Lagartija colirroja (Acanthodactylus erythurus)
Descripción del adulto de la lagartija colirroja
La lagartija colirroja (Acanthodactylus erythurus) es de talla mediana. Rara vez supera los 75 milímetros de longitud cabeza-cuerpo y los 200 milímetros de longitud total; aunque se han capturado ejemplares de hasta 82 y 230 milímetros respectivamente. En general alcanza unos 12 gramos de peso. Cabeza robusta y alta, recorrida superiormente por un amplio surco en su mitad anterior. Escama occipital ausente o vestigial y únicamente dos escamas supraoculares grandes a cada lado. Cuerpo robusto, recubierto dorsal y lateralmente por escamas muy finas. Miembros fuertes, los posteriores relativamente largos. Dedos con tres series de escamas carenadas casi imperceptibles, lo que representa una adaptación para la locomoción en sustratos sueltos.
Diseño dorsal formado por bandas y líneas longitudinales de contraste considerablemente llamativo. El color dorsal de fondo varía del ocre claro al gris, y sobre éste destacan rayas de color pardo claro y forma irregular. La zona ventral es blanquecina o de tinte ocre claro.
Dimorfismo sexual
Los machos poseen la base de la cola marcadamente engrosada, poros femorales más patentes y diseño dorsal en ocasiones más contrastado; durante el celo presentan conspicuos ocelos amarillos en los costados que también pueden aparecer en algunas hembras de manera menos patente. Cuando éstas están en celo acostumbran a exhibir tonos anaranjados o rojizos en la zona basal de la cola y parte de las extremidades posteriores; si bien existe variabilidad individual y entre poblaciones en lo referente a este carácter.
Descripción del juvenil de la lagartija colirroja
La lagartija colirroja presenta un diseño característico, con bandas o líneas longitudinales alternar muy contrastadas, de color blanco a ocre claro unas y pardo oscuro las otras. La cola, sobre todo lateral y ventralmente, muestra tonalidades rojizas o anaranjadas que pueden extenderse a veces hasta los miembros posteriores. Sus extremidades y partes con bandas oscuras dorsoventralmente manifiestan ocelos de color blanco o amarillento. Los recién nacidos miden alrededor de 30 milímetros de longitud cabeza-cuerpo.
Distribución
La lagartija colirroja se distribuye por el centro de la península Ibérica y gran parte del noroeste de África (regiones costeras de Argelia y la práctica totalidad de Marruecos). En la Península se circunscribe a zonas costeras y grandes depresiones interiores, y está ausente en la región eurosiberiana (cornisa cantábrica y Pirineos). En el litoral mediterráneo, hacia el norte alcanza la costa de Tarragona y se extiende hacia el interior por la depresión del Ebro. Aparece en zonas interiores cuando existen hábitats favorables en cuanto al sustrato, la climatología y la cobertura vegetal.
Variaciones geográficas
No se han descrito diferencias poblacionales significativas para la península ibérica.
Especies similares
La inexistencia de placa occipital entre las dos parietales y la presencia de únicamente dos grandes supraoculares a cada flanco son rasgos característicos que permiten distinguir esta especie de otros lacértidos ibéricos.
Hábitat
La lagartija colirroja es de carácter muy termófilo, típica de sustratos sueltos con escasa cobertura vegetal, particularmente sistemas dunares y arenales costeros. No obstante, también se halla presente en zonas interiores siempre que el sustrato sea favorable y se trate de enclaves bien expuestos y de elevada insolación en terrenos abiertos o de vegetación aclarada, ya que no aparece en bosques ni en áreas de vegetación densa. En este tipo de hábitat prefiere las zonas con escasa pendiente, inferior al 8% y cobertura vegetal superior al 30%; puesto que suele efectuar desplazamientos rápidos desde un matorral a otro. Habita principalmente a altitudes entre el nivel del mar y los 400 metros; pero llega incluso a los 1.400 metros en algunas sierras andaluzas.
Biología de la lagartija colirroja
Debido a las características del medio que ocupa, sujeto a enormes variaciones de temperatura ambiental, la termorregulación y los patrones de actividad de la lagartija colirroja resultan particularmente sofisticados, con pautas de exposición al sol, búsqueda de sombra, enterramientos, aproximación o distanciamiento en relación al sustrato, etc. Del mismo modo, su conducta en el interior de la hura (tigmotermia), excavada en el sustrato, le permite iniciar la actividad nada más salir al exterior, por lo que evita un proceso previo de termorregulación y los riesgos inherentes de depredación.
Los periodos de hibernación e inactividad varían según la temperatura ambiental a lo largo de su área de distribución; así, mientras que en Andalucía y en el sur de Alicante se aprecia actividad invernal, en otras regiones se presenta un periodo de diapausa prolongado (a veces, desde septiembre-octubre hasta marzo-abril) durante el cual permanecen ocultas dentro de sus madrigueras. El ciclo diario de actividad puede ser unimodal (continuo; mayormente en primavera y otoño) o bimodal, intercalando un periodo de interrupción durante la canícula estival, entre dos de actividad.
Ciertos autores consideran que las diferencias cromáticas en el tegumento de la lagartija colirroja se encuentran relacionadas con la termorregulación, de forma que los tonos más claros (adultos) manifiestan una reflectancia incrementada en comparación a los oscuros (juveniles); las variaciones cromáticas estacionales también se relacionan con este factor. De igual modo, la elección de enclaves y los cambios posturales (incluso levantando las extremidades) son característicos de este saurio en su actividad termorreguladora.
En las poblaciones del litoral levantino, los ejemplares juveniles, con mayor relación superficie/volumen que los adultos, mantienen periodos de actividad los días soleados de invierno, cuando los adultos permanecen inactivos (raramente activos cuando la temperatura media mensual no supera los 13 ºC).
En las poblaciones costeras, el celo comienza en marzo y las cópulas acontecen entre mayo y junio; en las del interior, el inicio del celo puede retrasarse hasta mayo o junio, con mayor número de cópulas entre junio y julio. En conjunto, las puestas se producen entre junio y agosto; en regiones costeras se han descrito dos ciclos de puesta (en primavera y verano); pero en el interior las hembras habitúan a realizar un único desove por temporada. Las primeras eclosiones ocurren en agosto. En el interior, la gestación dura en torno a 20 días y el periodo de incubación unos dos meses. Las puestas pueden incluir de uno a seis huevos (usualmente, entre dos y cinco) que tienen un tamaño medio de 15 x 8 milímetros. La madurez sexual se alcanza a partir del año y medio de vida.
Aunque oportunista en su alimentación, la lagartija colirroja consume básicamente artrópodos; asimismo incluye en su dieta algo materia vegetal. Se considera una especie fundamentalmente mirmecófaga y en sus hábitos alimenticios influyen factores de índole filogenética. A este respecto, la existencia de hormigueros parece determinar en cierta medida su distribución espacial. Selecciona el tamaño de la presa según la talla y consume sobre todo hormigas, escarabajos y chinches de campo; parece existir también una selección positiva de presas con bajo contenido en quitina. Como curiosidad, cabe citar la predación intraespecífica de los juveniles por parte de adultos.
Entre sus numerosos depredadores se cuentan con especial importancia algunos ofidios (culebra bastarda, culebra lisa meridional, víbora hocicuda), el lagarto ocelado, diversas (rapaces diurnas y nocturnas, alcaudones, garcilla bueyera) y algunos carnívoros (meloncillo).
Estado de sus poblaciones
La lagartija colirroja no es una especie globalmente amenazada, si bien, la ocupación y transformación del litoral, y el establecimiento del regadío pueden hacer peligrar localmente sus poblaciones.
Referencias
Barbadillo et al. (1987), Belliure y Carrascal (1996), Castilla et al. (1992), Gil et al. (1993), Hódar (1997), Pérez-Quintero (1996), Pollo y Pérez-Mellado (1990, 1991), Pérez-Mellado (1998).
Adaptación de la obra ANFIBIOS Y REPTILES DE LA PENÍNSULA IBÉRICA, BALEARES Y CANARIAS. Guía ilustrada para identificar y conocer todas las especies. Autores: Luis Javier Barbadillo, José Ignacio Lacomba, Valentín Pérez-Mellado, Vicente Sancho, Luis Felipe López-Jurado.
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