El activismo educativo es clave para el progreso ético
El activismo educativo es el motor del progreso ético
La educación es el motor del progreso ético. Toda la evolución social se ha debido a un cambio previo en la mentalidad colectiva. Desde el periodo del Renacimiento, pasando por la Ilustración, dicha transformación ha estado motivada por las artes, las letras y el conocimiento científico.
Hoy, gracias a cuanto conocemos sobre los animales, tenemos argumentos de peso para defenderlos como sujetos de derecho y exigir el reconocimiento de derechos legales. El activismo educativo es el mayor arma del que disponemos los activistas para defender a los animales ante la violencia sistemática que se practica contra ellos.
Los animales merecen respeto por una serie de razones; pero esto no sirve de mucho si no se saben explicar al resto: ¿Cuál es la historia del veganismo? ¿Cuál es su definición? ¿Es ético explotar animales sin sufrimiento? ¿Es sana una dieta vegana? ¿Las plantas sienten? Éstas son algunas de las preguntas que todo activista debiera saber responder.
Ser vegano es un paso trascendental, pero supone lo mínimo que podemos hacer por ellos. De poco les vale que lo seamos si, al mismo tiempo, desconectamos de la realidad en que viven y no hacemos el esfuerzo de cambiar la mentalidad de los demás. El prejuicio especista es el responsable de todas las acciones injustas que la sociedad comete contra los animales.
El contexto actual nos obliga a tomar la palabra y a pasar a la acción. Y esto no significa soltar cuatro gritos en una manifestación animalista o en otros actos; sino saber explicar y responder a cualquier cuestionamiento sobre la explotación animal, la esclavitud de los animales y las injusticias que padecen en todo el mundo. Todos debemos poner nuestro granito de arena por las víctimas no humanas.
Los activistas veganos debemos tener un férreo compromiso con el activismo educativo centrado en la dialéctica, la filosofía moral y los fundamentos del veganismo y de los Derechos Animales.