Osteodermos de los cocodrilos
Los osteodermos mejoran el intercambio calorífico y la defensa
Algunas especies, como los cocodrilos de aguas saladas y los siameses (Crocodylus siamensis), no presentan osteodermos ni en el vientre ni por los flancos o costados. En cambio, la presencia de osteodermos está ampliamente distribuida en los caimanes y aligátores chinos (Alligator sinensis), sobre todo, una vez alcanzan la etapa adulta.
La función de los osteodermos no se conoce completamente. Están bien vascularizados y todo apunta a que desempeñan un papel fundamental en el intercambio calorífico con el entorno. Se cree que actúan como «celdas solares». Estas estructuras óseas se calientan al fluir la sangre y distribuyen así el calor por todo el organismo para poder llevar a cabo sus actividades diarias.
Cuando se incrementa o decrementa el riego sanguíneo que fluye a través de esta región rica en arteriolas, se produce una alteración en dicha tasa de intercambio de calor. Al igual que sucede con las inserciones musculares en la cola y en la zona inferior del tronco, los osteodermos también facilitan las ondulaciones laterales de esas áreas, mayormente, durante la natación.
Asimismo, se evidencia que los osteodermos cumplen un cometido importantísimo como armadura interna y les proporciona una defensa adicional a la encontrada en otros cocodrilos. Por otra parte, el sacrificar la mayoría de los osteodermos y solamente poseerlos dentro de las escamas dorsales —el caso de los cocodrilos de aguas saladas— dota a las especies altamente móviles de una enorme flexibilidad y una mayor eficiencia de nado a cambio de ligera una pérdida de fortaleza.
Desde el punto de vista especista humano, la ausencia de osteodermos supone una ventaja para la explotación de cocodrilos por su piel en granjas peleteras. Por ende, una función secundaria de sus costillas abdominales es la de protegerlos frente a los aberrantes intereses humanos y sus nefastas acciones.
Traducción y adaptación de la obra CROCODILES: INSIDE OUT. A Guide to the Crocodilians and Their Functional Morphology. Autores: K. C. Richardson, G. J. W. Webb y S. C. Manolis.