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Lagartija de las Pitiusas (Podarcis pityusensis)

¡Derechos Animales ya! - Lagartija de las Pitiusas (Podarcis pityusensis)
Lagartija de las Pitiusas (Podarcis pityusensis).

Descripción del adulto de la lagartija de las Pitiusas

Lagartija de aspecto robusto, cabeza alta y hocico poco redondeado. Alcanza hasta 9,6 cm de longitud cabeza-cuerpo. Dorso de tonos amarillentos, azulados, verdosos, pardos, o negros, aunque casi siempre con bandas o líneas dorsolaterales más o menos marcadas. Las escamas dorsales están algo aquilladas, principalmente en la mitad posterior del lomo.

Dimorfismo sexual

Los machos suelen ser de tamaño corporal superior a las hembras. Sin embargo, el dimorfismo sexual varía entre la poblaciones: en algunas apenas es aparente, mientras que en otras las hembras se muestran menos robustas y poseen un diseño de bandas dorsolaterales más marcado, como ocurre en las islas de Santa Eulalia y Rodona.

Descripción del juvenil de la lagartija de las Pitiusas

Por lo general, los recién nacidos pesan entre 0,70 y 0,95 g, cuenta con una longitud cabeza-cuerpo que ronda los 30 mm y una largura caudal de 50-60 mm. De morfología similar a la de los adultos de cada población y, por lo tanto, tan variables como éstos.

Distribución

Endemismo de Ibiza y Formentera, las islas Pitiusas, donde se halla tanto en las dos islas principales como en numerosos islotes costeros. En total, se ha registrado la presencia de la lagartija de las Pitiusas en Ibiza, Formentera y 43 islotes circundantes. Asimismo, se conocen introducciones en Ses Illetes, en la bahía de Palma, en la muralla de la misma ciudad y en una zona urbana de Barcelona. En los dos primeros puntos se supone que existen poblaciones reproductoras estables; en cambio, se presupone una esperable extinción de la población introducida en Barcelona o una situación muy precaria de la misma. En los años cincuenta, investigadores alemanes introdujeron experimentalmente algunos individuos procedentes de la isla principal de Ibiza y del Escull Vermell en un pequeño islote antes desprovisto de lagartijas, Es Dau Gros. Aparentemente, la introducción tuvo éxito y la población aún persiste. También se han observado en ocasiones individuos a bordo de los barcos que efectúan la travesía desde Formentera hasta la Península.

Variaciones geográficas

Se han descrito 45 subespecies. No ha habido demasiado acuerdo entre los distintos autores. Algunos las reducen a sólo 6 razas geográficas que agruparían a la totalidad de las poblaciones conocidas; mientras que otros admiten hasta 23 subespecies. De cualquier forma, el hecho sorprendente es la espectacular variación en dimensiones corporales y coloración de dichas poblaciones. En algunos islotes, las lagartijas son diminutas y de tonos dorsales pardos claros, con un diseño muy reducido; en otros exhiben un dorso verde intenso y profusamente manchado de negro o bien son de tonos azules y verdes; finalmente, en al menos ocho islotes habitan poblaciones total o parcialmente melánicas, con zonas dorsales de color azul muy oscuro o negro uniforme y tonos grises o azules en el vientre.

Especies similares

En general, la lagartija de la Pitiusas posee un hocico más aguzado que la lagartija balear, escamas dorsales ligeramente aquilladas y escamas de la parte superior de la cola muy aquilladas. En la lagartija balear, las escamas dorsales son lisas. Algunos autores consideran que la lagartija balear y la de las Pitiusas podrían pertenecer a la misma especie; puesto que la distancia genética no parece muy elevada; no obstante, los datos aportados por los escasos estudios realizados no llegan a ser concluyentes y no permiten agrupar a las dos especies de un modo inequívoco. El problema radica en la extraordinaria variación interpoblacional de ambas especies, lo cual impide una descripción de las mismas que abarque tales diferencias y permita una separación clara.

Hábitat

En Ibiza y Formentera ocupa gran variedad de hábitats; aunque resulta menos frecuente en los pinares interiores y prefiere áreas arbustivas abiertas, zonas litorales y campos roturados de «pared seca», en la cual tiene uno de sus refugios favoritos. En los islotes de menor superficie vive sobre terrenos casi desprovistos de vegetación y busca morada en el suelo rocoso.

Biología de la lagartija de las Pitiusas

Activa durante todo el año, con temperaturas corporales entre los 28 y los 41 °C.

Se posee poca información sobre la reproducción de la lagartija de las Pitiusas. Al parecer, la madurez sexual se alcanza en el segundo año de vida. Se estima que el tamaño de la puesta es reducido, sólo de uno a cuatro huevos que miden, por término medio, unos 15 mm de longitud por 9 de anchura. Se desconoce la frecuencia de puestas en las poblaciones naturales.

La densidad de población es generalmente elevada y, en algunos islotes, increíblemente alta: se sitúa entre los 200 ejemplares por hectárea en Ibiza y los más de 30.000 en ciertos islotes. Esta densidad solamente resulta comparable a la encontrada en otras lagartijas insulares mediterráneas, como la lagartija balear.

Se trata de una lagartija prácticamente omnívora, capaz de consumir casi todo tipo de alimentos de origen animal y vegetal. Las presas más habituales son pequeños escarabajos, hormigas y caracoles terrestres. En todas las poblaciones se ingieren elementos fácilmente asimilables, como los frutos carnosos, las hojas y los brotes tiernos.

Se considera que los mayores enemigos de la lagartija de las Pitiusas son los carnívoros, especialmente el gato cimarrón y la gineta, que ejercen una fuerte presión de depredación en las poblaciones de las islas mayores.

Estado de sus poblaciones

Durante la primera mitad del siglo XX, el problema más grave para la supervivencia de la lagartija de las Pitiusas era la captura por parte de coleccionistas científicos. Posteriormente, la obtención de ejemplares con destino a la venta en tiendas de terrariofilia puso en peligro a numerosas poblaciones ya de por sí mermadas. En los últimos años, estas amenazas han disminuido; mas han aparecido o se han acrecentado otras como la destrucción del hábitat por urbanizaciones u otros usos turísticos y el control de las poblaciones nidificantes de gaviotas por medio de comida envenenada. Una amenaza considerable la constituye el traslado intencionado de individuos entre los islotes, lo cual, a la postre, provocará una pérdida de la identidad genética y el aislamiento reproductivo de las mismas.

Referencias

Cirer (1981, 1982, 1987, 1997), Cirer y Gillaume (1986), Cirer y Martínez-Roca (1986), Pérez-Mellado (1998), Salvador (1986), Salvador y Pérez-Mellado (1984).

Adaptación de la obra ANFIBIOS Y REPTILES DE LA PENÍNSULA IBÉRICA, BALEARES Y CANARIAS. Guía ilustrada para identificar y conocer todas las especies. Autores: Luis Javier Barbadillo, José Ignacio Lacomba, Valentín Pérez-Mellado, Vicente Sancho, Luis Felipe López-Jurado.


 

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