El manual del activista vegano
Las organizaciones animalistas intentan crear manuales para sus activistas 'zombies'. Yo he creado para esta entrada un pequeño manual del activista vegano como sátira de las tonterías que llegan a decir otros supuestos veganos.
Advertencia
Esta entrada, a diferencias de las demás, tiene un propósito jocoso y sarcástico. Es aproximadamente la antítesis de otro artículo en que reúno consejos reales. Con esto advertido, quisiera que los lectores disfrutaran de estos enunciados que he compilado un «manual del activista vegano». Se lo dedico a innumerable cantidad de gente sin sentido de la autocrítica, escasez de formación y soberbia desmedida con quienes me topo a diario.
El manual del activista vegano
- Eres vegano. Esto significa que perteneces a un selecto grupo reservado para el 0,1% de la población humana actual, ello sugiere que el veganismo es un reflejo de unas dotes intelectuales, empáticas y armónicas superiores al resto (hasta la fecha hay estudios sobre la relación entre practicar el veganismo y la empatía).
- Engríete, eleva el cuello y sal a la calle con una camiseta de «Por el planeta, por la humanidad y por el medio ambiente». Casualmente, la única razón para ser veganos queda al final porque todos sabemos que los humanos y nuestros intereses van primero.
- Si la mayor parte del planeta no es vegano se debe a que no tiene suficiente capacidad para serlo. Eso significa que eres especialmente dotado en inteligencia o facultades especiales, enhorabuena.
- Debido a que el mundo nunca se hará vegano, debemos difundir el bienestarismo o incluso el reducetarianismo en casos extremos para ser eficientes. ¿Acaso no has consultado el éxito de PETA con sus manifestaciones vestidos de conejitos? Nota: di performance o serás demasiado mainstream.
- Si la mayor parte del planeta nunca se hará vegano, ¿para qué difundir el veganismo? Las víctimas están sufriendo ahora. Si le decimos a la gente aquello que le guste oír y los beneficios de adoptar una dieta vegana, seguro que salvamos vidas.
- Debemos enseñarles imágenes crueles y pedir dinero para salvarlos. Vivimos en un mundo capitalista en el cual se requiere dinero para todo y está claro que dependemos de organizaciones para que nos digan qué hacer, cómo, cuándo y por qué. Nosotros somos veganos con responsabilidades, debemos saber delegar...
- Las organizaciones animalistas logran victorias y debemos publicitarlas como se merecen. Si, poco a poco, vamos prohibiendo aquí y allá habrá un momento en que, milagrosamente, la humanidad entera verá a los demás animales como a sus iguales.
- Espera. Recuerda que eres especial por ser vegano. La sociedad nunca se hará vegana. Así pues, aunque estas acciones logran hacer veganos porque las propias organizaciones lo demuestran con sus estudios muy, muy independientes y objetivos, no podemos pretender hacer veganos a todos. Recuerda que los animalitos están sufriendo ahora.
- Un vegano siempre debe actuar para salvar a los animales. Las intenciones son lo más importante. Todos sabemos que mueren millones de animales no humanos cada día, así pues, por el simple hecho de intentarlo ya es un triunfo. Y si te tomas un 'selfie' junto a un camión de cerdos asustados que van camino al matadero, entonces tu karma aumentará por dos.
- No permitas la crítica. Eres vegano, un alma bienintencionada, casi mística y con una aureola a tu alrededor que despertaría la envidia del mismísimo Jesucristo. Si alguien dice que tus acciones no son correctas o convenientes significa que tiene celos de tu maravilloso ser o es un mal activista.
- Quien no está en primera fila, sudando con una pancarta entre sus dedos mientras grita consignas en mitad de agosto como si no hubiera mañana, es un activista de salón. Un vegano de verdad no piensa ni razona; sino que está allá donde los animales lo necesitan (como McGyver). Sobre todo, si las víctimas tienen pelos (generan leche, en su defecto) o podemos aprovechar para incorporar antitaurinos y otra gente que no será vegana pero que igualmente podría dejar de causar sufrimiento a los animalitos.
- Insulta a quien critique tus acciones. Dado que lo importante está en las acciones, que alguien cuestione tus buenas intenciones es poco menos que un insulto. ¡Todas las opiniones son respetables! Los activistas de salón son aquellos individuos que sólo piensan y se quedan cruzados de brazos mientras los activistas reales salvan vidas saltando a una plaza o parándose frente a la carpa de un circo o a un zoológico para insultar al personal. Todos sabemos que el cese de la esclavitud negra y el posterior respeto se consiguió siendo violentos hacia los blancos, quemando granjas y gritando en la vía pública una serie de gorgoritos sinsentido ingeniados por un activista de verdad. No lo consientas y devuelve la misma moneda. Karma.
- Hablando de karma. Hacer yoga, reiki y otras artes de relajación, firmar peticiones, rezar por los animalitos y subir fotos de las «manis» en cuales has participado y de cómo abrazas a tus animales rescatados en un albergue (di santuario, los anglicismos siempre otorgan una nota de distinción) es la mejor manera de mejorar tu karma con la naturaleza, el paraíso y cualesquiera creencias esótericas que te metas por el cuerpo.
- Cada vez que asistas a un acto (evento suena más moderno) te mereces estar tres meses sin difundir nada relacionado con el veganismo (enseñar repostería vale) y con etiquetar a 50 veganos a quien no les has dirigido la palabra en ningún momento para difundir una adopción sin mayor preocupación por el destino de tales animalitos ya te brinda una semana de karma puro y astral. Ya quisiera un activista de salón poder decir eso cuando dedican sólo 10 horas al día a difundir los Derechos Animales.
- Un vegano de verdad necesita desconectar de la dura realidad y eso no se lo permiten los vagos activistas de salón. Para relajarnos siempre viene bien quedar con amigos veganos y, desde luego, subir fotos de lo veganos y especiales que somos.
- Unifica la causa. Los veganos debemos estar unidos. Las críticas dividen el movimiento y eso provoca mucho dolor a los animalitos. Rememora que esto conviene decirlo siempre después de haber permanecido durante cuatro horas hablando sobre cuánto hiciste en la manifestación de turno, lo duro que fue ver aquel camión cargado de cerdos deshidratados o despotricando contra el activista de salón que saliera al paso...
- Vota a PACMA o a cualquier partido político que desee hacer algo por los animalitos. Lo importante radica en «desearlo», que realmente defiendan los Derechos Animales es irrelevante. No importa si discriminan entre especies, mienten o manipulan la información. Los radicalismos y extremismos no son buenos. El respeto se consigue poquito a poquito, suave suavecito.
- No se me ocurren más consejos que agregar a este manual del activista vegano. Eso de pensar es propio de activistas de salón.