Lagartijas del Pirineo (pirenaica, pallaresa y aranesa)
Las lagartijas del Pirineo
En los Pirineos aparecen toda una serie de poblaciones montanas de lagartijas que durante mucho tiempo se clasificaron como una subespecie de la lagartija serrana (Iberolacerta monticola bonnali). Estudios posteriores publicados en 1993 demostraron que se trataba de una especie diferente, la lagartija pirenaica (Iberolacerta bonnali), y para su designación se empleó el nombre latino de la raza geográfica hasta entonces considerada como válida.
En publicaciones más aún recientes, se ha considerado que la variabilidad entre las poblaciones halladas en distintos valles pirenaicos era merecedora de la descripción de otras dos especies: Iberolacerta aurelioi e Iberolacerta aranica, ésta última descrita inicialmente como una subespecie de la lagartija pirenaica, Iberolacerta bonnali. Para algunos autores, los Pirineos están habitados por tres especies distintas de lagartijas montanas.
El problema estriba en su diferenciación, la cual se basa fundamente en características cariológicas, es decir, en la estructura y número de los cromosomas de los individuos de cada población, lo que dificultad notablemente la elaboración de una descripción morfológica para cada una de tales formas. Más recientemente se fue aportando más información para la diagnosis de estas especies pirenaicas sobre la base de caracteres osteológicos, los cuales, obviamente, no permiten una distinción en vivo de las mismas.
Con todo ello, durante las últimas décadas ha faltado un acuerdo unánime entre los especialistas acerca de la validez de todas estas especies. Como regla general, se trata de un grupo de lagartijas de aspecto grácil y tamaño relativamente pequeño. Además, no suelen contar con más de quince poros femorales en cada uno de los muslos.
Consideraciones generales sobre las lagartijas del Pirineo
Hábitat
Las tres variedades de lagartijas pirenaicas ocupan un hábitat rupícola prácticamente idéntico en el piso alpino, altitudinalmente situado entre los 1.700 y los 2.940 m. Se han señalado, sin embargo, algunas diferencias de hábitat, como la aparente ausencia de lagartijas pallaresas en zonas graníticas; aunque una cita posterior de la especie en la vertiente francesa de los Pirineos corresponde a un área de estas características.
Especies similares
El conjunto de las lagartijas de los Pirineos es inconfundible respecto a cualquier otra especie de tamaño corporal parecido. De hecho, en dicha cadena montañosa tan sólo acostumbra a coincidir en algunas localidades con la lagartija roquera, la cual posee el dorso netamente contrastado con los costados, ausencia de tonos amarillentos ventrales y presencia manchas irregulares que forman un retículo en la garganta.
La lagartija aranesa raramente tendría manchas azules en las filas más exteriores de escamas ventrales; mientras que tales manchas estarían ausentes tanto en la lagartija pallaresa como en la pirenaica. La lagartija pirenaica cuenta, generalmente, con 24 cromosomas, aunque en algunas poblaciones se han descrito 26 cromosomas, los mismos que posee la lagartija pallaresa; ésta última está dotada, asimismo, de un partícular sistema de cromosomas sexuales.
Biología de las lagartijas del Pirineo
Activas exclusivamente durante los meses más favorables de la primavera y el verano, sufren un prolongado periodo de inactividad como consecuencia de las condiciones climáticas de las zonas de alta montaña donde viven.
Las puestas se realizan en julio; si bien se desconoce la variación en el número de huevos ni en la frecuencia anual de puestas. En un solo caso estudiado, la incubación se prolongó a lo largo de dos meses.
La lagartija pirenaica es insectívora. Existen muy pocos datos sobre su dieta; pero parece alimentarse sobre todo de moscas, saltamontes, hormigas, abejas y escarabajos. No se conocen todos sus enemigos naturales; mas se ha sugerido que las chovas podrían capturarlas. Se ha observado también depredación por parte de la víbora áspid.
Estado de sus poblaciones
El desconocimiento del estado actual de tales poblaciones no permite una evaluación adecuada de las amenazas que se ciernan sobre las lagartijas del Pirineo. Las poblaciones de lagartijas aranesa y pallaresa se consideran «en peligro» debido a lo reducido de su área de distribución; en cuanto al resto, las poblaciones asignadas a la lagartija pirenaica se juzgan «vulnerables». La existencia de estas especies pueden verse seriamente amenazadas por el desarrollo de estaciones de invierno y otras infraestructuras que destruyen el hábitat de alta montaña, así como por el coleccionismo científico ante el interés que despierta su rareza.
Referencias
Arribas (1993, 1994, 1996, 1997), Lantz (1927), Martínez-Rica (1997), Pérez-Mellado (1998), Pérez-Mellado et al. (1993).
Adaptación de la obra ANFIBIOS Y REPTILES DE LA PENÍNSULA IBÉRICA, BALEARES Y CANARIAS. Guía ilustrada para identificar y conocer todas las especies. Autores: Luis Javier Barbadillo, José Ignacio Lacomba, Valentín Pérez-Mellado, Vicente Sancho, Luis Felipe López-Jurado.
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