Lagartija pirenaica (Iberolacerta bonnali)

Lagartija pirenaica (Iberolacerta bonnali)
Lagartija pirenaica (Iberolacerta bonnali).

Descripción del adulto de la lagartija pirenaica

La lagartija pirenaica (Iberolacerta bonnali) es pequeña y grácil, con contorno aplanado y longitud cabeza-cuerpo no superior a los 62 mm. Muestra unas órbitas oculares protuberales y un collar liso. Presenta la escama rostral en contacto con la frontonasal, y la supranasal generalmente rozando la primera loreal (pasa por encima de la postnasal). Al igual que las demás lagartijas del subgénero Pyrenesaura, carece de ocelos axilares azules. Coloración ventral siempre blanca (blanco hueso) con pocas manchas oscuras; en raras ocasiones la parte interior de la pantorrilla es amarillo claro. Motas azules en la hilera externa de las escamas ventrales prácticamente ausentes (sólo en un 3% de los ejemplares). Dorso grisáceo, verdoso o pardo claro, generalmente sin líneas en su parte ventral. Costados pardos uniformes o con pequeños manchas más claras y con una hilera blancuzca, de contornos poco definidos que recorre longitudinalmente el centro de los flancos.

Dimorfismo sexual

Las hembras, de tamaño corporal ligeramente superior, suelen exhibir costados de tonos pardos oscuros uniformes; mientas que el costado de los machos presenta, en general, pequeñas manchas negruzcas.

Descripción del juvenil de la lagartija pirenaica

Los ejemplares recién nacidos miden en torno a 22 mm de longitud cabeza-cuerpo. Las crías tienen un diseño similar a los adultos, aunque en raras ocasiones tienen la cola de color azulado o azulado verdoso, en marcado contraste con el dorso.

Distribución

La lagartija pirenaica es un endemismo hispano-francés en los Pirineos centrales, desde el puerto de El Portalé, en Huesca, hasta el de la Bonaigua, en Lérida.

Variaciones geográficas

No descritas.

Especies similares

La lagartija roquera, único lacértido que comparte realmente hábitat con la pirenaica en su restringida área de distribución, suele tener una pigmentación guiar mucho más abundante, su escama rostral está siempre separada de la escama frontonasal y su escama supranasal está separada de la escama loreal. Por lo demás, tanto la lagartija pirenaica como las lagartijas aranesa y pallaresa tienen las escamas dorsales más brillantes y destacadas que la lagartija roquera y sus órbitas oculares son más protuberantes.

Hábitat

Rupícola alpino. Ocupa roquedales y canchales, sobre todo con grietas, así como zonas rocosas junto a prados alpinos, o cerca de arroyos y lagos, especialmente los de tipo glacial. Prefiere los terrenos pizarrosos, calizos y esquistos, más que los graníticos. A disimilitud de la lagartija aranesa, selecciona positivamente los sustratos rocosos y tanto los jóvenes como los adultos evitan los terrenos pedregosos; aunque frecuenta más a menudo las zonas herbosas o arbustivas que la lagartija pallaresa y la aranesa. Se encuentra en general por encima de 1.700 m y llega a más de 3.000 m de altitud, aunque en estas cotas tan elevadas habita en los lugares más cálidos y abrigados. Es más estrictamente alpina que la lagartija roquera, la cual, pese a habitar en las mismas zonas, pocas veces se encuentra a tanta altitud.

Biología de la lagartija pirenaica

Lagartija diurna y predominantemente heliotérmica, su actividad disminuye en las horas cercanas al mediodía, seguramente para evitar la fuerte radiación ultravioleta de la alta montaña. Se encuentra típicamente próxima a grietas donde pueda esconderse. Cada hembra realiza una puesta al año, de 2-4 huevos, entre mediados de junio y mediados de julio, dependiendo de la cantidad de nieve y de la orientación de la localidad. Puestas en junio y julio. Eclosiones al cabo de 31 a 36 días. Crías fácilmente visibles en agosto y septiembre. Letargo invernal muy prolongado

Estado de sus poblaciones

Si bien en 2002 el Libro Rojo incluía a la lagartija pirenaica en su lista de especies vulnerables, en 2006 la UICN pasó a considerarla como una especie casi amenazada (NT). Es cierto, no obstante, que su área de distribución ocupa menos de 2.000 km2 y está muy fragmentada, lo que acerca esta especie a la calificación de vulnerable, el hecho de que su población sea probablemente estable permitió clasificarla entre las casi amenazadas.

Referencias

Adaptación de la obra ANFIBIOS Y REPTILES DE LA PENÍNSULA IBÉRICA, BALEARES Y CANARIAS. Guía ilustrada para identificar y conocer todas las especies. Autores: Luis Javier Barbadillo, José Ignacio Lacomba, Valentín Pérez-Mellado, Vicente Sancho, Luis Felipe López-Jurado.

Adaptación de la obra ANFIBIOS Y REPTILES DE LA PENÍNSULA IBÉRICA, BALEARES Y CANARIAS. Colección Nuevas guías de campo. Ediciones Omega, Barcelona. 2011. Autores: Masó A. & M. Pijoan.


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