El sacrificio halal es un rito musulmán en el que se asesina a un animal por degüello. Acontece un especismo estético cuando el ser humano discrimina entre formas de explotación animal por el impacto emocional que suponen.
El sacrificio halal no es diferente de lo que se practica en un matadero
El sacrificio halal es un rito o modalidad de sacrificio animal asociado al islam. En Occidente, cada año se vierten numerosas críticas y muestras de odio ante el hecho de que millones de musulmanes degüellen animales como parte de sus festejos y celebraciones. La triste realidad reside en que la sociedad general no condena esta realidad en reconocimiento de que los animales merecen respeto; sino que el grueso lo hacen por razones subjetivas, estéticas y arbitrarias.
Cualquier condena dirigida hacia la violencia ejercida por otras culturas impide ver que la violencia contra los animales es, en sí misma, una consecuencia esperable del especismo. Y este mismo especismo desemboca en un especismo estético que lleva a muchos humanos a alzar su voz por unos animales mientras olvidan y marginan a muchos otros que se rigen por las mismas leyes.
Muchas especies animales se encuentran en peligro de extinción por causas antrópicas. Nuestra mentalidad antropocéntrica es la responsable de que sólo concibamos a los animales como seres que existen para servirnos de alguna forma.
La desaparición y exterminio de animales por causas antrópicas
Los activistas veganos nos esforzamos para llegar hasta la raíz de los problemas, por muy difíciles que resulten de explicar o de afrontar. En este artículo, quisiéramos lanzar una reflexión sobre el enfoque errado y antropocéntrico que adopta la ciencia y nuestra sociedad a la hora de entender y explicar por qué hay animales en peligro de extinción en la actualidad, cuál es el origen de este fenómeno cuando está motivado por causas antrópicas y por qué debemos impedir la extinción de especies animales.
Se dice que una especie está en peligro de extinción cuando su continuidad está amenazada por diversos factores: una población baja, un hábitat reducido o modificado o una alta tasa de endogamia, entre otras circunstancias. En los últimos siglos está aconteciendo una reducción global de la biodiversidad a causa de las actividades humanas. En este sentido, también cabe mencionar a las especies no animales, pues, aunque carentes de sintiencia, se observa una desaparición paulatina de otros clados por este mismo fenómeno antrópico.
Aunque ya existía una preocupación sobre el efecto de las acciones humanas desde la Ilustración, desde mediados del siglo XX, distintos comités científicos de todo el mundo vieron una reducción drástica de las poblaciones de muchos animales salvajes.
Nuestra sociedad nos inculca que la extinción de especies está mal y que somos responsable de ello. Esto es verdad. Sin embargo, si no logramos entender el fundamento ético de por qué está mal perseguir animales hasta extinguirlos, entonces no habremos aprendido nada.
Los animales de todo el mundo están catalogados como propiedades de los seres humanos. Ningún animal es libre, legalmente, aunque todavía pueda morar en un hábitat natural.
¿Por qué hay animales en peligro de extinción?
La extinción de especies animales —cuando se produce por efecto de nuestras acciones— es la consecuencia de nuestra mentalidad antropocéntrica, es decir, de nuestra creencia asumida de que sólo los seres humanos importamos o de que lo hacemos por encima de quienes no lo son. Los animales, en cambio, nos enseñan que su empatía y altruismo no se limita a su especie.
La sociedad humana presenta una mentalidad utilititarista. Esto significa que valora y cataloga a otros sujetos en función de su utilidad. El ser humano ha competido históricamente con otras poblaciones humanas y con poblaciones animales por el control y disponibilidad de los recursos. Si comprendemos el dominio sobre una tierra ha conducido hacia guerras y hambrunas, no cabe extrañarse de que nuestro apetito por dominar la Tierra provoque el asesinato, la desaparición y exterminio de animales, tanto para evitar su competencia en el medio como para eliminar su presencia y apropiarnos del hábitat en cuestión.
Nuestra civilización sólo concibe la domesticación o exterminio de los animales salvajes porque no aportan beneficio directo a la humanidad. Todos los animales del mundo únicamente pueden vivir en la Tierra si, filosóficamente, aceptan ser perseguidos hasta la extinción o esclavizados por el ser humano —como las vacas, gallinas, ovejas, cerdos y otros tantos animales— para pasar a ser criados con el objetivo de servirnos de múltiples formas. Este pensamiento se da de un modo análogo a cómo las naciones imperialistas estimaban que los humanos aborígenes sólo eran un estorbo.
Los animales presentan del deseo genuino de vivir sus vidas en paz sin la violencia y coacción impuesta por los seres humanos. Debemos despojarnos de nuestra mentalidad antropocéntrica.
Relación entre los animales en peligro de extinción y la esclavitud humana
Muchos animales están en peligro de extinción por la misma razón, exacta, por la que han desaparecido o están desapareciendo muchos pueblos aborígenes a lo largo del mundo.
Los distintos particulares y organizaciones presentan este fenómeno partiendo desde una visión sesgada y desde premisas superficiales. Diversos colectivos señalan que deberíamos evitar la extinción de especies animales «por el bien de las generaciones futuras», «para hacer descubrimientos biológicos y médicos» o alegando una cantidad muy heterogénea de argumentos utilitaristas. Esto es una contradicción.
Cuando hablamos de «especies animales» no nos referimos a que merezcan respeto a nivel de especie; sino como individuos. Como se ha explicado en otros artículos, una especie, en su definición más básica, engloba a un conjunto de individuos que comparten una serie de rasgos entre sí y pueden reproducirse y originar una descendencia fértil. La razón de por qué está mal la extinción de especies animales es porque implica el exterminio sistemático de sujetos que sienten, padecen y poseen sus propios intereses inalienables.
Carece de sentido tratar de luchar contra la extinción de especies animales y la propia existencia de especies en peligro de extinción, por causas antrópicas, mientras se mantiene hacia ellos la misma mentalidad antropocéntrica y cosificadora que los condena al exterminio.
Las tergiversaciones del veganismo son constantes por parte de individuos, colectivos y medios de comunicación que versan sobre el mismo sin siquiera informarse. El antropocentrismo es uno de los mayores responsables de que la sociedad no comprenda el veganismo.
En las últimas décadas, se han producido algunos avances en materia legal y ética en todo el mundo respecto a los derechos de la mujer, de los menores y de los homosexuales, entre otros. Sin embargo, la mayoría de la sociedad no se ha cuestionado aún su visión y acciones hacia los animales. Desde hace poco más de diez años, el veganismo se ha vuelto un concepto un fenómeno más presente en nuestro día a día. A pesar de ello, la mentalidad antropocéntrica impide un progreso en buena parte y genera diversas tergiversaciones del veganismo.
Debido a esta mentalidad antropocéntrica, algunos veganos creen que hablar en favor del veganismo aludiendo a los beneficios que le aporta al medio ambiente o los efectos positivos que tiene sobre nuestra nuestra salud. Al despojar al veganismo de su sentido etimológico, sólo se consigue invisibilizar a las víctimas al centrar la atención en los intereses humanos (el sujeto esclavista) y no en los de la propia víctima (el sujeto esclavizado). Este fenómeno, en el que participan autodenominados justicieros sociales, no gozaría de aceptación en ninguna lucha social relacionada con seres humanos porque, en éstas, reconocemos que la lucha debe ser por la víctima y por sus derechos. En el caso de los animales no podemos conformarnos con menos.
A continuación expondremos y responderemos a algunas de las tergiversaciones del veganismo más habituales.
En el Partido Vegano, como activistas, nos molesta de sobremanera encontrar tantas tergiversaciones del veganismo que acontecen por fruto del antropocentrismo y de otros prejuicios.
Las tergiversaciones del veganismo más comunes
El veganismo no es una religión: El veganismo es un principio ético. Eso significa que está basado en la lógica y en los hechos. La base del veganismo reside en el respeto hacia los animales porque ellos, como nosotros, poseen la capacidad de sentir. Esto significa que desarrollan intereses inalienables, que valoran sus vidas, libertad e integridad, que son sujetos y que son personas.
El Día Internacional de los Animales debiera emplearse para promover los Derechos Animales. Lejos de ello, nuestra sociedad especista sólo se acuerda de algunos animales, por la extinción de especies y por razones religiosas asociadas a San Francisco de Asís.
En el Día Internacional de los Animales se adopta un enfoque antropocéntrico
El 4 de octubre se celebra el Día Internacional de los Animales. Como sucede con otros Días Internacionales, las razones aducidas para esta celebración responden a una mezcla entre antropocentrismo y ecologismo especista. En este artículo, en este día quisiera lanzar una reflexión centrada en los Derechos Animales y condenar el enfoque ambiguo y contradictorio que adoptan colectivos animalistas y ecologistas en lo tocante a los animales y su situación actual en el mundo.
El Día Internacional de los Animales fue una fecha promovida por la Organización Mundial de Protección Animal, en 1929, con el objetivo de frenar la extinción de especies animales. Con este hecho, ya observamos el enfoque sesgado de que los animales sólo importan cuando su cuantía poblacional desciende y cuando su desaparición perjudica a intereses humanos.
Más recientemente, a partir del año 1980, el Papa Juan Pablo II declaró a San Francisco de Asís patrono de los animales. Cada año, millones de católicos se congregan junto con sus animales poseídos (perros, gatos, caballos, etc.) para que reciban una bendición a las puertas de las parroquias. ¿Tiene sentido que un sacerdote bendiga a un sujeto a quien considera un mero objeto? ¿Tiene sentido que se bendiga a un animal que quizás termine en un matadero?
La consideración religiosa —no únicamente cristiana— de que todos los animales son criaturas de Dios no implica ningún tipo de respeto real hacia los animales si no se adopta el veganismo. Consideramos que todos los cristianos —y los humanos en general— deberían cuestionarse la coherencia respecto a la visión que tienen hacia los animales y aquello que, al mismo tiempo, practican contra ellos.
El 2 de octubre es el Día Internacional de la No Violencia. En este día debemos acordarnos de las palabras de Gandhi y rechazar universalmente la violencia sistemática que ejercemos contra los animales por no ser humanos.
En el Día Internacional de la No Violencia debemos acordarnos de la violencia contra los animales
La ciencia moderna acepta, por unanimidad, que la conciencia no es una cualidad exclusivamente humana. La Declaración de Cambridge del año 2012, de la mano de neurocientíficos, son una prueba de esta realidad. Capacidades como la empatía, el altruismo o el lenguaje están presentes en muchos otros animales porque sólo nos diferencia un distinto grado de desarrollo por cambios genéticos azarosos y modulados por la selección natural.
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