana surja por convicción respecto al veganismo. La mayoría de las que están y estarán sólo buscan aprovechar un «vacío» en el nicho de mercado, justo como están haciendo las antedichas. Al grueso de ellas, los animales les importan una mierda. No hay ninguna diferencia ética entre unas empresas u otras, sino sólo según si el producto contiene o no sustancias de origen animal.

¡Derechos Animales ya! - Hamburguesa de Impossible Foods - No es un producto vegano más ético que uno de Palacios o de Central Lechera Asturiana

La hamburguesa de Impossible Foods ha acaparado la atención internacional por su sabor y textura. Sin embargo, no debemos caer ni en publicidad ni en adoraciones vacías. Esta empresa ha explotado animales sistemáticamente como tantas otras y sus productos 100% vegetales no son más o menos éticos que los MC Donals, Palacios o Central Lechera Asturiana.

Transformarse o morir: Central Lechera Asturiana, Palacios y otras empresas lanzan al mercado productos veganos

Hay quienes esgrimen que la reconversión de la industria de la explotación animal sólo busca «aprovecharse» del veganismo y que estas empresas pretenden expandir su nicho de mercado a costa del trabajo que realizamos los activistas. Sea como fuere, ampliar el nicho de mercado siempre es el paso previo para poder subsistir. Grandes empresas en la actualidad no empezaron vendiendo los productos que fabrican o confeccionan ahora. Por ejemplo, empresa Orbea, que ahora fabrica bicicletas de competición, se dedicaba a la creación de armas cuando surgió en 1840. Estar en contra de estas maniobras empresariales, como se observa a diario en las redes sociales, supone un entendimiento limitado de cómo funciona la economía. Algunos parecen crecer que las empresas explotan animales por placer y no por dinero. Y el dinero es bonito venga de donde venga. Si nosotros les demostramos que puede serles igual de rentable no explotar animales, no se sentirán obligados a destinar millones en publicidad para engañar a los consumidores con el fraude del bienestar animal y de la carne ecológica.

La contradicción de las organizaciones animalistas

No hay que confundir pragmatismo con bienestarismo. No hay nada bienestarista (¡todo lo contrario!) en apoyar la reconversión la industria hacia formas que no conlleven ningún tipo de explotación animal. Por el contrario, las grandes organizaciones animalistas se dedican a diario a promover una explotación animal «compasiva» con el argumento falaz de que las empresas y los consumidores no van a dejar de explotar animales «de la noche a la mañana». Lo dicen y lo hacen así porque su modelo de negocio reside en explotar la explotación animal. Si de la noche a la mañana los animales dejaran de ser esclavos, objetos y recursos, tales organizaciones desaparecerían. Así pues, cuando mencionan lo de «la noche a la mañana» realmente están aludiendo a una de sus mayores pesadillas ante el activismo vegano y la reconversión de la industria. Si las organizaciones animalistas, en lugar de siquiera mencionar que existen productos veganos en el mercado, prefieren seguir promoviendo «huevos de gallinas sin jaulas» es porque quieren que los animales sigan explotados por consumidores que mantengan el statu quo y que un sinfín de animalistas «sensibilizados» y «comprometidos» les llenen los bolsillos. Si la industria de la explotación animal observa que sus productos veganos tienen salida comercial, no tendrán reparos en cerrar las granjas ellos mismos. Y los activistas debemos estar ahí para «ponerles una alfombra».

¡Derechos Animales ya! - Un animal explotado (alguien) nunca es feliz - Los productos veganos no necesitan recurrir a mentiras - Debemos favorecer la reconversión de la industria para impedir que sigan promoviendo el fraude del bienestar animal

Aunque uno puede preferir apoyar a empresas veganas, no debemos rechazar que las empresas cárnicas dejen de explotar a animales. De lo contrario, seguirán y destinando dinero a sus campañas de «bienestar animal» y flaco favor les haremos a las víctimas.

Los beneficios de apoyar productos veganos y alternativas sin explotación animal

Cabe recordar que un conglomerado empresarial jamás va a desaparecer de la faz mercantil sin luchar ni dar coletazos. En un futuro no muy lejano, todas las empresas basadas en la explotación animal deberán enfrentarse al dilema de reconvertirse o desaparecer. Por ende, nuestro objetivo debiera ser recompensar el esfuerzo —porque siempre resulta costoso invertir en lo nuevo— que algunas exhiban para cambiar su rumbo en lugar de pisotearlas y prolongar la opresión que éstas sigan ejerciendo a causa de nuestra «negativa» hacia alternativas libres de explotación animal. Si por un momento pensamos en las víctimas en vez de en nuestro ego, hemos de aceptar que las acciones pensadas estratégicamente pueden suponer años de adelanto y evitar la muerte de millones de inocentes. Sin ir más lejos, la reconversión de la industria y la generalización de los productos veganos consiguen normalizar el veganismo y ayudan a eliminar el prejuicio de que sea algo difícil de llevar a la práctica, caro, sacrificado y elitista.

Por ello, aquella persona vegana que no desee comprar productos de tales empresas cárnicas, lecheras y demás, está en su derecho de elegir. Sin embargo, su decisión no debiera derivarse de un sentimiento motivado por la venganza. No podemos pretender la paz guardando rencor hacia quienes, en la mayor parte de los casos, tan sólo se limitan a satisfacer la demanda de cadáveres y secreciones.

Por motivos éticos, políticos e ideológicos de cada uno, me parece comprensible apostar por el comercio justo, minorista y ecológico. Aun así, considero un craso error vilipendiar los tímidos intentos de la industria tradicional por transformarse.

¡Derechos Animales ya! - Cadena de abastecimiento de la explotación animal

La cadena de la explotación animal comienza en el consumidor. Cuando uno demanda productos veganos —aptos para veganos—, no participa en esta triste «rueda» de la crianza, explotación y asesinato de animales no humanos.

La relación entre los productos veganos y las bases del veganismo

El veganismo trata sobre abolir la explotación animal en reconocimiento del principio ético de igualdad. Para abolir la explotación animal es necesario acabar con la financiación que la sostiene y eso se consigue principalmente a través del consumo. Por ende, si motivamos a las empresas a que reconviertan su oferta en productos vegetales, estamos socavando desde el origen la financiación de la explotación animal al acabar con quien inicia la cadena: el consumidor. De esa manera sí estamos logrando que la industria transicione hacia el veganismo.

Al consumir productos 100% vegetales de Central Lechera Asturiana o de Palacios no estamos demandando que exploten a ningún animal. Hacemos exactamente lo mismo, ni más ni menos, que al salir corriendo para probar las hamburguesas de Impossible Foods. Al apoyar la reconversión de la industria estamos demandando explícitamente que queremos productos 100% vegetales y que no impliquen explotación animal. Éste es el único requisito y menester que tiene un vegano en el contexto en el que vivimos, a menos que opte por aislarse en una cueva. Al igual que ocurre en las injusticias entre humanos, nosotros mismos somos víctimas de nuestros prejuicios y vemos el mundo a través de un cristal empañado. Nuestras acciones deben centrarse en las ideas y acciones; no en los sujetos. Se precisa reflexión y educación para ejercer un activismo eficaz. Espero que esta entrada haya aclarado algunos de los puntos más controvertidos de la relación entre el veganismo y la industria de la explotación animal.