Las normas especistas de Facebook y los justicieros modernos
Las normas especistas de Facebook y la hipocresía de los justicieros modernos
Los activistas veganos las leyes especistas de la misma manera en que cualquier humano justo debiera oponerse a leyes racistas o sexistas. En el día de hoy, quisiera lanzar una condena absoluta y tajante a las normas especistas de Facebook.
En los años que he participado en redes sociales muchas veces me han censurado, a nivel de usuario o página, por establecer analogías entre la esclavitud humana y la esclavitud animal. Las respuestas viscerales e irracionales siempre se resumen en alegar que «no es lo mismo» para, seguidamente, insultar o denunciar los diseños o ensayos del activista de turno.
La censura en Facebook es el reflejo de la actual dictadura de las masas por la corrección política. La censura en internet es el pan de cada día porque la sociedad es incapaz sino de responder con amenazas y violencia a cualquier cosa que contradiga sus creencias o intereses egoístas. La fuerza es el arma predilecta de quien carece de argumentos. Y no existe ningún argumento válido para justificar el especismo ni el exterminio de millones de animales al día.
Las normas especistas de Facebook son el resultado de una dictadura social basada en el mantenimiento de las creencias e ideas de una masa social egoísta, narcisista y desconectada de cualquier víctima que no sea uno mismo.La dictadura de masas por corrección política
Como figura en la imagen, Facebook prohíbe cualquier comparación de seres humanos con animales. Esta medida, tal como está expresada, es arbitraria y subjetiva; pues antepone los sentimientos que despierta una comparación en un particular o en un colectivo frente a la veracidad de dicha comparación. Asimismo, la estulticia del redactor se evidencia al señalar «insectos» o «animales» como si los insectos no fuesen animales.
Hoy vivimos un periodo de oscurantismo que nos recuerda a épocas pasadas. En la Edad Media podían ajusticiar a alguien por no compartir la fe mayoritaria de un lugar. En la actualidad, pueden dilapidarnos física e intelectualmente por oponernos con justicia y vehemencia a las creencias arbitrarias y acciones injustas de nuestra sociedad del siglo XXI.
Las normas especistas de Facebook y de otras redes parten desde la premisa falsa de que expresar algún tipo de comparación entre humanos y animales incurra en un lenguaje deshumanizante. Cuando los defensores de los Derechos Animales lanzamos analogías entre humanos, no estamos comparando personas humanas y no humanas.
Cuando lanzamos analogías, estamos comparando formas de opresión y similitudes sistémicas entre la explotación y esclavitud humana y la explotación y esclavitud animal. El origen de todas las opresiones es el mismo. Entender esto se vuelve fundamental si alguien quiere ser justo. Las normas especistas de Facebook suponen, por tanto, una injusticia para los animales y una violación hacia la libertad de expresión de sus defensores.
Los justicieros modernos se parecen a los hinchas de un equipo de fútbol o a los seguidores de un actor o cantante. La mayor parte de la humanidad carece del nivel de conciencia necesario para establecer sus propias creencias e ideales.Los justicieros modernos no entienden qué significa la justicia
En nuestro contexto actual, muchos grupos que supuestamente defienden la justicia y la igualdad son los mayores opositores a ambas categorías; pues no dudan negar, censurar, linchar, atacar y boicotear que a los animales se los reconozcan como víctimas y que se les reconozcan derechos legales.
Así sucede porque estos individuos antropocéntricos no conocen ni comparten realmente el significado de la justicia. Ellos conciben la justicia como una especie de materia finita por la cual unos deben perder derechos para otros ganarlos. Y esto no tiene ningún sentido.
Las normas y las leyes especistas se deben a lo enraizado de nuestro antropocentrismo. En nuestros días no prima la observación, la autocrítica ni la coherencia; sino la indignación, el reaccionismo y el tribalismo endogrupal. Una sociedad de futuro que respete a los animales es incompatible con una sociedad hipócrita, irracional e infantilizada.
Los activistas veganos somos críticos porque no criticar significa validar el statu quo. Y validar el statu quo significa consentir que los animales sigan estando oprimidos y continúen siendo asesinados por el placer de la sociedad general y por la complacencia de muchos justicieros modernos.